López Obrador descartó que su posible inasistencia a la cumbre pueda crear fricciones con el Gobierno de Biden alegando que su homólogo estadounidense «siempre ha sido respetuoso” y recordó que México y Estados Unidos “son países independientes y tenemos una relación de amistad”.
Por Fabiola Sánchez y Joshua Goodman
Ciudad de México, 10 de mayo (AP) — El Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador endureció el martes su postura frente a la decisión de Estados Unidos de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la Cumbre de las Américas y afirmó que está considerando no asistir al encuentro.
“Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del Gobierno de México, pero no iría yo”, dijo López Obrador al cuestionar la decisión de Washington de no invitar a algunos países a la cumbre que se realizará en junio en Los Ángeles e indicó que en su lugar podría asistir el Canciller Marcelo Ebrard.
Al ser preguntado sobre cuál es el mensaje que quiere enviar el gobernante respondió que “no quiero que continúe la misma política en América y quiero en los hechos hacer valer la Independencia, la soberanía y manifestarme por la fraternidad universal. No estamos para confrontación, estamos para hermanarnos, para unirnos”.
“Nadie tiene el derecho de excluir», afirmó tajante López Obrador y lanzó la pregunta “¿de dónde son los no invitados…son de otro continente, son de otra galaxia, de un planeta no conocido?
La Secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el martes al ser consultada sobre la posibilidad de que los representantes de Nicaragua, Venezuela y Cuba sean ser excluidos de la Cumbre de las Américas que “no se ha tomado una decisión final”.
“Aún no hemos tomado una decisión sobre quién será invitado y aún no se han emitido invitaciones”, indicó Psaki durante una conferencia de prensa.
Si bien no se ha hablado de un boicot mexicano la ausencia del mandatario sería un golpe a la cumbre. La administración Joe Biden ha trabajado durante meses para generar entusiasmo y consenso en la región antes de la reunión. Los miembros de su gabinete han estado visitando la región para instar a los aliados en América Latina a reforzar los controles migratorios y expandir sus propios programas de asilo.
López Obrador descartó que su posible inasistencia a la cumbre pueda crear fricciones con el Gobierno de Biden alegando que su homólogo estadounidense «siempre ha sido respetuoso” y recordó que México y Estados Unidos “son países independientes y tenemos una relación de amistad”.
En marzo, cuando Biden recibió al Presidente colombiano Iván Duque en la Casa Blanca, instó a definir “un nuevo marco respecto de cómo las naciones de toda la región pueden administrar de manera colectiva la migración en el hemisferio occidental”.
“Nuestra meta será firmar una declaración regional sobre la migración y la protección en junio, en Los Ángeles, cuando Estados Unidos sea sede de la Cumbre de las Américas”, dijo Biden.
Dicha cooperación será fundamental ya que Estados Unidos lucha con un gran número de migrantes que llegan a su frontera sur y se prepara para levantar una restricción de solicitudes de asilo a fines de este mes que se espera atraiga aún más migrantes.
Los líderes de las naciones caribeñas también discutieron un boicot colectivo a la cumbre y criticaron el plan de Estados Unidos de invitar al líder opositor venezolano Juan Guaidó.
Guaidó está considerando asistir a la cumbre aunque aún no ha recibido una invitación formal de parte de Washington, informó a AP un miembro del equipo del político que habló en condición de anonimato porque no está autorizado a hacer declaraciones.
Gaston Browne, Primer Ministro de Antigua y Barbuda, argumentó que la región apoya la asistencia de Cuba y Venezuela y señaló que “no creemos en la política de ostracismo de Cuba y Venezuela. No reconocemos a Juan Guaidó como Presidente de Venezuela. En esas circunstancias, Antigua y Barbuda no participará a pesar de esta diferencia de opinión”.
Browne expresó que de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Caribe en Belice en marzo había surgido un consenso para boicotear la cumbre si se excluía a algunos países, “pero no estoy seguro de si el consenso se mantendrá”.
Ron Sanders, embajador de Antigua en Estados Unidos, dijo en un foro reciente que “la cumbre de las Américas no es una reunión de los Estados Unidos, por lo que no puede decidir quién está invitado y quién no”.
El Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, tuvo una opinión similar. “Si Guaidó va a representar a Venezuela, si los estadounidenses lo hicieran, sería una locura”, señaló Gonsalves, estrecho aliado del Gobierno venezolano, en un programa de radio. El Primer Ministro dijo que podría no asistir si los tres países no están invitados.
Las naciones caribeñas son particularmente cercanas a Cuba, que les ha brindado miles de becas gratuitas a estudiantes de medicina, ingeniería y otras carreras desde mediados de los años 70. Y los sucesivos gobiernos venezolanos han apoyado a los países caribeños con viviendas prefabricadas y petróleo barato, ayudas que se limitaron luego de que Venezuela entró hace más de ocho años en una profunda crisis.
Un alto funcionario de la administración de Biden dijo que esta reacción es en gran parte una postura en respuesta al fuerte impulso diplomático de Cuba y que espera que pocos líderes realmente cumplan con las amenazas de no asistir a la cumbre.
Detrás de escena, varios líderes caribeños señalaron que planean asistir, según el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato para discutir comunicaciones diplomáticas privadas. Incluso el apoyo de López Obrador a la inclusión de Nicaragua es débil dado el deterioro de la relación del líder mexicano con Daniel Ortega, agregó el funcionario.
La administración de Biden espera que asistan tanto López Obrador como Jair Bolsonaro de Brasil.
Argentina, que actualmente ocupa la presidencia temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), también hizo un llamado este mes para no excluir a ningún Gobierno y calificó la cumbre como “una gran oportunidad para construir un espacio de encuentro en el que participen todos los países del hemisferio” e instó a los organizadores a “evitar exclusiones que impidan que todas las voces del hemisferio dialoguen y sean escuchadas”.
López Obrador dejó abierto el camino para reconsiderar su decisión y dijo que espera que en los próximos días Washington revise su posición.
Durante la conferencia el mandatario recordó que en las pasadas cumbres fueron invitados todos los países y atribuyó la decisión de excluir a algunas naciones a la presión de grupos minoritarios de Estados Unidos.
Desde hace varios días López Obrador ha insistido en que Washington no debe excluir a ningún país de la cumbre, tema que fue abordado en la conversación telefónica que sostuvo el 29 de abril con Biden en la que hablaron además del creciente flujo migratorio hacia la frontera sur de Estados Unidos y acordaron gestiones para reducir la migración irregular.
Aunque el mandatario mexicano se ha abstenido de mencionar a los países que no han sido invitados a la cumbre, en la visita que realizó el pasado fin de semana a Cuba, López Obrador defendió al Gobierno isleño.
A pesar de la petición pública del presidente mexicano, el subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, dijo a inicios de mayo que no se invitaría a Cuba, Nicaragua y Venezuela por no respetar la democracia.