De acuerdo con la política estadounidense, un arma de asalto –usadas comúnmente en tiroteos como el de Buffalo y el de Uvalde– es un arma de guerra que no tiene cabida en la sociedad civil.
Por Susan Haigh y Patrick Semansky
BUFFALO, Nueva York, EE.UU. (AP) — Los dolientes despidieron a la última de las 10 personas de raza negra asesinadas en un ataque racista en un supermercado de Buffalo, en un funeral que se convirtió en un llamado a la acción y en una emotiva petición para poner fin al odio y la violencia que ha sacudido a la nación.
El servicio para Ruth Whitfield, de 86 años, la mayor de las 10 personas que murieron en el ataque de hace dos semanas, incluyó un inesperado discurso de la Vicepresidenta estadounidense Kamala Harris.
Harris acudió al servicio de la Iglesia Bautista Monte de los Olivos en Buffalo acompañada por Doug Emhoff, su esposo y el segundo caballero de Estados Unidos.
Harris se dirigió a los dolientes para decir que este es un momento para que “todas las buenas personas” se enfrenten a la injusticia que ocurrió en el supermercado Tops Friendly el 14 de mayo, así como en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, y en otros tiroteos masivos.
“Este es un momento que requiere que toda la gente buena, toda la gente que ama a Dios se levante y diga que no toleraremos esto. Ya es suficiente”, indicó Harris, que no estaba un discurso programado y tomó al micrófono a petición del reverendo Al Sharpton.
“Nos uniremos con base en lo que todos sabemos que tenemos en común, y no dejaremos que esas personas que están motivadas por el odio nos separen o nos hagan sentir miedo”.
Después del funeral, Harris y Emhoff visitaron un monumento conmemorativo en el exterior del supermercado.
La vicepresidenta colocó un gran ramo de flores blancas y la pareja se detuvo a rezar durante varios minutos.
En el mismo lugar, el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden depositaron flores el 17 de mayo y visitaron a las familias de las víctimas. Está previsto que Biden acuda este fin de semana a Texas para visitar a las familias de las víctimas del tiroteo del martes.
Más tarde, Harris dijo a los periodistas que el Gobierno no está “sentado esperando averiguar cuál es la solución” al problema de la violencia armada en el país.
“Sabemos qué es lo que funciona”, dijo, y reiteró su apoyo a los controles de antecedentes y la prohibición de las armas de asalto.
“Prohibamos las armas de asalto”, dijo. “Un arma de asalto es un arma de guerra que no tiene cabida en la sociedad civil”. Control de antecedentes: ¿Por qué debería alguien poder comprar un arma que puede matar a otros seres humanos sin saber al menos: Oye, esa persona ha cometido un delito violento antes, es una amenaza contra sí misma o contra los demás?”.