Otros países como Reino Unido, Australia o Estados Unidos se han unido al boicot diplomático contra China por las violaciones a los Derechos Humanos en Xinjiang; a pesar de la decisión de Japón, representantes y funcionarios olímpicos nipones sí asistirán al evento deportivo.
MADRID, 24 Dic. (EUROPA PRESS).- Las autoridades de Japón han confirmado este jueves que no enviarán a representantes del Gobierno a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en medio del boicot internacional como gesto de denuncia hacia los abusos contra los derechos de las minorías cometidos por las autoridades chinas.
En su lugar, irán la presidenta de los Juegos de Tokio, Seiko Hashimoto, y otros dos funcionarios, según ha dicho el Secretario jefe del Gabinete japonés, Hirokazu Matsuno, que también ha informado de la asistencia del presidente del Comité Olímpico Japonés, Yasuhiro Yamashita, y el presidente del Comité Paralímpico de Japón, Kazuyuki Mori.
«Tokio ha renunciado a sus planes de enviar a altos funcionarios a los Juegos de Pekín porque ha visto pocas mejoras en la situación de los Derechos Humanos en las regiones de Xinjiang y Hong Kong, han dicho fuentes gubernamentales, según ha recogido el diario Japan Times.
Los atletas japoneses, sin embargo, participarán en los Juegos en febrero, según lo programado, tal y como informa la agencia japonesa de noticias Kiodo.
Las autoridades japonesas anunciaron a mediados de octubre que consideraban sumarse al boicot internacional encabezado por Estados Unidos contra este evento del gigante asiático, uniéndose así a países como Australia, Reino Unido y Canadá.
Unos días más tarde, el Primer Ministro de Japón, Fumio Kishida, afirmó que «por ahora no estaba entre sus planes» acudir a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín de 2022.
«Por el momento no tengo planes de acudir», dijo ante el Parlamento, donde defendió que es «importante» hacer una valoración de la situación «por sí mismo» y «teniendo en cuenta todos los asuntos que hay que considerar sobre los intereses nacionales».
Tras el anuncio de boicot, Pekín advirtió de que «pagarán el precio de sus movimientos equivocados», si bien señaló que altos cargos de países como Estados Unidos tampoco estaban invitados a la cita deportiva.