Calceta de chimenea (en caso de tenerla): lo que le da sabor al caldo. / Turrón: dulce petrificado, con base en almendras y miel, para partirse a mazazos. / Peladillas: llámese así no a las almendras confitadas, tan ricas, sino a esas comadres chismoseando por los regalos de los otros. Tan pobres. / Ponche con piquete: brebaje mágico para la creación súbita de Santacloses. / Bacalao: menjunje de fibra de vidrio, hidratado acaso por galones de aceite de oliva, salado como la suerte de un maldito, que hace las veces de bolo para la rumia decembrina. / Bacalao Noruego de Crianza Local. / Bacalao hecho por mamá: orgullo familiar y, por ello, patrimonio universal. El mejor del mundo. Las cruzadas contra aquel que hable mal del bocadito enviado por familiares y vecinos. / Receta: la mía es la neta, la tuya por supuesto, la fea. / Ciruelas pasas: abuelas. / Rey Mago: aparece de la nada el cínico y desaparece los platillos de los vecinos. / Orejones de chabacano: pedazos de duende. / Brindis: deseo mezclado con esperanza. Cierto cuando colectivo, y egoísta cuando es personal. / Horno precalentado: dícese del que llega a una fiesta ya tomado. / Fuego lento: horno viejo. Fuego de poca monta: microondas. / Pavo ahumado: pavo desalmado. / Pierna de jamón: salvavidas. Buque para el rescate del que odia las charlas nimias. Mastique lonchas enteras y guarde así la debida distancia de los otros comensales majaretas. / Doce uvas: procedimiento mínimamente mágico mediante el cual se pretende que todo cuanto deseemos se conseguirá no trabajando o por la suerte de la mano de algún Dios misericordioso, sino por la ingesta atragantada de doce uvas aguadas y sin lavar. / Ensalada de Navidad: patrimonio vivo de la clase media. Conciencia de clase. Limite cultural. / Fruit Cake: rosca de la edad de piedra, que comprueba que, efectivamente, podemos comer lo que sea. Naturaleza muerta. / Pavo: a fin de cuentas un ave. Vil ave. No coma pavos: en todo caso coma águilas. ¡Esos pavos! Imagíneselos vivos. Ahora muertos y encuerados. ¿En verdad se le antojan? ¡Puras pavadas! / Mesa de Nochebuena: moneda echada: o jardín de las delicias o campo de batalla. / Brindis: con deseos colectivos: buenos. Malos si son sobre currículos y egos. / Empacho: mal del alma provocado por no saber decir. “No” a esa comida irreconocible hecha por algún pariente sobrado de autoestima o carente de ella. / Pedir posada: tío ebrio en el sillón. / Recalentado: antiguamente, atizar el fuego de amores casi extintos, que es deporte nacional. Ahora: oportunidad que nos brindó el destino, y por supuesto desaprovechamos, para decir: “No”. / Dicha: la alegría de cebar a la familia. / Intercambio de regalos: fuente de discordia porque siempre se desea lo del otro. O en otras palabras: porque todos se piensan como “Niños Dios”, pero ven al otro como “Burros del establo”. / Lechón: metáfora de la insoportable levedad de nuestro ser. / Manzana en lechón: la cereza del pastel sobre nuestro ser. / Brindis realista para el teatro de la vida: ¡Mucha mierda! / Bufanda: prenda de tela cuya longitud es (al igual que el hedor del agua de colonia), inversamente proporcional al rango que se tiene en la oficina. / Dime qué regalas y te diré quién eres. Dime lo que pides que te regalen y te diré quién quieres ser. / Árbol de Navidad: para recordar que no sólo somos cazadores- recolectores sino también, por si fuera poco, leñadores. / Árbol sintético: Jeff Koons INC. / Nieve en aerosol: si no sales a Natura, la tundra llega a ti: Jeff Koons INC. / Preposada: espacio y tiempo ganado por la lucidez de los ebrios para beber como Dios manda. / Beben los peces en el río: Delirium Tremens. / Canasta navideña: si elegante, cornucopia embalsamada, trineo de sorpresas. Si naturalita (con sardinas Guayamex, harina “Tres Estrellas” y pasta “Moderna”): aunque camuflada: vil despensa. / Canasta navideña: regalo de abarroteros. / Azúcar glas: Navidad sin Montañas. / Colación: dulces impostores frustrando niños desde 1873. / Piñata: tía. / Llanto: hipersensibilidad a los componentes de la formula “Fin de año”. / Reno de la nariz colorada: tío ebrio en cuatro patas. / “¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino!”: Tía contra tío. / Iglesia: restaurante carnívoro para visualizar, uno por uno, todos los pecados que hemos cometido. De pensamiento, de palabra, obra u omisión. Pero mucho más de pulsión. / Dedazo: privilegio que pensamos exclusivo de meter el dedo en el guiso. Aperitivo clandestino. / No le hagas el feo a la Ensalada de Navidad. Cómela: la fe moverá esa montaña. / Cena de fin de año: salvoconducto para hibernar. / Guantes: más que por frío, por miedo a la influenza en el convivio. / Pastorela: antigua telenovela. / Fiambres y brebajes: aguja e hilo para el parchado del tejido social. Dinámica histórica de integración burocrática. / Leche y galletas debajo del árbol: comida para el perro. / Calzones rojos: ¿para supermanes o para subnormales? / ¿Llega Santa?: la casa por la ventana. ¿Cuesta de enero?: la casa de empeño. / Aguinaldo: Delirium Tremens. / Las esferas metálicas son los frutos del árbol metálico, de la genealogía metálica, de la vida sintética. / Advertencia: Si blasfemas en la iglesia, te pondrán la lengua en la nevera. / Típico: se le pasaron las cucharadas de ese néctar mítico que es el jerez ibérico. / Romeritos con mole negro: artillería pesada proveniente del mismísimo infierno. / Tontín parecerás con tu gorrito de Navidad. / Duelos y quebrantos: así llaman los críos a sus más feos regalos: calzones y calcetines, pijamas y demás trapos. / Regurgitado: en esa misma o la siguiente Navidad, dícese del regalo vuelto a regalar. / Próspero año nuevo: entelequia. Idealismo. Romanticismo. Delirium Tremens. / Castañas: metáfora de que vivimos como papa caliente. / ¿Romeritos? ¡Déselos al pavo! / “A ver, ¿sóplame?”: alcoholímetro casero jodiendo a los adolescentes en Navidad desde 1950. / Manitas de puerco en grito ahogado. Dícese de aquel que pise el capuchón de una luz al poner las series en el arbolito. / Tuvo trillizos y le han puesto “La Rosca de Reyes”. / Santaclos: Jeff Koons INC. / La llorona: dícese al que le toque, al día siguiente, lavar los trastos. / “¡Ooos pido probaaada!”: grito en verdad sentido y compartido de los adictos a la comida, en esta época navideña. / ¿Tres reyes magos? ¿Uno castaño, uno negro y uno cano, sobre un camello y par de caballos? ¡Delirium Tremens, hermano! / Chimenea: umbral a otra dimensión, siempre y cuando no esté lleno de hollín sino de leña. / Bolsa de los sacos: portaviandas. / Galleta de Jengibre: abuelo. / Redentor: Pepto Bismol. / Rey Mago: aquel que se las arregla para transformar, cualquier cena, en noche buena. / Fin de año: comienzo del nuevo asalto.
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