Pekín, 8 Ene (Notimex).- Si China elimina el controvertido programa de reeducación por medio del trabajo forzado sería un paso adelante en la construcción de un estado de derecho en esta nación asiática, afirmó hoy Human Rights Watch.
«Esta decisión, si realmente pone fin a la reeducación por medio del trabajo, sería un indiscutible pase adelante hacia el establecimiento de un estado de derecho en China», dijo Sophie Richardson, directora para China de la organización no gubernamental con sede en Nueva York.
En esta semana fue anunciado que el régimen de Pekín está estudiando la posibilidad de reformar, o incluso abolir, la práctica de enviar a prisioneros a campos de trabajo para reeducación, el sistema «laojiao», como se le conoce en mandarín.
Un oficial de alto rango aseguró, citado por un periódico especializado en temas legales, que Pekín iba a modificar este sistema importado por China de la Unión Soviética durante la época de Mao Zedong para castigar a disidentes, contrarrevolucionarios y activistas.
El sistema se sigue aplicando hoy contra los activistas y disidentes, pero también con prostitutas y drogadictos, y su estructura legal permite a oficiales de seguridad pública detener a gente hasta cuatro años en estos campos, sin que haya un juicio ordinario.
Aunque las informaciones han sido contradictorias, ya que hay gente que evoca una abolición del sistema mientras otros llaman simplemente a una reforma que implique una mejor implementación, los expertos aseguran que se trata de un gran avance en el sistema judicial chino.
Las informaciones no confirmadas oficialmente evocan una abolición de su uso para finales de 2013, y para ello debe ser aprobada por el próximo Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, que se celebra en marzo próximo.
China tiene actualmente 310 campos de reeducación por medio del trabajo, donde están residiendo 310 mil prisioneros, según informaciones de la cadena pública china CCTV.
