Hoy, hace 20 años, Dennis Tito se convirtió en el primer turista espacial cuando viajó a bordo de la nave rusa Soyuz TM-32 rumbo a la Estación Espacial Internacional.
Moscú, 28 abr (EFE).- Dennis Tito, un multimillonario estadounidense, se convirtió hace hoy 20 años en el pionero del turismo espacial, un negocio que ayudó en su momento a financiar el programa espacial de Rusia.
El primer turista espacial inició el histórico periplo, por el que pagó 20 millones de dólares (16.6 millones de euros) a bordo de la nave rusa Soyuz TM-32, acompañado de los cosmonautas Talgat Musabáyev y Yuri Baturin.
Dos días más tarde, el 30 de abril de 2002, la nave se acopló a la Estación Espacial Internacional (EEI), todavía en construcción, donde Tito permaneció seis días antes de regresar a la Tierra en la Soyuz TM-31.
UN VUELO QUE SUSCITÓ TENSIONES
El vuelo del primer turista espacial suscitó tensiones entre la Agencia Aeroespacial de Rusia y NASA, que se opuso desde un principio al viaje de Tito, aunque finalmente y a regañadientes dio su consentimiento a que llegase a la EEI.
Durante su estancia en la plataforma orbital, Tito, que a la sazón tenía 60 años, participó en algunas de las tareas de los astronautas y grabó sus experiencias en el espacio, donde -dijo- cumplió su «sueño de toda la vida».
La presencia del turista en la EEI levantó muchas críticas en la NASA, que llegó a acusar a Tito de entorpecer las labores a bordo de la plataforma espacial y amenazó con reclamaciones económicas a Moscú por eventuales perjuicios.
Dirigentes del programa espacial ruso rechazaron tajantemente las quejas de la NASA de que sus astronautas se hubieran convertido en «niñeras» del primer turista espacial.
«El lugar donde me encuentro está a más de cien metros de los caballeros americanos, por lo cual de ninguna manera puedo entorpecer su trabajo», dijo el millonario durante una comunicación televisiva desde el segmento ruso de la EEI, formado entonces por los módulos Zvezdá y Zariá.
Y es que la NASA le prohibió la entrada en el segmento estadounidense del ingenio orbital.
«Tito está ocupado en sus filmaciones, no aprieta botones, no se mete en nada y, desde luego, no pretende abrir el ‘telón de acero’ que ellos han levantado», dijo en su momento el director de la corporación aeroespacial Energuia, Yuri Semiónov.
UNOS 150 MIL DÓLARES POR CADA VUELTA A LA TIERRA
Antes de emprender el viaje, el primer turista espacial, que desembolsó poco más 150 mil dólares (124 mil euros) por cada una de las 128 vueltas que dio a la Tierra, recibió un entrenamiento de ocho meses en el Centro de Preparación del Cosmonauta y, tras superar con éxito las pruebas, fue declarado apto para el vuelo.
La aventura de Tito en naves rusas fue emulada por otros seis turistas espaciales, entre ellos el estadounidense de origen húngaro Charles Simonyi, quien viajó a la EEI en dos ocasiones, en 2007 y 2009.
El turismo espacial fue suspendido por la agencia espacial de Rusia después de que Estados Unidos abandonara su programa de transbordadores y se viera obligado a comprar plazas en las naves rusas para llevar a sus astronautas a la plataforma.
SPACEX RESUCITA EL TURISMO ESPACIAL
La irrupción en la conquista del espacio de las naves de la empresa estadounidense SpaceX del multimillonario Elon Musk abre nuevas perspectivas al turismo espacial.
Ya para este año, SpaceX tiene previsto enviar al espacio una nave Dragon con cuatro tripulantes, todos ellos civiles, capitaneados por Jared Isaacman, fundador y director ejecutivo de la empresa Shift4 Payments.
El vuelo, denominado Inspiration4, tendrá una duración de varios días y de momento se desconoce el precio que tendrán que pagar los turistas espaciales.