Muchos hospitales del país están luchando por hacer frente al agotamiento entre médicos, enfermeras y otros trabajadores de salud, cansados por una multitud de pacientes ante el aumento de casos por la variante Delta en ésta época navideña, aunque consideran que están mejor preparados por si llega una nueva ola.
Por Ed White
DETROIT, 18 de diciembre (AP) — Los hospitales a lo largo y ancho del país se encuentran batallando para afrontar la fatiga entre los doctores, enfermeras y otros trabajadores, quienes ya están golpeados por el constante aumento de pacientes por el surgimiento de la variante Delta y se encuentran en preparación para las consecuencias de otra mutación altamente transmisible.
Ohio se convirtió en el último estado en convocar a la Guardia Nacional para ayudar en las abrumadas instalaciones médicas. Expertos en Nebraska advirtieron que sus hospitales quizá necesiten que racionalizar el acceso. Funcionarios sanitarios en Kansas y Missouri están retrasando cirugías, rechazando transferencias y tratando desesperadamente de contratar a enfermeras y enfermeros, mientras los casos se duplican y triplican en un inquietante recordatorio de la época navideña el año pasado.
«No hay ninguna clase de escuela de medicina que te pueda preparar para estos niveles de muerte», dijo la doctora Jacqueline Pflaum-Carlson, una especialista en emergencias del Sistema de Salud Henry Ford en Detroit. «Los golpes siguen llegando».
El promedio nacional de los últimos siete días de admisiones en el hospital por COVID-19 fue de 60 mil para el miércoles, lejos del pico del invierno pasado, pero un 50 por ciento más alto que a principios de noviembre, de acuerdo con el reporte del Gobierno estadounidense. La situación es más aguda en regiones donde el clima es frío y donde la gente se reúne cada vez más en interiores las nuevas infecciones se acumulan.
El estado de Nueva York reportó el viernes que poco más de 21 mil personas habían dado positivo a COVID-19, un nuevo récord desde que las pruebas comenzaron a estar ampliamente disponibles. Las consecuencias ocurrieron rápido en la ciudad de Nueva York: el show navideño de The Rockettes se canceló para esta temporada y algunos show de Broadway cancelaron sus actuaciones debido a brotes entre miembros de sus elencos.
«Estamos en una situación donde nos enfrentamos un aumento importante por Delta y estamos viendo por detrás de nuestros hombros el aumento por Ómicron», el doctor Anthony Fauci, el principal consejero médico del Presidente Joe Biden, dijo sobre las dos variantes de la COVID-19.
En el hospital AdventHealth Shawnee Mission, cerca de Kansas City, en Missouri, la jefa de la Oficina Médica, la doctora Lisa Hays, dijo que el departamento de emergencia está experimentando turnos de refuerzo que duran días.
«Las camas no son el problema. Son los enfermeros que tienen que atender esas camas… Y todo esto ha sido provocado por el aumento de los números de COVID y la fatiga», expresó Hays. «Nuestras enfermeras están muy cansadas».
Los expertos atribuyen la mayoría del aumento de los casos y hospitalizaciones a los contagios entre personas que no se han vacunado contra el coronavirus. El Gobierno dice que el 61 por ciento de la población se encuentra totalmente vacunada.
El doctor Steve Stites, jefe de la Oficina Médica en la Sistema Médico de la Universidad de Kansas, en Kansas City, Kansas, indicó que la «pandemia de los no vacunados» continúa sumergiendo los hospitales y a sus trabajadores.
«No hay a dónde ir. Nuestro personal está cansado. Nos vamos a quedar sin ‘viajeros’», añadió Stites, en referencia a los trabajadores sanitarios temporales, «y Ómicron está en la puerta de entrada. Esto es una ‘alerta de tornado’ para nuestra comunidad».
El despliegue de la Guardia Nacional en Ohio es uno de los más amplios que se hayan visto durante la pandemia, con más de mil miembros enviados a hospitales asediados especialmente en las áreas de Akron, Canton y Cleveland.
Hasta el viernes, cuatro mil 723 personas en el estado estaban hospitalizadas por coronavirus, un número que sólo se había visto desde hace un años, el Gobernador Mike DeWine dijo. Algunos trabajadores se tomaban apenas unos pocos descansos cortos antes de entrar a un segundo turno, añadió.
Los sistemas de salud en el resto de lugares que están de alguna manera en mejor posición se encuentran nerviosos, viendo como la variante Ómicron comienza a llegar y preparándose ellos mismos para el impacto.
Un funcionario de Nebraska informó que los hospitales quizá tendrían que poner una parte de sus funciones en pausa para hacerle espacio a los pacientes con COVID-19. Mientras los contagios están por debajo de los picos de la pandemia en el estado, podrían repuntar rápidamente, y la disponibilidad de camas se mantiene limitada, ya que cuentan con pacientes que sufren de otros problemas no relacionados con el virus.
«Puede ser posible que Ómicron causa un incremento gigante, y honestamente no podemos manejar eso en este momento», señaló la doctora Angela Hewlett del Hospital de Medicina de Nebraska, en Omaha.
En el Centro Médico Providence Holy Cross, en Los Ángeles, apenas 17 pacientes con coronavirus estaban siendo tratados el viernes, una fracción pequeña en comparación con la peor época en dichas instalaciones. El jefe de enfermeros, Edgar Ramírez, dijo que sus colegas se encuentran cansados pero es mejor estar preparados por si una ola los golpea.
«El factor humano de tener miedo siempre va a estar ahí», aseveró Ramírez. «Yo le digo a mi equipo: ‘Tenemos que hablarlo. Tenemos que sobrellevarlo entre nosotros’. De otra manera, va a ser duro».
Las hermanas gemelas Linda Calderon y Natalie Balli, de 71 años, habían planeado vacunarse pero lo pospusieron hasta que fue demasiado tarde. Ahora, están en el mismo cuarto en el Providence Holy Cross, con oxígeno, con sus camas separadas apenas por algunos metros.
«Siempre decíamos ‘lo haremos mañana’. Pero mañana nunca llegó», dijo Calderon, mientras veía a su hermana batallar con su respiración. «Realmente nos arrepentimos de no aplicarnos la dosis, porque si lo hubiéramos hecho, no estaríamos como estamos ahora mismo».
Pflaum-Carlson, la doctora del Sistema de Salud Henry Ford en Detroit. pidió públicamente a la gente que se vacune para su beneficio y también para aquellos trabajadores sanitarios que tienen que enfrentarse en primera fila a las derrotas por el virus. El 80 por ciento de los 500 pacientes COVID en el sistema en los cinco hospitales no se han vacunado.
«Tengan un poco de empatía y consideración con respecto a lo devastadoras que están las cosas ahora mismo», suplicó.
–Con información de Eugene Garcia y Jae Hong; Heather Hollingsworth; y Andrew Welsh-Huggins.