Un paciente con antecedentes de COVID-19 presentó intensos dolores de cabeza y problemas de visión en el ojo derecho, por lo que fue diagnosticado con la bacteria Streptococcus constellatus, que puede causar infecciones cuando interactúa con otros patógenos.
Estados Unidos, 28 de agosto (RT).- Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, ha descrito el caso de un paciente que perdió temporalmente la visión en uno de sus ojos tras haber contraído la COVID-19, según un estudio publicado esta semana en la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery.
El paciente, de 70 años, acudió al hospital debido a intensos dolores de cabeza (cefalea) y problemas de visión en el ojo derecho. Tres semanas antes, ese hombre había sido diagnosticado con rinorrea (secreción nasal) y COVID-19. Se recuperó de esta última enfermedad.
Durante el chequeo médico, el paciente sólo podía distinguir movimientos amplios con el ojo afectado y cualquier actividad con ese ojo le provocaba severos dolores. La tomografía computarizada reveló que la fuente de los dolores se encontraba en los senos nasales, que estaban inflamados. Esa afección incluso estaba provocando una erosión del hueso que constituye el vértice orbitario medial, por lo que el paciente fue sometido a una operación de urgencia, observándose purulencia en todos los senos nasales.
A propósito de un paciente contagiado, y recuperado de Covid, llega a hospital con fuerte cefalea.
Pérdida aguda de visión por rinosinusitis bacteriana, relacionada con IgG4.
Acute Vision Loss From IgG4-Related and Bacterial Rhinosinusitis After COVID-19 https://t.co/kmyi6YGgQp pic.twitter.com/7FFMbLhwME
— Miguel Angel Grullon C. (@miguel78910) August 27, 2021
LA PRESENCIA DE UNA BACTERIA
Los análisis de las muestran evidenciaron la presencia de una bacteria llamada Streptococcus constellatus, por lo que se inició un tratamiento con antibiótico. Esta bacteria forma parte de la flora normal de la cavidad oral, la región urogenital y el tracto intestinal, pero con frecuencia puede causar infecciones purulentas en otras partes del cuerpo coexistiendo con otros patógenos.
Aunque inicialmente hubo una mejoría en el paciente después de la cirugía, la cefalea y su visión empeoraron progresivamente. Pruebas adicionales revelaron una prevalencia de inmunoglobulina G4 (IgG4-RD), un trastorno inmunitario poco frecuente que suele afectar a múltiples tejidos y órganos con masas similares a tumores y/o aumento de tamaño indoloro.
EL ROL DEL SARS-COV-2 EN LA PÉRDIDA DE VISIÓN
Con un diagnóstico de rinosinusitis relacionada con IgG4, el paciente recibió otro tratamiento con corticosteroides y otro antibiótico, lo que condujo a una mejora de los síntomas y tres semanas después la visión del paciente volvió a la normalidad y la cefalea desapareció.
«Hasta donde sabemos, este es el primer caso que describe rinosinusitis bacteriana aguda y relacionada con IgG4, simultánea después de una infección anterior por SARS-CoV-2«, señala el estudio. «En general, la COVID-19 puede haber provocado la exacerbación de la IgG4-RD subyacente o una respuesta de IgG4, con la precipitación simultánea de una rinosinusitis bacteriana aguda», señala.