El 2019 fue un año importante para el 43 Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Aunque no fue bueno para migrantes, tampoco en materia de seguridad, ni en lo referente a la credibilidad del mandatario, quien sólo en 2019 ha hecho más de 5 mil 748 declaraciones falsas o engañosas y ha subido más de 7 mil 270 tweets, en su mayoría exageraciones y ataques despiadados, en un show continuo que consigue marcar la agenda mediática de manera efectiva.
Ciudad de México, 28 de diciembre (OpenDemocracy).– En 2016, Donald Trump se lanzó a la carrera presidencial en Estados Unidos con el lema de campaña «Make America Great Again» (Hagamos grande a América otra vez), una apelación nacionalista y populista a un pasado mítico, cuando los estadounidenses blancos dominaban el mundo y China no existía.
Cuando falta todavía un año para las nuevas elecciones, Trump presentó su candidatura a la reelección en Florida ante miles de seguidores, anunciando que el lema de su nueva campaña será «Keep America Great» (Mantengamos grande a América), implicando que ya consiguió lo que se proponía haciendo grande a América, y que ahora hay que conservarla así.
Solo en 2019, ha hecho más de 5 mil 748 declaraciones falsas o engañosas y ha subido más de 7 mil 270 tweets, en su mayoría exageraciones y ataques despiadados, en un show continuo que consigue marcar la agenda mediática de manera efectiva. En su hoja de servicio también está el haber llevado a casi 70 mil niños migrantes a centros de custodia gubernamental, mientras han habido 394 tiroteos masivos en el país, según la página NowThis Politics.
A pesar de estas cifras escandalosas, su tasa de aprobación se ha mantenido relativamente estable durante todo 2019. Según la última encuesta Gallup, en noviembre era de un notable 43 por ciento teniendo en cuenta lo controvertido de su figura. Entre partidarios de los Republicanos, el 90 por ciento está contento con su gestión, y el 38 por ciento de los independientes también están satisfechos con su presidencia hasta ahora.
Pero la polémica alrededor de su presidencia es continua, y ha desembocado ahora en un debate sobre un posible impeachment (destitución) del Presidente Trump debido a conductas criminales e inapropiadas, en un intento de decantar a su favor las próximas elecciones presidenciales. ¿Que nos aguarda en el último año con Trump? ¿Qué puede ocurrir con el impeachment?
2019 Y LA GESTIÓN DE TRUMP
El Presidente Trump se declara continuamente encantado de su último año de gestión. En un discurso reciente, aseguró que la economía estadounidense es la envidia del mundo: “quizás la economía más grande que hemos tenido en la historia de nuestro país”.
¿Pero es cierto que en el último año ha mejorado la economía de EU? Según un informe publicado por el The New York Times, las tasas de empleo han subido en todos los estados desde que Trump llegó a la presidencia, y este año, la subida se ha mantenido.
Los estados con más aumento de empleo han sido Nevada y Utah, en donde las tasas de empleo han subido más del 9 por ciento. También han habido subidas importantes en los estados de Texas, Florida, y Arizona, que son importantes estados electorales que suelen decantar elecciones debido al peso que tienen en el colegio electoral.
Los indicadores muestran que la economía está en un buen momento. Sin embargo, las guerras comerciales con México y China, las continuas amenazas tarifarias contra Europa, y las tensiones en Oriente Medio, han hecho que la Reserva Federal, mantenga tasas de interés muy bajas.
Siempre que esto ha ocurrido en el pasado, ha acabado habiendo una recesión. Si bien la gestión económica de Trump ha sido menos irregular, durante la presidencia de Obama, hubo momentos de crecimiento mucho más alto de lo que ha habido durante Trump.
Además, sus políticas de reducción de un estado de bienestar ya de por sí muy frágil han hecho mucho daño a los sectores más vulnerables de la sociedad. Aunque los datos de 2019 no se han publicado todavía, un informe de septiembre del U.S. Census Bureau reveló que en 2018, 27.5 millones de estadounidenses no tenían seguro médico, y que esto representa un aumento del 8.5 por ciento en comparación con 2017.
Esto se ha sumado a la voluntad de Trump de acabar con el denominado “Obamacare” y debilitar Medicaid, el programa del gobierno de Obama que permitió que los más pobres tuvieran acceso a asistencia de salud.
Otra evolución preocupante que hemos visto bajo Trump en 2019, ha sido el aumento de los tiroteos masivos. Según el Gun Violence Archive, este año ha sido el peor de todos desde que empezaron a recoger datos sobre el fenómeno en 2014. Hasta el 1 de diciembre, hubo 385 tiroteos masivos este año, y hubo también 35.943 muertos por heridas de armas de fuego.
El caso de El Paso, en Texas, el peor tiroteo del año, fue cometido contra la comunidad latina por un hombre que subió a la red un manifiesto en el que temía el “gran reemplazo”, una ideología de supremacía blanca que cree que existe una sustitución de la raza blanca por personas de origen étnico diverso.
Jeff Schoep, ex-líder de una organización neonazi y actual activista contra el extremismo, dice que el discurso de Presidente Trump sobre una “invasión latina” en EU ha empoderado a supremacistas blancos para que actúen evitando el “reemplazo de la raza blanca”.
Su discurso político abiertamente racista y xenófobo, aunque no sea la causa principal del aumento de tiroteos de supremacistas, podría estar vinculado a éstos de una forma extremadamente preocupante.
EL DEBATE SOBRE LA DESTITUCIÓN
Recientemente, la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes de EU aprobó dos artículos de impeachment contra Trump por el abuso de poder cometido cuando amenazó a Ucrania, un aliado vulnerable y en estado de guerra ante la invasión rusa de una parte de su territorio, con congelar millones de dólares en asistencia militar hasta que accedieran a ayudar a Trump en las elecciones de 2020 buscando información comprometedora sobre su principal rival político, Joe Biden.
Cuando se produjo la filtración del contenido comprometedor de las conversaciones de Trump con el Presidente de Ucrania, el Congreso de EU lo denunció, pero Trump respondió que un Presidente no debería tener que responder por sus acciones ni justificarlas ante el Congreso. Es decir, pasar por alto su obligación fundamental de cumplir con los controles parlamentarios sobre el Presidente.
Ahora, después de que la Cámara de Representantes haya votado a favor de la destitución gracias a su mayoría Demócrata, el caso pasará al Senado. Pero dado que existe una mayoría de Republicanos en el Senado, donde tendría lugar la votación final sobre el impeachment, es muy poco probable que, con los argumentos que hay actualmente sobre la mesa, éstos apoyen una potencial destitución.
La apuesta por el impeachment, ciertamente arriesgada, está siendo ya atacada frontalmente por un candidato que tiene buenas probabilidades de ganar las elecciones presidenciales en 2020.
Trump, que era un outsider de la política todavía en 2016, ha convertido su personaje histriónico con vocación de showman en el eje de un mandato errático, basado en el populismo, el proteccionismo, el unilateralismo y el juego a favor de los lobbies energéticos, armamentistas, farmacéuticos y de toda índole.
Éstos estarán encantados de seguir teniéndole a él acaparando toda la atención mediática mientras siguen con sus negocios multimillonarios pagando menos impuestos que nunca. Es sabido, además, que en EU la mayoría de los pobres no tienen la posibilidad de ir a votar.