Con su lente, Graciela Iturbide ha retratado la belleza del pueblo Seri, una comunidad de pescadores nómadas en el desierto de Sonora y cercanos a la frontera con Arizona; y también ha fotografiado al pueblo zapoteco en Juchitán, Oaxaca. Durante noviembre de 2018 y abril de 2019, Citibanamex El Banco Nacional de México realizó un reconocimiento a su obra con la exposición de 270 de sus fotografías en el Palacio de Iturbide.
Ciudad de México, 25 de octubre.– Una mexicana apasionada e imparable puede hacer incluso hablar a la luz. Es así como Graciela Iturbide, máxima exponente de la fotografía mexicana, ha logrado documentar la riqueza cultural y las raíces de su país. Es por ello que Citibanamex El Banco Nacional de México como parte de su campaña para celebrar sus 135 años de historia en México, ha elegido la historia de esta mexicana imparable para demostrar que los mexicanos “no nos rendimos y somos incansables”.
Iturbide ha sido considerada como una de las mejores fotógrafas del país del siglo XX, y ha sido galardonada en diferentes partes del mundo.
Graciela es originaria de la Ciudad de México, donde nació en 1942. Desde pequeña mostró interés por la fotografía gracias a su padre, quien era un fotógrafo aficionado. Comenzó sus estudios en 1969 en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM para ser directora de cine.
Iturbide conoció en el CUEC al maestro de fotografía mexicana, Manuel Álvarez Bravo y fue atraída por su trabajo.
Durante 1970 y 1971, Graciela trabajó como asistente de Manuel Álvarez y lo acompañó en diversos viajes a través del país. Luego, también en los años setenta, ella comenzó a viajar por Latinoamérica donde comenzó a nutrir su obra.
Su lente ha retratado la belleza del pueblo Seri, una comunidad de pescadores nómadas en el desierto de Sonora y cercanos a la frontera con Arizona. Ella decidió documentar la vida de ese pueblo en 1978, cuando fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar a los pueblos indígenas del país.
Un año después, en 1979, invitada por el artista Francisco Toledo, Graciela Iturbide viajó a Juchitán, Oaxaca, para fotografiar al pueblo zapoteco en esa zona del sureste del país. La serie fotográfica que Iturbide comenzó en ese año y concluyó en 1988 dio vida al libro Juchitán de las Mujeres, que se publicó en 1989.
Ese libro es el resultado de diez viajes que Graciela realizó a ese municipio del Istmo de Tehuantepec en los cuales retrató la vida y costumbres de esa comunidad a través, sobre todo, de sus mujeres.
La obra de Iturbide ha sido galardonada con diversos reconocimientos y premios, entre los que destacan, el Grand Prize Mois de la Photo, París, 1988; el International Grand Prize, Hokkaido, Japón, 1990; el premio Hasselblad, 2008; el Premio Nacional de Ciencias y Artes, Ciudad de México, 2008; el Doctor Honoris Causa, tanto en el Columbia College Chicago en 2008, como el San Francisco Art Institute en 2009; y recientemente, el V Premio Internacional de Fotografía Alcobendas, España, en 2018.
En México, durante noviembre de 2018 y abril de 2019, Citibanamex El Banco Nacional de México le realizó un reconocimiento con la exposición de 270 de sus fotografías en el Palacio de Iturbide. La exposición “Graciela Iturbide: cuando habla la luz”, la más grande que se haya hecho con la obra de la fotógrafa, acercó casi cinco décadas de trabajo de la fotógrafa mexicana al público en general.
En un programa especial sobre la vida de la fotógrafa realizado por Once Tv México, Graciela narró que cuando comenzó a fotografiar a mujeres en Juchitán, algunas se negaban porque había la creencia de que les harían mal de ojo.
“La cámara es un pretexto para conocerte a ti y al mundo”, afirmó.