Los investigadores colocaron el implante en la médula espinal de la paciente, quien padece atrofia multisistémica de tipo parkinsoniano, para reactivar las neuronas que regulan la presión sanguínea y evitar que perdiera el conocimiento al caminar.
Redacción Ciencia, 6 abr (EFE).- Una mujer que llevaba postrada en la cama más de un año debido a una enfermedad neurodegenerativa ha logrado levantarse y caminar gracias a un implante electrónico que le ha reactivado los nervios de la médula espinal.
El sistema ha sido desarrollado por un equipo de científicos del centro de investigación NeuroRestore de Suiza que dirige Jocelyne Bloch, neurocirujana del Hospital Universitario de Lausana (CHUV), y por Grégoire Courtine, profesor de neurociencia de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).
El implante se había utilizado antes para tratar la presión arterial baja en pacientes tetrapléjicos, pero es la primera vez que se aplica a una persona con una enfermedad neurodegenerativa.
El estudio, publicado en la revista The New England Journal of Medicine, explica que la paciente padecía atrofia multisistémica de tipo parkinsoniano (AMS-P), una enfermedad neurodegenerativa que afecta a varias partes del sistema nervioso, incluido el sistema nervioso simpático.
Patient with multiple-system atrophy regained the ability to stand and walk without syncope using an implanted stimulator coupled with accelerometers that detected changes in body position. https://t.co/qfXACX6D3d pic.twitter.com/5XakpXZqBd
— NEJM (@NEJM) April 7, 2022
La AMS-P provoca la pérdida de las neuronas simpáticas que regulan la presión arterial, que desciende drásticamente en cuanto los pacientes se encuentran en posición vertical -un problema conocido como hipotensión ortostática- y puede ocasionar desmayos.
Estos pacientes son más propensos a caerse, tienen limitada su capacidad para estar de pie y caminar y sufren una importante rebaja de la calidad de vida, ya que deben permanecer reclinados para no desmayarse.
Los investigadores colocaron el implante directamente en la médula espinal de la paciente para reactivar las neuronas que regulan la presión sanguínea y evitar que perdiera el conocimiento al ponerse de pie.
El implante, que consiste en unos electrodos conectados a un generador de impulsos eléctricos que se usa habitualmente para tratar el dolor crónico, mejoró la capacidad del organismo para regular la presión sanguínea y permitió que la paciente estuviese consciente en posición vertical y pudiera realizar la fisioterapia para volver a caminar.
Después de estar postrada en la cama durante 18 meses, el implante permitió a la mujer caminar hasta 250 metros.
Para Bloch, este avance abre el camino a importantes avances clínicos en el tratamiento de enfermedades degenerativas.
«Ya hemos visto cómo este tipo de terapia puede aplicarse a pacientes con una lesión medular. Pero ahora podemos explorar las aplicaciones en el tratamiento de las deficiencias derivadas de la neurodegeneración», destaca.
De hecho, explica Courtine, «esta tecnología estaba inicialmente pensada para el alivio del dolor, no para este tipo de aplicaciones», pero en el futuro «planeamos desarrollar un sistema dirigido específicamente a la hipotensión ortostática» para ayudar a las personas que sufren este trastorno.