#MetaDatos | La desinformación en torno a la epidemia de la COVID-19 tiene diferentes orígenes y fines. Para combatirla hay que ser conscientes de quiénes la promueven y del contexto en que surge, coincidieron especialistas en el encuentro virtual «Así se fabrica la desinformación en América Latina».
Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).- La desinformación en el contexto de la epidemia causada por la COVID-19 se ha convertido en un problema regional. En algunos casos ésta es generada de manera directa desde los gobernantes y sus administraciones, otras veces proviene de particulares con fines políticos, y otras de personas que creen que están difundiendo información veraz.
En América, son varios los presidentes señalados por difundir desinformación. Jair Bolsonaro, Presidente de Brasil, Nayib Bukele, Presidente de El Salvador, y Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, son los que más preocupación despiertan, de acuerdo con especialistas en la materia que participaron en el encuentro virtual «Así se fabrica la desinformación en América Latina» organizado por Connectas.
Luisa Bandeira, investigadora del Digital Forensics Research Lab (DFRLab) de la organización Atlantic Council, consideró que aunque la desinformación afecta en todos los casos, resulta mucho más delicado cuando un gobernante difunde desinformación por el impacto que tiene.
Las declaraciones de Jair Bolsanaro y Donald Trump respecto a minimizar los efectos de la epidemia presentan un peligro porque pueden amplificarse y tener una repercusión mayor en la esfera pública. Es el caso de Trump, el Presidente ha llegado a contradecir los consejos de expertos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) al aconsejar a las personas beber cloro para desinfectarse.
«Nosotros miramos por distintos aspectos quién amplifica la desinformación. Muchas veces si uno cuenta en Facebook que hay que beber cloro para desinfectarse pero es una persona que no se conoce, es malo pero no tanto [como en el caso del Presidente Trump]. En este caso es descubrir quién esta amplificando», expresó la investigadora.
En el caso del Presidente brasileño la desacreditación constante de los medios de comunicación que contradicen las versiones oficiales intensifica la polarización que afecta al país.
La desinformación que surge en el contexto de la epidemia también atraviesa límites geopolíticos. Las distintas versiones sobre el origen del virus que surgen en países confrontados de manera política son el mejor ejemplo de este fenómeno.
ESTRATEGIAS DE DESINFORMACIÓN
México, Colombia, Venezuela y otros países de la región coinciden en que son afectados por distintos tipos de estrategias desinformativas, algunas preceden de gobiernos y otras de particulares con fines económicos o políticos.
Esteban Ponce de León, investigador del DFRLab, destacó el caso de México afectado por estrategias coordinadas en Twitter para dañar la imagen del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Según su análisis, estas estrategias se han incrementado de manera reciente en Twitter, donde se codicia el posicionamiento de tendencias sobre el Presidente, esto con el fin de influir en la opinión pública tanto de manera positiva como negativa.
La polarización en México se ve reflejada en esta dinámica, en donde no solo se colocan tendencias en contra del Presidente sino también a favor. De a cuerdo con Ponce de León durante el mes de abril esta dinámica alcanzó su punto más alto al producirse más de 50 mil hashtags en contra de AMLO y 20 mil a favor de su gestión.
«Si hay un aumento en los hashtags antiAMLO. En abril fue el mayor volumen […] Los hashtags pro AMLO alcanzan 50 mil, mientras un anti AMLO 20 mil», explicó el especialista.
De acuerdo con Bandeira, han detectado una práctica similar en Venezuela donde tienen conocimiento de que el Gobierno dirigido por Nicolás Maduro cuenta con una estructura mediática para posicionar tendencias en Twitter.
En Colombia los analistas también perciben riesgos en este sentido. En este país han identificado una estructura llamada «Bodegas tuiteras» que operó durante el periodo electoral en que el Presidente colombiano Iván Duque resultó ganador en 2018, y en donde estas estrategias sí contribuyeron a modificar la opinión pública. En este caso se encontró correlación entre los hashtags posicionados y grupos organizados desde servicios de mensajería como Whatsapp.
La regulación de la desinformación en las redes sociales fue considerada un tema que no termina de resolverse y que requiere considerar con delicadeza la cuestión del derecho a la libertad de expresión y la procuración de la no criminalización de usuarios que algunas veces comparten información o dan retuit a contenidos falsos o manipulatorios sin tener intención de hacer daño.
FALTA DE INFORMACIÓN ES DESINFORMACIÓN
México también es un país donde se ha generado incertidumbre por la falta de datos oficiales, afirmó Ponce de León, pero la situación en Nicaragua parece ser una de las más preocupantes de la región. Arlen Cerda, editora de Confidencial Nicaragua consideró a la falta de información oficial como una práctica de desinformación.
De acuerdo con la periodista, el Gobierno encabezado por el Presidente Daniel Ortega mantiene una condición de hermetismo respecto al manejo de la epidemia por la COVID-19.
En ese país, dijo, la falta de información ha orillado a los investigadores y periodistas a consultar fuentes de información alternativa como el Observatorio Ciudadano de COVID-19, en tanto que el Gobierno de Nicaragua no proporciona información con cortes diarios, tampoco ofrece datos demográficos que especifiquen de qué localidades proceden los casos contagiados o si estos fueron importados, de qué países provinieron. Según la periodista, el Gobierno de Ortega ha reducido de manera gradual la información que proporciona.
«El 5 de mayo fue la ultima vez que dieron un reporte al día ahora es semanal. En ese reporte semanal no se dice el género. No sabemos cuántas pruebas se han hecho, no se sabe nada de los focos de contagio. El Gobierno admite 25 casos pero no nos dicen de dónde son, de que departamentos», explicó Arlen Cerda.
CLICBAIT Y CONSPIRADORES
En muchos casos la desinformación ha sido generada por particulares. Los especialistas señalaron dos causalidades que atienden a estas dinámicas, por un lado se abordó las redes de portales de noticias falsas que no tienen fines políticos sino económicos.
En muchos de estos casos quienes producen noticias falsas lo hacen para obtener mayor cantidad de audiencia y ganar dinero de esta manera. En otros casos se trata de redes de personas que se acercan por ideologías conspiracionistas. Un caso particular en este sentido fue el documental «Plandemic» que se difundió en días pasados en las redes sociales y YouTube.
De acuerdo con Bandeira, el documental contenía información falsa pero tras seguir la pista de quienes lo difundieron, un grupo de investigadores encontró redes de personas con perfil conspiracionista detrás de la circulación de este audivisual. En decir, quienes lo difundieron no tenían intención de crear desinformación, ellos pensaban que la que se presentaba tenía un sustento legítimo.
«Si analizamos ‘Plandemic’,lleno de afirmaciones falsas y se ha diseminado tan rápido en Facebook que los algoritmos dicen que es un indicio de coordinación, pero cuando los investigadores miraron con atención, no es una cosa automatizada, la cosa es que hay muchas pequeñas comunidades de conspiracionistas. Pequeños grupos hacen que estas cosas sobrevivan por mucho tiempo», dijo la investigadora.
Otro aspecto que ha contribuido a la desinformación son los datos erróneos o manipulados. Entre mayor es el volumen de datos existe una tendencia a que sean tergiversados y el principal riesgo es que esto se haga con fines políticos. También existen problemas de orden metodológico como es el caso de los comparativos entre las cifras de un país y otro respecto al número de contagiados con el virus COVID-19.
En este sentido, existe controversia acerca de comparar casos de países donde se realiza una mayor cantidad de pruebas para detectar el virus o se llevan otro tipo de metodologías, así también se comparan sin considerar el tipo de población o la conformación urbana o la movilidad que presentan sus habitantes.
Pensar rápido pero actuar lento, fue uno de los consejos que Arlen Cerda dio en el foro cuando se trata de verificar información. Uno de los aspectos que se pueden tomar en cuenta en este proceso es considerar el contexto político en que surge una noticia. También es posible incrementar la transparencia en los medios. Abrir los datos tomados en cuenta para una investigación permite que estas puedan ser replicadas.