Estados Unidos se une así a Chile, Israel y a otros países europeos que han anunciado la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra COVID-19 a la población de riesgo.
Washington, 12 ago (EFE).- La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó este jueves por la noche la administración de una tercera dosis de las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer y Moderna a las personas inmunodeprimidas.
Se trata, según este ente regulador, de un «grupo pequeño» de gente, formado por receptores de trasplantes de órganos o «aquellos a quienes se les diagnostica condiciones que se considera que tienen un nivel equivalente de inmunodepresión».
La FDA enmendó así sus autorizaciones de emergencia para estas dos vacunas, que aún no están formalmente aprobadas aunque se utilizan desde diciembre de 2020, para que pueda administrarse esta tercera dosis.
«Después de una revisión exhaustiva de los datos disponibles, la FDA determinó que este grupo pequeño y vulnerable puede beneficiarse de una tercera dosis de las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna», indicó la Comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock.
Esta funcionaria citó la nueva ola de la pandemia que está afectando a Estados Unidos y el «riesgo particular de contraer una enfermedad grave» que corren las personas inmundoprimidas dada su capacidad reducida de combatir infecciones.
Para el resto de personas fuera del grupo de las inmunodeprimidas y que están vacunadas con la pauta completa, la FDA subrayó que siguen «adecuadamente protegidas y no necesitan una dosis adicional de la vacuna COVID-19 en este momento».
Este aviso llega cuando medios locales han destapado que algunas personas en Estados Unidos están aprovechando la falta de controles rigurosos para recibir una tercera dosis sin que esté aprobado ni recomendado por las autoridades.
Estados Unidos se une así a otros países europeos e Israel que han anunciado que en las próximas semanas empezarán a administrar una tercera dosis a población de riesgo.
Eso pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió la semana pasada a los países ricos una moratoria global a una tercera dosis para que haya vacunas suficientes para inmunizar a al menos el 10 por ciento de la población de cada país y proteger así a quienes están en mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave y morir.
Según los datos oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), un 5.2 por ciento de los estadounidenses ha recibido al menos una dosis de alguna de las vacunas, y un 50.2 por ciento la pauta completa.
Se trata de unos porcentajes bajos para un país que cuenta desde hace meses con vacunas suficientes para toda su población pero que se ha topado con escepticismo y rechazo por parte de algunos sectores, especialmente minorías raciales y conservadores.
Hasta la fecha, han muerto de COVID-19 en Estados Unidos 619 mil 093 personas y se han contagiado más de 36 millones, de acuerdo al conteo independiente de la Universidad Johns Hopkins.