Hacer listas al final del año, a veces otorga alegría, por esos libros que en nuestro caso tenderemos que ir a comprar. A veces nos causa frustración porque por más que uno dedique tiempo a la lectura, quedan muchos libros sin leer. Aquí, los escritores y periodistas eligen sus libros favoritos. Ojo, algunos no han salido este año.
Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).- Hemos recurrido a nuestros amigos escritores y periodistas para que nos digan cuáles han sido sus libros favoritos. Hemos sido pacientes en destacar no sólo los libros que han salido este año, sobre todo para descubrir el modo que tienen los creadores para leer.
Hace poco le hicimos una entrevista a Fabio Morábito y él nos contaba que este año no leyó autores nuevos o Alberto Chimal que “no he estado bueno en novedades este año”. Así que vamos con la voluntad de ser sorprendidos por algún libro viejo pero nuevo para nuestro conocimiento.
Emiliano Monge, escritor
Cameron, de Hernán Ronsino
Casas vacías, de Brenda Navarro
Volver a comer del árbol de la ciencia, de Juan Cárdenas
Kentukis, de Samanta Schweblin
Los caídos, de Carlos Manuel Álvarez
Pajarito, de Claudia Ulloa Donoso
Hasta que pase el huracán, de Margarita García Robayo
Tsunami, de Gabriela Jaúregui
El oficio de la venganza, de Luis Muñoz Oliveira
Cara de pan, de Sara Mesa
Nicanor Parra, rey y mendigo, de Rafael Gumucio.
Gastón García Marinozzi, escritor
No contar todo, Emiliano Monge
Migraciones, de Gloria Gervitz
Los niños perdidos, de Valeria Luiselli
No vuelvas, de Leonardo Tarifeño
Catorce Colmillos, de Martín Solares
Y por mirarlo todo, nada veía, de Margo Glantz
Una novela criminal, de Jorge Volpi
Palabras en mi maleta, Samuel Castaño
Sed Jaguar, de Antonio Calera-Grobet
Algunas margaritas y sus fantasmas, Paulette Jonguitud
Rose Mary Salum, escritora. Directora de la revista Literal
En esta compilación de ensayos, el autor aborda temas pertinentes a la creación literaria, el estado de la literatura actual latinoamericana y del escritor produciendo desde un país ajeno al propio. El libro fluye deliciosamente y los elementos que lo componen, que van desde los pensamientos propios hasta la nostalgia, invitan al lector a indagar más sobre los creadores que aborda. En este poemario bilingüe yace una reflexión sobre la naturaleza y su relación con el ser humano. Hay una exaltación al sur de México, el recuerdo de sitios como Hierve el agua o Mérida rememoran la Dakota del Sur, el origen de la autora. Este libro que se reedita en este 2018 e incluso ha sido llevado al teatro, es, a mi modo de ver, el mejor libro de poesía de esta autora.
Las palabras [textos de ocasión], de Rodrigo Hasbún
Solastalgia, de Tanya Huntington
Leve Sangre, de Jeannette Lozano Clariond
Roberto Feregrino, periodista, colaborador de Puntos y Comas
Cada libro, artefacto de ficción o investigación sesuda de las ciencias, nos ofrece un mundo enigmático que nos atrapa y nos transforma en poetas, detectives privados, asesinos, voyeristas, inventores o cualquier otra cosa que elijamos con vehemencia para pasar de nuestra realidad a la de los escritores que comparten un momento de su soledad imaginativa con nosotros, los lectores. Esta es una lista de mis 10 mejores libros del 2018 que van de autores que ya conocía y publicaron algo reciente, hasta autores que me presentaron —metafóricamente— otros libros y disfruté ampliamente.
Sed Jaguar, de Antonio Calera-Grobet
Mundo sin dioses/Camino a Sognum, de Benito Taibo,
Las increíbles aventuras del asombroso Edgar Allan Poe, de Bernardo Esquinca
Azul Cobalto, Bernardo Fernández
El mercurio volante, de Carlos Chimal
Olegaroy, de David Toscana
Malasuerte en Tijuana, de Hilario Peña
Tiempos oscuros, de John Connolly,
El monstruo pentápodo, de Liliana Blum, El monstruo pentápodo
Todos los miedos, de Pedro Ángel Palou
Mis 10 libros del 2018
Liliana Pedroza, escritora y crítica
Desde hace 15 años elegí leer libros, en su mayoría, escritos por mujeres porque en ellas he encontrado la escritura y las historias más arriesgadas. Y lo que parecería, en principio, una tarea sencilla no lo ha sido con un mercado editorial acaparado por hombres. Por el contrario, ha sido un ejercicio de resistencia. No suelo ir por las novedades, nunca he tenido prisa por leer lo último que se publica, por lo que mi recuento de lecturas no tiene que ver más con lo publicado este año sino con los libros que leí estos últimos 12 meses y que recuerdo con entusiasmo. Hay poesía, novela, cuento, ensayo, ensayo gráfico, biografía y cuento infantil. Voces y búsquedas muy diversas que me regalaron una maravilla en algún momento del 2018.
Basura, de Sylvia Aguilar Zéleny
Cuentos completos I , de Luisa Carnés, Rojo y gris
El exilio interior. La vida de María Moliner , de Inmaculada de la Fuente
Arde Josefina, de Luisa Reyes Retana
La diosa de las pequeñas victorias, de Yannick Grannec
Guie’ni zinebe/La flor que se llevó, de Irma Pineda
Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura, de Noni Benegas
Olivia, el bosque y las estrellas, de Nuria Santiago,
Que parezca un accidente, de Elma Correa,
Herstory: una historia ilustrada de las mujeres, de María Bastarós, Nacho M. Segarra y Cristina Daura
Daniel Camacho, caricaturista
Leo casi todos los días para descubrir autores que me sorprendan y alegren la oscuridad de la noche. Sin embargo, siempre vuelvo a releer a Jorge Ibargüengoitia. Me gustan todos sus libros, crónicas, cuentos, novelas, teatro. Disfruto terminar con una efímera sonrisa después de reír a garganta partida. Difícil enumerar mis 10 libros favoritos sin incluir a Cortázar, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Padura, Luis Miguel Aguilar, Rafael Pérez Gay, Borges, Proust, Camus, Wilde Chejof. Dickinson, José Carlos Becerra. Pero lo intentaré, aquí van mis favoritos de memoria. Ja.
La ley de Herodes, de Jorge Ibargüengoitia
Confabulario (El guardagujas), de Juan José Arreola
Memorias de un amante sarnoso, de Groucho Marx
Adulterios: Tres comedias en un acto, de Woody Allen
Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, de Woody Allen
Renato por Leduc: apuntes de una vida singular, Conversación con José Ramón Garmabella
Pedro Páramo, de Juan Rulfo
Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa
Moby Dick, de Herman Melville
Ricardo III / Macbeth, de William Shakespeare
Irma Gallo, escritora y periodista
A riesgo de caer, una vez más, en el lugar común, lo tengo que escribir: ¡qué difícil seleccionar mis diez libros! Aun cuando se nos haya advertido que no tienen que ser, forzosamente, solo los que se publicaron este año.
Intentaré, pues, hacer este ejercicio: voy a recordar los libros que por alguna razón, en algún momento de mi vida transformaron algo, me marcaron. No importa que hoy ya no signifiquen nada; incluso si ahora me diera pena reconocer que alguna vez me gustaron. Ahí van, pues:
Mujercitas, de Louise M. Alcott
Firestarter, de Stephen King
Demian, de Herman Hesse
24 horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig
El quinto hijo, de Doris Lessing
El cuento de la criada, de Margaret Atwood
Beloved, de Toni Morrison
Frankenstein o El moderno Prometeo, de Mary Shelley
El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers
La hija del sepulturero, de Joyce Carol Oates
Jaime Mesa, escritor
Lincoln en el Bardo, de George Saunders
La canción de los vivos y los muertos, de Jesmyn Ward
Ausencio, de Antonio Vásquez
Yonque, de Alejandro Vázquez Ortiz
El oficio de la venganza, de Luis Muñoz Oliveira
No contar todo, de Emiliano Monge
Pistolar, de Iván Soto Camba
La ciudad antes llamada Distrito, de Sandra Olguín
Vertical, de Jorge Nores
Carolina y otras despedidas, de Elvira Liceaga
Primera Silva de Sombra, de Eduardo Ruiz Sosa
Óscar Alarcón, crítico y docente
Realizar una lista de los libros que más le han sorprendido a uno en un año es complicado. Sobre todo cuando hay libros que se publicaron en los últimos días de diciembre, como es el caso de Maten a Darwin, de Franco Félix. O bien, debido a la carga de trabajo son libros que se han quedado en la lista de espera pero que prometen ser todo un suceso, como No tendrás rostro, de David Miklos. Ambas novelas están en mi lista de espera al finalizar este año. Sin embargo, he intentado armar una lista con los libros que me provocaron un knockout y que he recomendado a mis alumnos en clase.
Los cárteles no existen, de Oswaldo Zavala
Las celdas rosas, de Sylvia Arvizu
Chicharrón de oso y algunos cuentos del fracaso, de Ana Fuente Montes de Oca
Rostro Cuir, de César Cañedo
Los búhos no son lo que parecen/The owls are not what they seem (2018), de Bernardo Esquina (traducción de Tanya Huntington)
Jacaranda, de Isis Samaniego
Zeitgeist tropical, de Federico Vite
Palinuro de México, de Fernando del Paso
Felipe Ríos Baeza, escritor y docente
Desde hacer varios años tengo un ritual, justo antes de Navidad: me acerco a mi biblioteca y elaboro una lista “abierta” de libros que quisiera leerme al año siguiente. Digo «abierta» porque entre uno y otro se puede colar alguna novedad, sugerencia o capricho a medida que avanza el año. Para este 2018 sí había una lista provisional, pero por febrero la envié al diablo y dejé que el duende de las preferencias me condujera hacia donde quisiera, a ver qué pasaba.
Mal. Todo mal.
Para un obsesivo compulsivo como yo la culpa deviene pronto al hacer el balance lector y ver que dejé un reguero de libros abiertos y muy pocos concluidos. Hubo lecturas importantes, sí, y relecturas por asuntos profesionales: entre esas hago aquí un top-ten, con la convicción, para el 2019, de volver a hacer mi lista pues como decía Sheldon Cooper, donde ustedes ven rutina yo veo una bonita tradición.
Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos. Un viaje en la mente de Philip K. Dick, de Emmanuel Carrère
Las puertas del paraíso, de Jerzy Andrzejewski
Laguna, de Álvaro Bisama
Pelagatos, de Mario Valdovinos
Amuleto, de Roberto Bolaño
La dictadura. Historia secreta de Chile, de Jorge Baradit
Diarios, de John Cheever
Diagonales, de Maori Pérez
Esto no es una novela, de David Markson
El móvil, de Javier Cercas
Mariana Osorio Gumá, escritora
¿Por qué estos libros son mis favoritos de 2018? Cada uno por una razón distinta, pero todos, a la vez, por una misma: porque fueron viaje, experiencia, porque cuando los empecé no pude soltarlos y lo único que deseaba era volver a sus páginas cada vez que tuve que interrumpir la lectura. Y ya terminados, han quedado flotando en mi memoria como oleadas intermitentes de imágenes, sensaciones, ideas que me siguen dando mucho placer. Aquí van, en orden aleatorio:
Temporada de Huracanes, de Fernanda Melchor
Tráiganme la Cabeza de Quentin Tarantino, de Julian Herbert
Écrire, de Marguerite Duras
El Corazón es un Cazador Solitario, de Carson McCullers
Vivir para Contarla, de Gabriel García Márquez
La Esposa Joven, de Alessandro Baricco
La perra, de Pilar Quintana
El Fuego y el Relato, de Giorgio Agamben
La Prisión de la Libertad, de Michel Ende
Cuentos Reunidos, de Amparo Dávila
Distancia de Rescate, de Samanta Schweblin
Fanny Enrigue, poeta
Il re Lámpago, de Ricardo Castillo
Texas I love you, de René Morales
Gas lacrimógeno y otras cosas que no son poemas, de Ángel Ortuño
Diarios, de John Cheever
Que parezca un accidente, de Elma Correa
Snuff, de Chuck Palahniuk
El teatro de Sabbath, de Philiph Roth
El teatro de la memoria, de Leonardo Sciascia
Una sensata cantidad de delito, de Nils Christie
La imagen que nos falta, de Pascal Quignard
Jaime Garba, escritor y docente
Soy un lector ecléctico, cada año procuro leer libros que van desde novedades, pasando por recomendaciones de lectores y escritores, hasta clásicos imprescindibles que están en mi lista de espera desde hace tiempo. Así, al término del año, me siento un poco satisfecho por haber abarcado aunque sea una ínfima parte del inmenso –y siempre en crecimiento- universo literario. Este 2018 estuvo lleno magníficas obras; descubrí grandes autoras latinoamericanas como la ecuatoriana María Fernanda Ampuero y la argentina Agustina Bazterrica; me reencontré con la ironía de Jorge Ibargüengoitia; gocé la prosa onírica de José Luís Peixoto; vencí el impedimento juvenil y leí (y amé) la obra cumbre de García Márquez; reí a carcajadas con el antihéroe garnachero de “Detective que oye boleros”, hice homenaje a Philip Roth con su sátira sobre el presidente Nixon; y quedé maravillado con los ensayos literarios de Jorge Carrión, Mason Currey e Iván Farías. Nada más de remembrarlos me arrancan una sonrisa.
Pelea de gallos, de María Fernanda Ampuero
Nadie nos mira. José Luis Peixoto
Cadáver exquisito, de Agustina Bazterrica
Estas ruinas que ves, de Jorge Ibargüengoitia
Detective que oye boleros, de Pancho Madrigal
Rituales cotidianos, de Mason Currey
Nuestra pandilla, de Phillip Roth
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
Librerías, de Jorge Carrión
Crónicas desde el piso de ventas, de Iván Farías
José Luis Muñoz, escritor
Sin duda Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín, ha sido uno de los descubrimientos literarios de los últimos tiempos, una recopilación de relatos absolutamente magistrales. Paul Auster nos ofrece la que podría ser su novela testamento por su ambición y longitud, ese 4321 en el que narra los cuatro Paul Auster que pudo ser. De Argentina viene un autor extraordinario e inquietante, un seguidor de Borges y Lovecraft que estremece con una novela negra llamada El criadero. El valenciano Alfons Cervera bucea de nuevo en nuestra dolorosa memoria marcada por el franquismo en La noche en que Los Beatles llegaron a Barcelona, una lectura imprescindible como todas las de su autor.
Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín
4321, de Paul Auster
El criadero, de Gustavo E. Abrevaya
La noche en que Los Beatles llegaron a Barcelona, de Alfons Cervera
Alejandro Espinoza, escritor y docente
Las listas de los mejores libros del año suelen ser para mí una especie de deseo distante, ya que vivo en un entorno cuyo acceso a novedades es prácticamente nulo. A diferencia de la música, las películas o los programas de televisión, la búsqueda de novedades es una labor que me mantiene en la misma condición en la que he acumulado mis lecturas a lo largo de los años: encuentro los libros en viajes, vía obsequios de propios y extraños, y a veces, por alguna suerte de obsesión personal, los consigo en línea.
A su vez, prefiero mantenerme en la noción romántica de la intemporalidad: leo libros que se han mantenido en la conciencia colectiva durante más tiempo que el que disponen las mesas de novedades en las librerías o en las secciones de literatura de revistas como ésta. Sí me gusta que el libro “me encuentre”. Éstos son algunos libros que me encontraron a lo largo de este tumultuoso 2018 (aunque confieso que hay algunos que reencontré después de mucho tiempo, mientras otros los busqué en un afán investigativo.
The Book of My Lives, de Aleksandar Hemon (de 2013)
Chairman Mao Would Not Be Amused. Fiction from Today´s China. Compilado por Howard Goldblatt (de 1995)
Los anillos de Saturno, de W.G. Sebald
Alberto Chimal, escritor
No todas fueron novedades ni es una selección muy amplia, porque por desgracia este fue un año malo y agobiante para mí. Pero todas fueron buena compañía, de la que merece quedarse con uno. Van en desorden y con un abrazo.
El teatro de Sabbath y La conjura contra América, Philip Roth
Habla María, Bernardo Fernández Bef
Mary Wollstonecraft, Mary Shelley, Charlotte Gordon
Visegrado, Karen Villeda
Historia de historias, Álvaro Uribe
Micropedia, Ignacio Padilla
La invención de la naturaleza, Andrea Wulf
Lo que más me gusta son los monstruos, Emil Ferris
Sólo Cuento X, antología seleccionada por Cecilia Eudave
Las otras. Antología de mujeres artificiales, seleccionada por Teresa López-Pellisa
Diana Alarcón, periodista y directora de Bo Concept
Uno de los autores que más disfruto leer es a Juan Miguel Zunzunegui, de él he leído El Evangelio Según Luzbel y que justamente él me regaló y lo tengo firmado por el junto con una recomendación para leer una página en especial que habla de Jesucristo y su nacimiento, justo también ese día nací yo. Es una fábula que habla de la historia de la humanidad y las guerras. Lectura larga, pero siempre interesante.
El otro también de el es Los mitos que nos dieron traumas, hablando de la anatomía de México. Es una narración muy interesante y ligera que hace que conozcamos el por que tanto México y los mexicanos somos como somos. Mi tarea para este año que empieza es leer la segunda parte que se llama Masiosare, un extraño enemigo.
Después de leer a este autor te cambia la perspectiva de muchas cosas. Sobre todo en temas de sociedad, me ha hecho ser más analítica en muchos aspectos, para lograr entender mejor a mi país actual.
Dos libros inspiradores y que hablan de mujeres impresionantes es Yo seré la última, de Nadia Murad o Becoming, mi historia, de Michelle Obama. Esos dos me los estoy leyendo de a poquito en estos días y me tienen cautivada.
El Evangelio según Luzbel, de Juan Manuel Zunzunegui
Los mitos que nos dieron traumas, de Juan Manuel Zunzunegui
Yo seré la última, de Nadia Murad
Becoming, mi historia, de Michelle Obama
Víctor Hugo Sánchez, periodista
Desde hace 31, casi 32, años soy reportero de farándula. Oficio que abracé por el amor a las letras bien colocadas, bien puestas.
Todo comenzó por aprender a leer y a escribir antes de ir a la escuela primaria, leyendo algunos clásicos en sus versiones populares: Cumbres borrascosas, Crimen y castigo y algunas otras que fueron adaptadas magistralmente por doña Yolanda Vargas Dulché en la revista «Lágrimas y risas», un cómic de dos pesos que, al final, influyó sin saber ni pretender, en mi afición por las letras. Por ahí no alcanzaron a colarse Bradbury y Aldous Huxley, y los que nunca aparecerán son: Herman Hesse, James Joyce y tampoco Borges, porque nunca los entendí. Mi lectura es, digamos, más ligera, pero me dio las herramientas y me provocó un amor por las letras que pocos comparten.Nota al calce que nadie me pidió y que a nadie le importa.
El principito, de Antoine Saint Exupery
Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach
Poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda
Rayuela, de Julio Cortázar
El perseguidor, de Julio Cortázar
El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez
La hojarasca, de Gabriel García Márquez
Pedro Páramo, de Juan Rulfo
Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco
Pantaleón y las visitadoras, de Mario Vargas Llosa
Bestiario, de Julio Cortázar
El laberinto de la soledad, de Octavio Paz
Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez
The Godfather, de Mario Puzo
Toda la poesía de Jaime Sabines. Toda.
La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera
El retrato de Dorian Grey y casi todos los cuentos de Oscar Wilde.
El Código DaVinci, de Dan Brown
La Biblia y el Nuevo testamento
El Evangelio, de Lucas Gavilán
El rey se acerca a su templo, de José Agustín
Pedro Ángel Palou, escritor
Solenoide, de Mircea Cartarescu
The mere wife, de Maria Dahiana Headley
Normal People, de Sally Rooney
Micropedia, de Ignacio Padilla
The Friend, de Sigrid Nunez
Manos de lumbre, de Alberto Chimal
Los sueños de la serpiente, de Alberto Ruy Sánchez
Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor
Kentukies, de Samantha Schweblin
La muerte de Tenochtitlán. La vida de México, de Barbara Mundy
Gabriela Vidal, guionista de cine y escritora
En este año descubrí a Katherine Anne Porter. Un librero amigo me la recomendó porque le hablé de mi taller: “Las chicas del sur”, donde leemos y discutimos a Carson McCullers y Flannery O´Connor, él me dijo que me estaba faltando Porter y compré sus cuentos completos. De todos ellos, me impactó “María Concepción” y la novela corta Pálido caballo, pálido jinete.
Ahora que recuerdo, antes de esto ya había iniciado mi búsqueda por el sur de los Estados Unidos y en ese andar, también encontré a Joan Didion, El río en la noche, y a Richard Yates y sus Once tipos de soledad.
No había leído a Ishiguro y me fui a un paraíso en Brasil con un libro titulado “Pálida luz en las colinas”, tristísimo… Recuerdo haber llorado. Y por suerte, cuando decidí emprender un viaje a un lugar de la infancia, tuve de compañía un texto lúdico de Inés Acevedo, que alivió momentos intensos.
Me faltaron autores de América Latina, revisité a Borges, a Puig, a Di Benedetto. Me quedé con ganas de un montón de recomendaciones que recibí, todas ellas, autoras jóvenes de México a las que no pude dedicarles tiempo pero lo haré en el 2019. Leí… no puedo decir cuántos guiones de colegas, alumnos y maestros. Y ese fue mi 2018.
Pálido caballo, pálido jinete, de Katherine Anne Porter
El río en la noche, de Joan Didion
Once tipos de soledad, de Richard Yates
Alberto Cabezas, periodista
Los niños perdidos, de Valeria Luiselli
El peligro de la historia única, de Chimamanda Ngozi Adichie
El adversario, de Emmanuel Carrere
Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina
Bahía de sal, de Gabriela Guerra Rey
Post Truth, de Matthew D’Ancona
Fractura, de Andrés Neuman
El pintor de batallas, de ArturoPérez Reverte