Aunque algunos países ya consideran cambiar la cantidad de días que una persona debe quedarse en casa luego de enfermar de COVID, este estudio revela que este tipo de acciones pueden ser perjudiciales.
Madrid, 14 de enero (Europa Press).- Reino Unido estudia la cuarentena de tres días, mientras España hace una semanas decidió bajar de 10 a siete días la cuarentena siguiendo la estela de países como EU o Italia. Sin embargo puede no ser una buena idea si se tiene en cuenta que una de cada 10 personas puede tener niveles clínicamente relevantes de SARS-CoV-2 potencialmente infecciosos más allá del periodo de cuarentena de 10 días, según una nueva investigación publicada en el Journal of Infectious Diseases.
El estudio, dirigido por la Universidad de Exeter y financiado por Animal Free Research UK, en Reino Unido, utilizó una prueba recientemente adaptada que puede detectar si el virus estaba potencialmente aún activo. Se aplicó a muestras de 176 personas de Exeter que habían dado positivo en las pruebas estándar de PCR.
Los investigadores descubrieron que el 13 por ciento de las personas seguían presentando niveles de virus clínicamente relevantes después de 10 días, lo que significa que podrían seguir siendo infecciosas. Algunas personas conservaron estos niveles hasta 68 días. Los autores creen que esta nueva prueba debería aplicarse en entornos donde las personas son vulnerables, para detener la propagación de la COVID-19.
Una de cada diez personas aún pueden contagiar la #COVID19 después de un período de cuarentena de 10 días, según una nueva investigación. https://t.co/jYmUObybu2 Vía @UniofExeter pic.twitter.com/dklmW73Exf
— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) January 14, 2022
La profesora Lorna Harries, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, que supervisó el estudio apunta que «aunque se trata de un estudio relativamente pequeño, los resultados sugieren que el virus potencialmente activo puede persistir a veces más allá de un periodo de 10 días, y podría suponer un riesgo potencial de transmisión ulterior. Además, no había nada clínicamente destacable en estas personas, lo que significa que no podríamos predecir quiénes son», advierte.
Las pruebas convencionales de PCR funcionan buscando la presencia de fragmentos virales. Aunque pueden indicar si alguien ha tenido el virus recientemente, no pueden detectar si sigue activo y la persona es infecciosa. Sin embargo, la prueba utilizada en el último estudio sólo da un resultado positivo cuando el virus está activo y es potencialmente capaz de transmitirse.
El autor principal, Merlin Davies, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, explica que «en algunos contextos, como el de las personas que regresan a las residencias de ancianos después de una enfermedad, el hecho de que sigan siendo infecciosas después de diez días podría suponer un grave riesgo para la salud pública. Es posible que tengamos que asegurarnos de que quienes se encuentran en esos entornos tienen una prueba de virus activo negativa para garantizar que ya no son infecciosas. Ahora queremos llevar a cabo ensayos más amplios para investigar esto más a fondo», adelanta.
Por su parte, la directora general de Animal Free Research UK, Carla Owen, resalta que «el descubrimiento del equipo de la Universidad de Exeter es emocionante y potencialmente muy importante. Una vez más, demuestra que centrarse exclusivamente en la biología humana durante la investigación médica puede producir resultados más fiables y con más probabilidades de beneficiar a los seres humanos y a los animales».
«El trabajo pionero sin animales está proporcionando la mejor oportunidad no sólo de derrotar a la COVID-19, sino también de encontrar mejores tratamientos para todas las enfermedades humanas –añade–. Los resultados también envían un mensaje alto y claro al Gobierno para que financie mejor la investigación médica moderna y convierta al Reino Unido en un líder mundial en ciencia de vanguardia y más amable».