#MetaDatos | Cárteles mexicanos han aprendido a comunicarse como tiktokers, como twiteros y como youtubers para intentar legitimarse desde la Red con el reparto de despensas. Está dinámica no es ni improvisada, ni ingenua, sino que se trata de una técnica militar para legitimarse en las localidades donde han generado violencia durante una década y ahora buscan recuperar la confianza, asegura la especialista Guadalupe Correa-Cabrera.
Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).- La contingencia por la COVID-19 ha sido el pretexto de varias células del crimen organizado para imponer de nuevo su presencia en las calles y demostrar que a plena luz del día pueden convocar a la ciudadanía y usurpar las labores de beneficencia social que corresponden al Estado sin ser molestados por ninguna autoridad local, ni la Guardia Nacional que por decreto está facultada para patrullar las calles y realizar operativos para frenar estas acciones.
Las plataformas digitales se han convertido en la interfase de difusión de estas prácticas con diversos fines y motivos. Entre abril y mayo estas grabaciones se multiplicaron en Tik Tok, Twitter, Facebook, Instagram y YouTube, su visibilidad en estos canales comunicativos es una extensión de la impunidad con la que estas células se manejan en tierra sin ocultarse de las autoridades.
En México, el crimen organizado incrementó su presencia en las redes sociales a partir del 2013 en que estallaron las primeras prácticas que se relacionaron con los reportes de riesgo ciudadano de los que se desprendieron proyectos como Valor por Tamaulipas, cuyos administradores fueron intimidados y una de ellas ejecutada y exhibida a través de sus cuentas de usuario.
A partir de ese año, la influencia de los cárteles mexicanos en el entorno digital ha adquirido distintas dimensiones. Estas organizaciones utilizan a las redes sociales para autopromoverse, incurrir en acciones de intimidación y extender sus actividades ilícitas, entre ellas el tráfico de armas, y la trata de personas.
ACTIVIDADES CRIMINALES DESDE LA RED
En el 2017, Eduardo Almaguer Ramírez, exfiscal General de Jalisco dio a conocer información relacionada con una investigación que derivó en el hallazgo de dos narcocampamentos en donde se encontraron restos humanos. El lugar estaba ubicado en el municipio de Tala donde la Fiscalía rescató a 40 personas que habían sido secuestradas y que de acuerdo con sus testimonios habían sido privadas de su libertad por medio de mensajes engañosos que fueron publicados en Facebook.
Con estos mensajes, los miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) reclutaban a personas para empleos falsos en empresas de seguridad privada. Era el 2017, finalizaba el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto y México llevaba ya casi una década sumergido en el embate de la Guerra contra el narcotráfico, iniciada durante el periodo de Gobierno del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
En este contexto, el crimen organizado había modificado sus prácticas de interacción con las poblaciones locales que controlaba. En entrevista con SinEmbargo, la académica Guadalupe Correa-Cabrera, especialista en temas relacionados con el análisis del crimen organizado, señaló que esta nueva dinámica de los grupos criminales en las que intentan exhibirse en actividades filantrópicas podría tener de trasfondo una necesidad de reincorporarse a la dinámica social de la que se alejaron durante el periodo de Guerra contra el narcotráfico, por el nivel de violencia que alcanzaron.
De acuerdo con la especialista el cambio de narrativa o discurso promovido por el Gobierno federal encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, propició que estos grupos buscaran generar sinergía con las comunidades debido a que este cambio implicó también una modificación en las relaciones entre el Estado y el crimen organizado. No obstante, la especialista señaló que aún es muy temprano para dar por concluido este análisis.
“En este momento, el Presidente de México (Andrés Manuel López Obrador) vuelve a militarizar al aparato de seguridad con la creación de la Guardia Nacional e institucionalizando la presencia de las fuerzas armadas en las calles. Porque no fue suficiente el proyecto de Guardia Nacional como lo plantean las autoridades», señaló.
«Independientemente de eso, ahora esta nueva estrategia cambia la relación, ahora yo no te estoy extrayendo nada más sino que te estoy ayudando para que pases estos momentos difíciles”, agregó la académica.
Correa-Cabrera describe el reparto de despensas por la contingencia de la COVID-19 como una estrategia paramilitar más de los cárteles extraída de los métodos militares como el llamado winning hearts and minds (ganando las mentes y los corazones”) una operación con la que se busca generar empatía con la población que años atrás habrían violentado. En este contexto, las redes sociales se convierten en una herramienta para llevar a cabo esta estrategia y amplificar su impacto más allás de las fronteras donde estas células criminales tienen control.
“Las despensas, que de acuerdo que las investigaciones que se han hecho hace unos meses, a partir de las medidas sanitarias por el COVID-19 son como un intento del crimen organizado para consolidar el control de las plazas, para acercarse a la gente, para hacer esta estrategia de winning hearts and minds que es una estrategia militar de ganar las mentes y los corazones de las personas para poder controlar el territorio”, expresó a este medio Correa-Cabrera.
CONFABULACIÓN CON AUTORIDADES
El Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) documentó en abril de este año entregas de despensas en los estados de Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas. De manera similar al análisis de Correa-Cabrera en este reporte se concluye que los objetivos del crimen organizado al repartir despensas y apoyos sociales tiene como objetivo el control territorial y la búsqueda de legitimación, la construcción de una base social e incluso el posicionamiento de marca, que sería uno de los principales intereses también en la difusión que buscan en el entorno digital.
El CIDE destaca en su informe que el reparto de despensas se genera en un contexto donde diversos estudios han documentado que grupos criminales influyen en las economías locales y tienen complicidad con los gobiernos donde ejercen control. Lo que ha sido definido como regímenes de gobernanza criminal.
En el mismo sentido Correa-Cabrea sostiene que la entrega de estos apoyos no puede realizarse sin la ayuda o complicidad de las autoridades locales.
“Se tiende mucho a hablar del crimen organizado como si fuera un ente autónomo que quiere ganarle espacio al poder del Estado y que ya el Estado no tiene el monopolio de la violencia, pero en realidad tenemos que entender cómo funciona la delincuencia organizada y para que un grupo pueda mantenerse en un territorio desafortunadamente siempre cuenta, o siempre tiene que contar, con protección de autoridades de cualquier nivel, local, federal y estatal”, afirmó la especialista.
En las redes sociales esta gobernanza se manifiesta con la presencia digital del crimen organizado con una narrativa que se desprende cada vez de manera más asertiva con el lenguaje de la mercadotecnia. Las grabaciones que han circulado en las redes sociales donde se muestra a los grupos criminales repartiendo despensas tienen entre sus particularidades el empleo de narrativas cada vez más sofisticadas del lenguaje visual.
CÁRTELES INCURSIONAN EN TODAS LAS REDES
Los grupos del crimen organizado, pueden comunicar con efectividad a usuarios de TikTok y de Twitter por igual, a pesar de que estas plataformas están dirigidas a distintos segmentos. En TikTok una cuenta ha compartido más una decena de videos del CJNG realizando entregas de ayudas en varios estados, estos videos tienen poca producción audiovisual y se apegan al estilo de la plataforma. Pero cuando el CJNG comparte sus videos en YouTube, lo hace con producciones más sofisticadas, videos con edición y realizados con drones que exhiben aún más su poder en las regiones que controlan.
Metadatos recolectó una muestra de videos que circularon en TikTok y Twitter entre el 9 de abril y el 29 de mayo de este año. Esta muestra se generó a través de la consulta con el término “despensas”. El algoritmo de Twitter respondió a esta búsqueda con más de una centena de grabaciones en donde el CJNG, el cártel de Sinaloa y el cártel del Golfo fueron los que tuvieron más difusión en esta muestra de videos de Twitter.
En estas grabaciones los cárteles ostentaron repartir sus despensas en diferentes entidades. Se encontraron grabaciones realizadas en Baja California, Chihuahua, Sonora, Colima, Estado de México, Morelos, Jalisco, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
En Twitter también se generó una dinámica relacionada con el reparto de despensas a partir de las reacciones de los usuarios. Entre los videos analizados trascendió una tendencia al empleo de estas grabaciones como muestra de la incapacidad del Gobierno federal para proveer estado de bienestar en las comunidades donde el crimen organizado tiene presencia.
Este grupo de usuarios no tenía como objetivo promover las actividades de ningún cártel en específico pero expresar su inconformidad con la estrategia de seguridad llevada por el Gobierno federal.