La cumbre del G20, que inicia el viernes en Buenos Aires, el tema central va a ser el futuro del trabajo, porque los líderes mundiales empiezan a darse cuenta de que esto es un tsunami que se les está acercando, dice Andrés Oppenheimer, autor del reciente libro Sálvese quien pueda (Debate), donde habla de la pérdida del 47 por ciento de los empleos, que serán reemplazados por robots.
Ciudad de México, 26 de noviembre (SinEmbargo).- El nuevo libro del periodista y escritor Andrés Oppenheimer es Sálvese quien pueda (Debate), donde un robot amenaza la vida de un hombre, en un estado de las cosas que establece que el 47 por ciento de los empleos será reemplazado por computadoras inteligentes.
“Mi propia profesión, el periodismo, está entre las más amenazadas. The Washington Post ya está publicando noticias políticas escritas por robots y casi todos los diarios estadounidenses publican resultados deportivos y noticias bursátiles redactados por máquinas inteligentes. Los periodistas tendremos que admitir la nueva realidad y reinventarnos o nos quedaremos fuera de juego. Y lo mismo ocurrirá con prácticamente todas las demás ocupaciones”, dice en el prólogo, preguntándose además de quién está preparado.
–Puede ser un libro pesimista o un libro que impulse al cambio, aceptando la realidad como viene.
–¿Que responden las grandes empresas a todo esto? La respuesta de la gran mayoría de las empresas que están automatizando sus operaciones es que —lejos de reducir empleos— están aumentando la productividad y creando nuevos trabajos para sus empleados. ¿Deberíamos creerles? ¿O nos están contando cuentos de hadas o una media verdad que puede ser cierta en el momento en que se dijo, pero que no es sostenible en el tiempo? Y si lo que dicen no es cierto, ¿cuáles serán los trabajos que desaparecerán y cuáles los que los reemplazarán? ¿Dónde se sentirá más el impacto de la automatización en los países ricos o en los países emergentes de Asia, Europa del Este y Latinoamérica?”, son cuestionamientos simples, sencillos, pero demoledores. Abogados, contadores, médicos, comunicadores, vendedores, banqueros, maestros, obreros, restauranteros, analistas, choferes, meseros, trabajadores y estudiantes… tiemblen o prepárense.
–En principio vamos a imaginar un futuro lleno de robots.
–No tan en el futuro. Ya hoy. Si te fijas todas nuestras profesiones cada vez más partes de nuestros trabajos están siendo reemplazadas por máquinas inteligentes. Yo tengo un programa de televisión en CNN y en Foro TV, hace apenas cinco años grababa con cinco cámaras y cinco camarógrafos. Hoy tengo cero camarógrafos, todas las cámaras son robóticas. Antes mandaba a traducir mis columnas, hoy uso una aplicación de Google, Google Translate. Antes tenía a una persona para traducir mis notas, ya no, hoy hay una aplicación que uso que me transcribe las entrevistas. Hace poco aquí en México grabé el prólogo del libro Sálvese quien pueda y el actor que estaba leyendo el resto me dijo que estaba perdiendo su chamba, porque ya salió una aplicación que lee libros, con voz humana, no de computadora y con énfasis. Está desapareciendo un trabajo tras otro y lo mismo está ocurriendo con los abogados, con los banqueros, con los contadores, con los médicos…entonces es una realidad que mucha gente no ve porque ocurre a cuentagotas. Tú no sumas todos estos trabajos que están desapareciendo alrededor tuyo, pero si empiezas a sumarlos, te vas a dar cuenta que este es un tsunami laboral que ya empezó, que se va a acelerar cada vez más y para el que tenemos que prepararnos. Por eso escribí este libro, para analizar profesión por profesión, ocupación por ocupación, cuáles de nuestros trabajos van a dejar de existir muy pronto y cuáles van a transformarse muy pronto. Por eso le dediqué un capítulo a cada una de las grandes ocupaciones, por eso hablo del futuro de los periodistas, del futuro de los restaurantes, de los supermercados, de los que trabajan en las tiendas, de los abogados, de los contadores, de los médicos, de los maestros, de los transportistas, etc. Y al final, para ayudar a la gente a prepararse, hablo de cuáles son las 10 áreas del trabajo del futuro, porque se van a crear nuevos trabajos.
–¿Qué posibilidades políticas ve a este asunto de la pérdida de trabajo?
–Creo que se va a venir un movimiento anti-tecnológico, creo que de la misma manera que en los ’90 y en los 2000 vimos un movimiento anti-globalización, ahora vamos a ver un movimiento anti-robotización, porque ya lo estamos viendo. No creo que este movimiento vaya a cambiar las cosas en la misma medida que el movimiento anti-globalización no cambió nada, pero va a hacer mucho ruido y va a tener muchos adeptos, porque la transición a una nueva sociedad mucho más tecnificada va a ser muy traumática y eso va a provocar una reacción y ya la estamos viendo. Hay muchos ejemplos, hace pocos meses los trabajadores de los hoteles de Las Vegas se fueron a la huelga, porque se quejaban de que había robots llevándoles el desayuno a los clientes. Entonces, ya hay muchos movimientos anti-robotización y vamos a ver muchas de esas gestiones en el futuro próximo.
–Está bueno el tema de los periodistas porque entonces no los tienen que matar.
–Claro, que maten a los robots.
–¿Qué piensa de los medios?
–Creo que estamos pasando por un momento crítico, estamos ante una ola de presidentes mentirosos que como en las novelas de George Orwell dan vuelta la realidad patas para arriba y acusan de mentirosos a los medios que revelan sus mentiras. Lo vemos en los Estados Unidos y lo vemos en muchos de los otros países, entonces este tema de las noticias falsas es un tema muy pero muy preocupante. El tema no es tanto las noticias falsas sino los presidentes mentirosos. El deber nuestro en la prensa es informar cuando el Presidente miente, si después ellos nos acusan de mentirosos porque no les gusta lo que nosotros estamos diciendo es problema de ellos, es nuestro deber…
–¿A qué Presidente se refiere?
–Me estaba refiriendo a Donald Trump, porque vivo con él todos los días, pero lo que estoy diciendo además es que él dice que la caravana de migrantes está invadiendo los Estados Unidos y tu deber como periodista es decir: No. La caravana de migrantes está a 500 kilómetros de la frontera, todavía no invadió a nadie…el presidente Trump dice que los mexicanos son criminales y violadores y tu deber como periodista es decirle no, hay millones de mexicanos en los Estados Unidos de los cuales un ínfimo porcentaje sean criminales y violadores. La labor de la prensa es decirle al lector, al televidente, es cierto o no.
–El asunto de los robots, ¿está bueno para los periodistas?
–El tema no es si queremos o no queremos. Ya es una realidad. Los periódicos hoy tienen la mitad de los periodistas que tenían antes, los diagramadores que antes estaban en los diarios ya se está haciendo robóticamente, el programa de sintaxis, el que te corrige los errores ortográficos ya hacen la labor de los correctores, nos guste o no ya está ocurriendo. Hay ciertas labores del periodista que no van a desaparecer, el periodista analítico, el investigativo, el humorístico, van a seguir existiendo, esas cosas todavía las hacemos mejor que una máquina, pero el periodista que escribe qué, cómo, cuándo y dónde, la máquina lo hace mucho más barato que una persona. Nos guste o no, esa parte del periodismo, lo que llamamos la nota diaria, va a desaparecer. Las elecciones intermedias del 6 de noviembre en los Estados Unidos, todos los artículos de las elecciones intermedias, en el Washington Post, fueron escritos por un algoritmo. No los analíticos, no los de opinión, todos los artículos fácticos, el candidato A le ganó al candidato B por el 3 por ciento, todo eso ya fue escrito por un robot.
–¿Qué reacción ha encontrado su libro, de reciente aparición?
–Hay un gran interés. Ha estado número uno en México, en Argentina, en otros países, porque la gente dice: ¡Caramba, es cierto esto! A la gente le está pasando lo mismo que me pasó cuando empecé a investigar para este libro. Yo empecé en el 2013 cuando salió un estudio de la Universidad de Oxford, decía que el 47 por ciento de los empleos van a desaparecer. Vi eso y lo primero que me dije que era una exageración, ¿cómo iban a desaparecer la mitad de los empleos?
–Pero así era nomás…
–Claro, me dije, pero si esto está pasando a mi alrededor. Empecé a pensar en mi profesión, si yo tenía a cinco camarógrafos y ya no están, estaciono el automóvil y antes había una señora dándome un ticket y ahora fue reemplazada por una máquina. Eso está pasando todo el tiempo alrededor mío, pero yo no sumaba uno más uno. Y la gente que lee este libro se está dando cuenta de eso, que le está pasando en su vida cotidiana y no había atado un hecho con el otro.
–¿Es un libro apocalíptico?
–No, no lo es. Al final, hablo de que la tecnología siempre crea más trabajos de los que elimina. Creo que el problema es la etapa de la transición.
–La tan mentada transición.
–Ese es el tema, lo preocupante no es el futuro a largo plazo, creo que vamos a estar mucho mejor, la humanidad va a estar mucho mejor, ahora mismo estamos mejor alimentados, mejor vestidos, vivimos más tiempo, a la larga la humanidad está progresando en parte gracias a la tecnología, pero hay bajones. No es un progreso lineal. Ahora vamos a pasar por una transición traumática y que va a producir mucha inequidad, porque la persona que tiene una buena educación, el ingeniero que será reemplazado por un robot no va a tener problemas en reinventarse como un analista de datos o programador, pero esa señora que estaba en el parqueo recibiéndote el carro con un ticket y chequeando tu salida, esa no va a poder reinventarse en analista de datos de la noche a la mañana, ese va a ser un problema social. La cumbre del G20, que inicia el viernes en Buenos Aires, el tema central va a ser el futuro del trabajo, porque los líderes mundiales empiezan a darse cuenta de que esto es un tsunami que se les está acercando.