De acuerdo con un informe, el problema de la región no radica en la compra de vacunas contra la COVID, sino en la entrega de las mismas.
Naciones Unidas, 14 dic (EFE).- El suministro de las vacunas contra la COVID-19 está demostrando ser el talón de Aquiles de la vacunación en América Latina y el Caribe, donde solo un 45 por ciento de la población ha completado la pauta de dos dosis que permite la inmunización casi completa.
En promedio, la región ha recibido suficientes vacunas para inmunizar más que completamente a su población, pero existe una gran brecha entre las vacunas que se han comprado o asegurado previamente y las que se han entregado a los países, advierte un informe dado a conocer este martes por parte del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD).
Agrega que en esta región, del total de dosis aseguradas por los países, solo se ha recibido el 64 por ciento.
De acuerdo con el informe del director para América Latina y el Caribe del PNUD, Luis F. López Calva, el retraso en la entrega de las vacunas se debe a la limitada capacidad de producción de los laboratorios a escala mundial, pero también está relacionado con el poder adquisitivo y negociador del país.
El informe utiliza datos del Grupo de Trabajo de Líderes Multilaterales sobre la COVID-19 para analizar las limitaciones que enfrentan los países para vacunar a sus poblaciones.
Indica que en los países de ingresos altos de todo el mundo, el número medio de dosis aseguradas representa el 471 por ciento de la población total, mientras que las vacunas recibidas son suficientes para vacunar a cerca del 90 por ciento con dos dosis.
En comparación, en América Latina y el Caribe, las dosis aseguradas representan el 225 por ciento de la población total, mientras que las vacunas recibidas son suficientes para inocular solo al 64 por ciento con dos dosis.
Y dentro de toda la región hay grandes disparidades: por ejemplo, Haití ha recibido vacunas para inmunizar solo al uno por ciento de su población.
López Calva destaca que, tras recibir las vacunas, a los países latinoamericanos y caribeños les ha ido «bastante bien» a la hora de inocular a sus poblaciones: 16 naciones ya han administrado el 80 por ciento o más de las dosis, y 10 de ellos están por encima del 90 por ciento.
«En otras palabras, la imagen tomada en este momento de la pandemia indica que el desafío logístico de inocular a la población se concentra solo en unos pocos países», advierte además López Calva.
De acuerdo con López Cava, «es fundamental» que los países con excedentes de vacunas las compartan, así como ampliar la capacidad de su producción «ya que este sigue siendo el principal cuello de botella en el proceso de vacunación».
«Desde una perspectiva de equidad, es problemático que los países que han precomprado las menores dosis sean los que sufren los mayores retrasos en su entrega. Es necesaria una mayor transparencia tanto en el coste como en los criterios de entrega», afirmó en el informe.