Mirando quince o casi veinte años atrás, el arsenal de Tres Coronas es impresionante, y el calor del público en Hip Hop al Parque muestra que su impacto sigue ileso, que los recuerdan. Junto a eso, las dudas y rumores suelen rodear el nombre de la banda cuando se habla de ellos: ¿por qué pararon? ¿qué pasó con Reychesta? ¿qué va a pasar ahora? ¿cómo empezó todo?
Por Santiago Cembrano
Ciudad de México, 23 octubre (VICE).- Grandmaster Flash pinchó clásicos absolutos del rap y la gente estaba animada. Era el segundo día de Hip Hop al Parque 2018 —un festival anual, público y de entrada libre que reúne en Bogotá a más de 50 mil personas cada año y que ha presentado a artistas como Boot Camp Click, Dilated Peoples y DJ Premier—, y Flash, uno de los DJs fundadores del hip hop, estaba dando cátedra. Pero cuando entraron los violines característicos de «Falsedades» desde sus tornamesas, las decenas de miles de personas que había en el parque Simón Bolívar estallaron en júbilo y corearon cada barra de uno de los himnos del rap colombiano. Fue un recordatorio de que, aunque pasaran los años, esa canción y Tres Coronas en general ocupan un lugar innegable en el panteón del hip hop nacional. La reacción del público lo decía todo: Bogotá estaba lista y con los brazos abiertos para volver a verlos.
Esa energía llegó hasta Rocca y PNO, los dos MCs del grupo —Reychesta, quien hacía parte de la alineación original de Tres Coronas a principios de siglo, abandonó la banda confusamente hace cerca de quince años, pero ya llegaremos a eso— y, admiten, fue el amor del público el que los motivó a volver a juntarse: en un principio, para presentarse en Hip Hop al Parque 2019; luego, a medida que fueron escuchando música y beats, para hacer un nuevo álbum, el primero desde «La Música es mi Arma» (2011). Y así fue: hace pocos días, el sábado 5 de octubre, se subieron a la tarima de HHAP frente a un público difícil y fueron haciendo de la fría noche bogotana una caldera un clásico a la vez. “Envidias”, “A criticarme”, “El original” y, cómo no, “Falsedades”. Los verdaderos caminan callados es una idea que quedó tatuada en los tímpanos de todos los que estuvieron ese día viéndolos, vestidos de negro, con chaqueta de cuero y botas Dr. Martens, rapeando en la ciudad que consideran su casa.
Un par de días antes de su show en el festival estaban ensayando en una sala de la Av. Caracas con calle 68, en la capital. Puliendo letras que ya tenían telarañas de no ser rapeadas hace años, organizando las entradas, coordinando todo con Benny B, quien fungió de DJ en su presentación. Mientras esperaba a que acabaran para poder entrevistarlos, me emocionaba al escucharlos rapeando algunos de los temas que me introdujeron al rap en español, e incluso al rap en general. Hablar de Tres Coronas, pues, es hablar de rap en español que combinaba identidades de Bogotá, París y, obvio, Nueva York, donde se creaba la música; es hablar de un estilo pulido y de alta calidad que incluía, diría Rocca luego, el lenguaje de la “lleca” (haciendo referencia a la calle) bogotana, pero con los estándares de Estados Unido; es hablar de una agrupación fundamental para el rap colombiano.
El grupo nació en Nueva York, la meca del hip hop, y debutó con «Mixtape» en 2001. Según lo cuentan ellos, Rocca, quien ya era una figura significativa en el rap francés para entonces, tanto por su trabajo como solista como por sus discos con La Cliqua, conoció allá a PNO y rápidamente vieron que ambos podían aportar a la carrera y proyecto del otro, para hacer rap en español desde la capital del género. Luego, explican, llegó Reychesta, MC dominicano quien acabó de consolidar y redondear la identidad de Tres Coronas. Empezaron a hacer canciones, todo creció, hicieron conciertos y luego vinieron los discos. Después del éxito de «Mixtape», publicaron «Nuestra Cosa» en 2005. Ya luego vendrían sin Reychesta el Street Album (2007) y La música mi arma (2011), lo último publicado por la agrupación desde entonces. Luego vinieron exploraciones individuales, descanso y ahora están de vuelta.
Mirando quince o casi veinte años atrás, el arsenal de Tres Coronas es impresionante, y el calor del público en Hip Hop al Parque muestra que su impacto sigue ileso, que los recuerdan. Junto a eso, las dudas y rumores suelen rodear el nombre de la banda cuando se habla de ellos: ¿por qué pararon? ¿qué pasó con Reychesta? ¿qué va a pasar ahora? ¿cómo empezó todo? Por eso una oportunidad para hablar con ellos era imperdible. Así que, luego de que acabaran de ensayar y de que les tomaran las fotos que acompañan este texto, nos sentamos, saqué mi celular y lo puse a grabar y nos adentramos en sus recuerdos. Esto fue lo que salió en esos 73 minutos de conversación, de la intensidad de Rocca al hablar que contrasta con la calma de PNO, del orgullo de ambos por lo que han logrado con Tres Coronas, de su interés por aclarar los chismes y confusiones.
VICE: Bueno, ¿Por qué regresa Tres Coronas? ¿Qué los separó y qué los volvió a unir?
PNO: Con Tres Coronas llevamos un proceso de trabajo ya de muchos años. Rocca y yo tenemos una relación más allá de la música, somos amigos, aunque obviamente la música nos conectó. Los dos primeros discos fueron de una época en la que estábamos en Nueva York, Rocca mucho en París, y tenían ese ambiente. Luego sacamos el «Street Album», ahí no estaba el tercer participante, pero seguía siendo Tres Coronas: la misma vibra, la misma energía. Ahí hay clásicos: «A criticarme», «Mi tumbao». Después sacamos «La música es mi arma» (2011). El grupo tuvo una pausa porque en esa época estábamos con un sello disquero, éramos el único grupo de hip hop que estaba compitiendo con el reggaetón, lo que llaman lo urbano. Y en ese momento los cambios de la música, Internet, todo lo que pasó, nos impactó mucho porque Tres Coronas no es un grupo comercial, lo más cercano que hicimos a eso fueron los temas de salsa o «Vamos a jugar», que todavía era oscuro. Y después «La música es mi arma» tuvo una producción más musical. Porque buscamos una salida de lo urbano y empezamos a fusionar más. Sacamos el disco y la gente no lo supo apreciar.
Rocca: Estuvimos en una gira de un año y medio, habíamos firmado con un sello de world music y giramos con una banda de diez músicos. Fuimos por Europa y África y a todos los grandes festivales que había. Terminamos agotados y Poncho y yo decidimos cada uno hacer un break, pero sin pelea ni nada. Incluso Poncho colaboró en «El límite es el cielo” de mi último disco «Bogotá París» (2015). Queríamos descansar de Tres Coronas, nos ocupamos de nuestros proyectos solistas. Y en un momento dado empezamos a volver a llamarnos, a joder, a oír pistas y un día dijimos ve, tenemos la posibilidad de hacer un reencuentro para Hip Hop al Parque, tratemos de reactivar la maquinaria. Y empezamos a escribir nuevos temas, ya viene un nuevo álbum.
VICE: ¿A qué se refieren cuando dicen que la gente no supo apreciar «La música es mi arma»?
PNO: Cuando se le presentó el disco al sello disquero con el que estábamos firmados en esa época, Machete Music/Universal, ellos estaban buscando algo más comercial y nos lo dijeron: querían sonar en la radio. Y nosotros estábamos en otra vuelta, estábamos muy avanzados, haciendo fusiones. Buscábamos el hip hop latino, que lo escuchara un afroamericano o un francés y dijera eso es rap latino. Buscábamos el equilibrio perfecto entre el hip hop de Nueva York con los ritmos latinos, y la gente no estaba lista para ese disco. Tal vez si lo hubiéramos sacado en este momento lo hubieran entendido más.
Rocca: Había gaitas, formaciones de orquestas con cuatro trompetas y cuatro trombones, diecisiete músicos en el estudio tocando. Era una locura, era una vaina muy avanzada, y se hizo con un presupuesto altísimo. En ese entonces, en lo urbano, que era el género que estaban tratando de imponer los reggaetoneros, no existía la fusión. Calle 13 no hacía fusión, cantaban reggaetón. Tres o cuatro años después de que salió «La música es mi arma» empecé a escuchar esas fusiones. Fue un disco muy innovador, tanto así que no tenía referencias para compararse y las disqueras y los medios no sabían en qué genero meterlo.
PNO: No había nadie que estuviera al nivel de Tres Coronas, al menos que yo conociera. Si hubiera, habría sido mejor por la competencia. Bueno, acá estaba La Etnnia, y estoy seguro de que en México y Venezuela también había. No había grupos que se hubieran internacionalizado. Nosotros sí, por eso entramos a tantos países. Y cuando no hay competencia estás solo, y llegas al sello disquero y dicen ¿dónde te meto? Porque lo único que estaba así de grande era el reggaetón, y ahí fue donde nos metieron y no funcionaba.
Rocca: Eso nos agotó mucho, porque cuando uno se siente incomprendido por la gente que supuestamente lo está promocionando, se vuelve un ambiente de peleas y de cero entendimiento. Fue muy rico descansar y experimentar con sonidos para volver fresquitos con algo nuevo, ese es un lujo que pocos grupos se pueden dar. Hay grupos que se van y cuando vuelven el público pasó la página y no los quiere oír. Y con nosotros es al contrario: fue la gente la que nos llamó a volver. Y poquito a poquito nos volvimos a juntar y a escuchar los clásicos, a escuchar nuevas ideas y establecer un nuevo orden. Esta vez tenemos viento en popa, estamos en la hora perfecta.
VICE: Entonces viene un nuevo álbum de Tres Coronas el otro año, ¿qué quieren lograr? ¿a qué quieren sonar en 2020?
PNO: Con Rocca estamos cocinando y preparando cosas. Es una mezcla de emociones del pasado con el momento en que estamos ahora mental y musicalmente. Queremos sacar algo igual de fuerte a nuestros discos anteriores, va a ser Tres Coronas, va a mantener la esencia, que es lo que la gente quiere.
Rocca: Te puedo decir que va a ser muy crudo, muy violento, en el buen sentido de la palabra. Es real hip hop. Está la esencia, porque venimos de esa escuela, de la búsqueda de texturas sonoras, de lo análogo, de flows, de samples. Es lo que en este momento necesita América Latina: un sonido fuera de competencia, porque no estamos aquí pa’ competir con ningún grupo; vamos a llegar con un sonido fresco, sabroso, real de gente en el cuarto piso con tres décadas de rap. No estamos inventando, vamos a mantener. Es un disco para pisar fuerte.
VICE: Su primer concierto en Colombia fue en 2001, con La Etnnia, ¿no? ¿Qué recuerdan de ese primer contacto como Tres Coronas con el público colombiano? ¿Cómo fue eso?
PNO: Imagínate que mucho fan que estuvo presente ese día me cuenta que para ellos fue lo máximo. Era 2001, no había Internet. Y cuando vieron a Tres Coronas en tarima, porque habíamos hecho un featuring con La Etnnia en su disco, la gente estaba curiosa, teníamos otro estilo, más Nueva York. La gente quedó wow. Y nosotros nos quedamos con la reacción del público a ciertos temas nuestros. No habíamos sacado un disco todavía. «Falsedades», «Envidias» y «La Corona» eran temas que estábamos tocando por primera vez en tarima. La reacción del público nos llenó tanto que cuando volvimos a Nueva York nos metimos al estudio a grabar, a trabajar e hicimos el primer disco. No estábamos viviendo en Bogotá, pero fue la ciudad que nos abrió la puerta. De acá salimos: de las alcantarillas, de la calle, mezclado con Nueva York y París, a donde emigramos. Eso es Tres Coronas, esas tres ciudades.
Rocca: Los productores que trabajaban con nosotros eran parisinos y neoyorquinos, y nosotros traíamos la esencia y le jerga muy bogotana de la lleca de acá. Pero con un sonido internacional mejor estructurado, al nivel de cualquier gringo. Nosotros grabábamos y mezclábamos en estudios profesionales de grabación; yo ya lo hacía desde mis discos con La Cliqua y tal, en D&D y Sterling Sound. La crema de la crema. Todo era muy profesional. Ya habíamos coronado París, Poncho había coronado Bogotá con CTO y teníamos que coronar Nueva York, y recoronar las demás ciudades, eso era Tres Coronas.
VICE: Rocca, has comentado que al empezar Tres Coronas casi no tenías ninguna referencia del rap en español, que tus referencias venían más de la salsa, por ejemplo. ¿Cómo impactó eso el rap en español que hiciste e hicieron?
Rocca: Yo tengo mucho respeto por todos los grupos pioneros, porque soy consciente de que el rap es música, pero también viene de un movimiento social. En Bogotá y Colombia para salir del barrio bajo le toca hacer más esfuerzo que un tipo que viene de un barrio bajo de París o de Nueva York, acá es muy complicado. Entonces, cuidado, no le quito el crédito a los grupos de acá. Pero yo venía de otra escuela, yo venía de París. En los ochenta ya se presentaban allá Run DMC, LL Cool J, Public Enemy. Yo no sabía del rap en español, lo primero que conocí fue Cypress Hill. No sabía de Vico C ni del rap latino, España estaba fuera del mapa. Nuestra referencia eran los americanos. Yo estaba en París y entré en el hip hop de muy joven edad por el graffiti, por el breakdance. A los 16 años los duros del barrio ya me habían acogido y hacía parte de una cliqua con manes que tenían MPCs, SP-1200. Manes con plata de la calle que se iban a Nueva York a comprar máquinas y llevarlas a París. Iba a estudios profesionales desde pelado. Entonces la primera vez que escuché el rap en español de verdad fue cuando conocí a Poncho. Y cuando lo escuché, con todo respeto, yo ya estaba muy avanzado. No estoy desprestigiando el trabajo de acá. Pero en el 95, a mis 18 años, yo le abría a Wu-Tang Clan cuando se presentaban en París, hacíamos giras por Marsella, París y Toulouse con Mobb Deep. Lo primero que me gustó del rap en español fue Poncho, pero el rap que él me ponía a mí no me entraba. Competíamos con los americanos. Poncho sí se crío en Bogotá, en este ambiente, pero había nacido en Nueva York y tenía referentes americanos. Mi caso fue diferente…
PNO: Sí, yo venía de Nueva York, pero lo que sí quiero decir es que La Etnnia me inspiró muchísimo. Igual que Gotas de Rap. Por la forma en que lograban sacar su música, el primer casete o CD, la forma en que los produjeron, me parecía lo máximo, como lo hicieron con sus propias manos, con sus recursos. Eso me abrió los ojos: si yo no hubiera estado expuesto a eso no hubiera intentado sacar CTO y tener esa hambre. Si ellos podían, ¿por qué yo no? Yo vine a Bogotá a los once años, con la escuela de Public Enemy de Nueva York. Pero el impacto para yo meterme a este negocio fueron estas dos agrupaciones.
VICE: ¿Y cómo fue entonces cuando empezaron a trabajar juntos?
Rocca: Cuando conocí a Poncho vi que era un diamante en bruto. Dije ¡jueputa! Y empezamos a maquetear los dos. Él había sacado un mixtape, y me lo hizo llegar a través de Mario Rodríguez, ingeniero colombiano de Mobb Deep, Biggie Smalls, que mezcló todo mi disco. Y yo le dije que estaba en Nueva York y que llegara al estudio.
PNO: Eran dos posiciones. La de él era este man tiene talento y la mía era este man ya tiene discos y la tiene clara. Había hambre y una conexión. Yo me acuerdo de que en esa época Rocca ya quería hacer algo en español, tipo 1999. Yo estaba listo para romperla.
Rocca: Yo estaba en Nueva York masterizando el último disco que salió de La Cliqua. Y cuando tenía huecos empezamos a trabajar juntos con Poncho. Y me lo traje pa’ París, y grabamos «La corona», «Arte callejero» y «La vuelta es mía». Y las dejamos ahí porque tenía giras y cosas. Y luego Poncho, con esas canciones, me dijo saquemos un mixtape. Y en ese momento fue que conocimos al dominicano (Reychesta, tercer integrante original de la banda).
VICE: ¿Cómo eran esos años a principios de los 2000, cuando estaban empezando a grabar y sacar música como Tres Coronas?
Rocca: Como dijimos en «El trato»: infiltración de sustancia ilícita, química explícita, después entramos en política. Nuestro concepto era ese. Yo tenía experiencia en sacar discos, en el negocio, y Poncho sabía cómo era lo de los mixtapes, que no era algo tan consolidado en París, y los distribuidores en todo el país de mixtapes fuera de las disqueras. Él propuso que sacáramos nuestras canciones en un mixtape en CD, para no tener que declarar los samples y toda esa mierda. Y yo estaba en mis giras en París y ahí Poncho me dijo yo aquí tengo un dominicano, lo podemos meter en algunas canciones que ya tenemos para darle una imagen más neoyorquina. En esa época vivía lo que había vivido en París en el 94 o 95 con La Cliqua. Prensar discos, mover la mercancía como si fuera droga, darle 500 discos a esta distribuidora, 300 allá, todo se movía así.
PNO: La música era todo para nosotros, para que lo sepas. Estábamos rodeados de calles y pandillas, y teníamos amigos que salían en los videos, pero nosotros no estábamos metidos en eso, sino enfocados en la música. Pero la calle nos oía. Y lo bonito fue que con Tres Coronas hubo un plan, pero no hubo un plan. Rocca venía de París a Nueva York a parchar: prendíamos un bareto, tomábamos cerveza, poníamos una instrumental y a freestylear. O nos íbamos a Queens, un beat y a freestylear. Todo el día. Ese era el ambiente, loco. Y así se formó Tres Coronas y el disco.
Rocca: Tres Coronas fue jangueo, freestyle, hip hop, todo natural, pero hecho con buenas máquinas y gente profesional. Y Poncho era como una esponja, todo lo cogía y lo asimilaba. Yo no tenía que empujarlo ni remar para que llegara. Y yo decía bien, bacano. Era un dúo. Ya cuando llegó después Rey trabajamos de otra manera. Rey era el producto nuestro. Teníamos la idea de coger a ese man, porque tenía esa vaina más neoyorquina y ese lado caribeño, para sacarle un disco de solista después. Era Tres Coronas, pero más lo que pensábamos para nuestro sello disquero, porque ya desde el principio pensamos como manes de calle inteligentes, Parcero Producciones. Pero a Rey sí tocaba halarlo más, era muy consentido.
PNO: Y Rey era muy bueno, loco, en los primeros discos que hicimos era un monstruo, loco. Y después de que sacamos los tres discos fue que él decidió firmar con el otro sello disquero, Chosen Few…
VICE: Tengamos ese tema un momento, vamos a llegar después. Rocca, tú habías mencionado que en el rap colombiano de esta década habías escuchado una continuación de lo que hacían con Tres Coronas. ¿Puedes profundizar en eso?, ¿cuál crees que ha sido el aporte de Tres Coronas al rap colombiano?
Rocca: Yo no lo puedo contestar de manera firme porque sería visto como algo egocéntrico. Esa es una pregunta para que le hagas a todos los grupos que están acá tocando. Porque yo te puedo decir: todos eran fans de Tres Coronas. Pero se ve mal de mi boca decirlo. Deberías preguntarles a ellos y que ellos sean sinceros. Porque si yo lo voy a decir, voy a sonar cruel. Ellos son los que tienen que contestar cuál fue el impacto que tuvo Tres Corona en su música, en su carrera, en sus flows, en su manera de ver el rap en español, de manejar la rima, de manejar la métrica en español en un beat americano. Yo creo que son ellos los que deberían ser honestos y decir la verdad. Paren de decir que ustedes empezaron a escuchar rap porque llegaron grupos españoles, digan la verdad. Y nosotros lo vemos como un honor, lo hicimos sin malicia. Queríamos estar al nivel de los americanos, pero en español. No teníamos competencia en el mercado latino ni nos interesaba. Esa pregunta hágasela a todos los que usted entreviste. Cuando tú escuchas el rap en español hoy, puedes decir ese flow se parece mucho al de Tres Coronas. Es una influencia buena.
PNO: No, Rocca, pero no es eso. Yo creo que la fórmula que intentamos implementar en la música fue sonar con la misma calidad que el rap americano. Entonces, al lograrlo o tratar de lograrlo, eso puso un nuevo sonido y estándar para el rap en español.
VICE: Cambiando un poco de tema, Rocca —y ya esta es la última pregunta que te cito— dijiste en otra ocasión que los reggaetoneros “se han robado todo del hip hop y no hay nadie sentado en las emisoras representando el hip hop latino como se debe ni que gane Grammy ni nada. Con todo respeto, los reggaetoneros son raperos fracasados que quisieron hacer rap y no lograron nada y cogieron todos los códigos y los pegaron al reggaeton”. Me llamó la atención la afirmación y pues justo por estos días los reggaetoneros se estaban quejando de su supuesta ausencia en los Grammy. Entonces, ¿cómo ves toda esa situación? Ustedes fueron nominados a un Grammy en 2007 por «Mi tumbao». ¿Para ustedes el rap latino necesita más presencia en los Grammy?
Rocca: A mí el reggaetón no me fastidia, es un género que ha demostrado en estos últimos años que es una máquina de hacer dinero. Está establecido. Pero hablemos de criterio y de arte, de música, más allá del negocio. Porque acá es como en las campañas políticas, no gana el mejor discurso sino el hijueputa que inyecte más plata a su campaña para ser elegido. En la música es igual: ¿por qué este hijueputa está sonando? Porque este hijueputa le mete plata y tiene un equipo de tiburones detrás y la tiene clara en el negocio, no importa la calidad de la música.
Ahora, desde un punto de vista musical, la única cosa que me fastidia del reggaetón es la siguiente: se roban códigos y el elemento visual de una cultura —que está bien definida y estructurada pero no funciona en el mercado latino porque es contestataria y aquí la gente quiere güepa güepa— sin acreditarlo. Y no es su cultura, no la representan. Se robaron la música jamaiquina y no la acreditan; hoy se están robando la música nigeriana, el dundun, y no la acreditan; se roban la música panameña y no la acreditan; robaron, violaron y saquearon el hip hop americano, y no lo acreditan. Eso es lo que a mí me molesta, nada más. El reggaetón es como si cogieras una botella de vino y la mezclaras con agua y Coca-Cola para que sea más suave y se venda más, pero di que tu hijueputa cultura la cogiste del vino. Nosotros somos el vino, no le metemos agua, ni azúcar ni Coca-Cola. Eso es lo que me fastidia, y en todos los géneros musicales: que se acrediten algo que no es de ellos, nada más.
VICE: Entiendo, pero, volviendo a la segunda pregunta, ya que ustedes fueron nominados a un Grammy Latino: ¿importa que el rap latino no tenga presencia en esta industria?
PNO: La cultura latinoamericana es muy bailable. Esa no es la cultura del americano ni el europeo, no tienen ese sabor. La canción que fue nominada de Tres Coronas no fue «Envidias» ni «Falsedades», fue «Mi Tumbao», una salsa con rap, algo comercial y movido que se puede bailar. Nunca van a nominar una canción hardcore, porque lo que buscan es el hit. Pero lo más cercano ahorita al rap que está siendo aceptado en esa lógica es el trap, con Bad Bunny o J Balvin. Y están haciéndolo con la misma fórmula de siempre, como Daddy Yankee. En su primer disco, tenía seis temas de reggaetón y seis de rap, porque sabía que con su rap nunca iba a entrar en la radio. De pronto las nuevas generaciones saben que hay rap y qué es el rap, pero en esa época no. Con el trap es lo mismo, esos artistas tienen varios hits de reggaetón y por eso son aceptados, porque generan números más fácilmente, ya son negocio. Pero el rap no va a tener su categoría, no hay grupos en la industria de puro hip hop.
Rocca: Perfecto lo que dijo Poncho, esa es la verdad. Y la otra es que tal vez a los raperos les importa un culo el Grammy, loco. Nosotros fuimos allá y nos pareció un carnaval de disfrazados de artistas. Yo no quiero competir con mediocridad. A mí, Sebastián Rocca de Tres Coronas y La Cliqua, me importa un culo. Si un día la industria se interesa y quiere hacer una categoría de rap, bienvenida, pero tiene que aceptar la música como es. Y no en lo urbano, toda la música es urbana y ahí el rap no puede competir porque son los mismos cinco de siempre. Hoy estoy feliz de ver tanta calidad musical en el rap tanto en Colombia como en Venezuela, como en Perú, como en Chile, como en México, como en España. Ya no estamos como antes, en una isla desierta. Hay diferencias: el rap más hardcore, el rap más consciente, el rap de fiesta… y está bueno, están sonando chévere los pelados. El rapero no es un reggaetonero, tiene más criterio. La letra de un rapero no está compuesta por tres rimas, sino que tiene un chingo de rimas para hacer un verso, hay una búsqueda en la rima, desarrolla un concepto de vivir. El reggaetonero quiere hacer plata y mover nalgas. Yo, como rapero, me limpio el culo cinco veces con los Grammy y dejo el pañuelo ahí, porque no me interesa.
VICE: ¿Escuchan rap hoy? ¿Cuáles son esos discos que los han sacudido recientemente, o artistas que admiran y escuchan?
PNO: Escucho clásicos y escucho de hoy y escucho trap, me gusta mucho el trap. Ahorita me gusta mucho Kendrick Lamar, por cómo trabaja su flow. Pero también me gusta Travis Scott, no es un rapero como yo, pero admiro y aprendo de cómo crea, como estructura su música y sus melodías, con su voz como un instrumento más en su música. Yo escucho todo, hasta reggaetón, te lo digo ya, analizo y veo qué bueno puedo sacar de ahí. Si no escuchara de todo no podría inspirarme para crear algo. Si me quedo en un sonido específico siento que me estoy limitando. A veces me gusta hacer otras cosas, crear.
Rocca: J. Cole, Jay Rock, ScHoolboy Q, Tyler The Creator. En este momento estamos viviendo en la música hip hop una época dorada otra vez, hay riqueza y búsqueda en las sonoridades y texturas musicales, que van de lo análogo a lo digital. Los artistas cantan, rapean, hacen pop, balada, hablan de lo que quieran. Es una época súper buena, está deliciosa.
VICE: A finales de los noventa, cuando estaban armando Tres Coronas, ¿qué los movía en el rap?, ¿qué los representaba?
PNO: La época de Tres Coronas era Terror Squad, Big Pun, Fat Joe, Kool G Rap, Mobb Deep, Wu-Tang. Pero si quieres ser específico, Terror Squad, Big Pun y Fat Joe.
VICE: Ustedes ya comentaron, y está documentado, que Reychesta salió del grupo por firmar un contrato con otro sello mientras estaba con ustedes, acción que los perjudicó de diversas formas. ¿Hoy cómo es su relación con él? ¿Qué opinión tienen de él como artista y persona, tanto de lo que vivieron juntos como de lo que pasa ahora?
PNO: Fue una buena época, sacamos tres discos muy buenos. Rey estaba en un buen momento trabajando con Parcero Producciones y en el proceso que estábamos con Machete Music/Universal, cuando ya habíamos hecho el disco de Nuestra Cosa, firmó con otro sello disquero: Chosen Few, de Boy Wonder. Eso nos causó muchos problemas con Universal y con futuros proyectos que teníamos planificados con él, hasta como artista solista. Él firmó con ellos, se fue, sacó unos discos muy buenos, hizo sus featurings con Twista, le fue muy bien. Y Rocca y yo seguimos, nos tocó tapar muchos huecos. Al él salirse del grupo todo el mundo empezó que ¿qué pasó? Pero era imposible trabajar con un artista que estaba comprometido con otro sello disquero, que ya estaba haciendo otras cosas. Eso causó conflictos legales y personales, mejor parar la cosa y que él siguiera su carrera como solista con su contrato y nosotros seguir con lo nuestro.
Rocca: Tres Coronas, la verdad, ya era un dúo, no fue difícil. Para nada. Toda la estructura musical, la base, las letras, las hacíamos nosotros. Para mí como productor, era un peso menos. Porque no tenía que estar detrás de ese pelado. En lo personal, fue un alivio. En lo legal fue aburrido. Perjudicó mucho además porque veían tres manes siempre y la gente empezó a preguntar que ¿qué pasó con Tres Coronas que ya no son tres manes? Pero Tres Coronas desde el inicio no fueron tres.
PNO: El concepto siempre fue Nueva York, Bogotá, París, y pues sí, éramos tres MCs. También íbamos a meter a otro amigo que rapeaba, como un Terror Squad, estábamos influenciados por eso. Rey sale y seguimos Rocca y yo: hicimos giras y toques. Y aunque no creamos, Rocca, fue difícil, porque la gente siempre decía que dónde estaba el otro si éramos Tres Coronas. Pero Rey ya tenía su carrera, estaba haciendo lo de él. Y empezamos a trabajar, hicimos el «Street Album» y nos fue muy bien. Sacamos «La música es mi arma». Hicimos giras. Son decisiones de cada uno como ser humano, que uno debe reconocer. Nosotros seguimos, no íbamos a parar.
Rocca: Él desaprovechó. Fue el peor error que pudo cometer. Tenía una estructura musical sólida con nosotros: hablaba mal español, lo corregíamos; escribía mal, se corregía; el flow no estaba bien, se corregía. Con nosotros tenía pistas monstruosas, buena mezcla, la gente que le podía enseñar para que el creciera como artista. Yo sabía que él no estaba listo como artista cuando salió de Tres Coronas. Podía ser buen freestylero, pero no estaba listo. No tenía más la producción de la gente que lo estaba puliendo como un diamante, brillar perfectamente y arrasar en Santo Domingo, tenía un jugo muy sabroso, lo desaprovechó. Debe estar muy arrepentido en el mundo. Yo empecé en La Cliqua, seguí como solista, entré en Tres Coronas, salí, volví… a mí me importa un bledo, yo no necesito a nadie. Pero él sí, ese fue el error que cometió. Bueno, no se le desea el mal. Ya pasaron quince años. Si hicimos cinco o seis conciertos con él fue mucho. Son cosas que pasan.