Para Guadalupe Pineda, la música es la expresión de la alegría allí donde quiera que se manifieste.
Esta mujer mexicana, cuya voz el poeta Alí Chumacero ha descrito como de “metal iluminado”, hace una diferencia entre transcurre el tiempo entre las que “cantan de a de veras” y aquellas que lo hacen “con maquinita”.
En todo caso, el nuevo disco de la Pineda, editado por Sony Music, es el claro testimonio de una expresión que no ha claudicado pese al rugir de las modas que corren en direcciones contrarias a su garganta desnuda y rítmica.
Esta vez es un homenaje a los grandes compositores, donde la cantante regala emocionantes dúos junto a Armando Manzanero en “Nos hizo falta tiempo” y “Contigo aprendí”; la participación de Óscar Chávez con uno de sus más emblemáticos temas, “Por Ti”; la colaboración de María León con el tema “El tiempo de ti”, resulta en una espectacular combinación de voces, además de la compañía de Édgar Oceransky para “Aquí estoy”.
Este álbum, además, cuenta con Raúl di Blasio, con su magistral ejecución al piano del clásico de Manuel Alejandro “Procuro olvidarte”; La Sonora Santanera que suma su ritmo en los temas de Rafael Hernández ‘El Jibarito’, compositor puertorriqueño de temas como: “Lamento Borincano”, “Perfume de gardenias” y “Preciosa”. Destaca la única composición inédita “Las Estaciones”, de Armando Ávila, quien se acompaña con la guitarra y cantando al lado de Guadalupe, además productor de este disco.
Entre los grandes homenajeados también se encuentran Alberto Cortez con su tema “Mi Árbol y Yo” que forma parte de los clásicos musicales más grandes de Latinoamérica; el mayor exponente del folklore argentino, Atahualpa Yupanqui con su tema “Los Ejes de mi Carreta”, el cual forma parte del reportorio que Pineda interpreta en sus presentaciones regulares; Roberto Carlos se incluye con uno de sus éxitos, “Un Millón de Amigos”, con la interpretación del coro de niños Schola Cantorum.
Del legendario compositor Juan Gabriel, ídolo de la canción popular, se incluye en esta producción su tema “Así fue”, en el que se unieron las voces del coro que lo acompañó en sus últimas presentaciones.
Guadalupe, junto a Pepe Aguilar, crea un momento muy especial con “Amor de los Dos”, de Gilberto Parra, destacado compositor de temas que se han vuelto fundamentales en la música mexicana.
Tras este dúo se suman los jóvenes talentos de Ángela y Leonardo Aguilar, para participar en un medley con “El Cantador” de Nicandro Castillo y “Tristes recuerdos” de Catarino Lara.
Junto a Pablo Milanés, interpretan juntos “Yolanda (Te amo)”.
“Siempre digo que el tiempo es el principal tamiz y al final lo que queda, queda”, dice Guadalupe, para quien el repertorio constituye el mayor desafío de una intérprete popular.
“No siempre tienes a tu lado la gente que te acerca las mejores canciones y hay que buscar incesantemente”, aconseja, recordando en ese sentido el ejemplo de la fallecida cantante argentina “La Negra” Mercedes Sosa, a quien considera su “mamá musical”.
“Me invitó a cantar en el Teatro Colón de Buenos Aires y en los últimos tiempos de su vida cultivamos una profunda amistad. Mercedes es una guía para muchas de las cantantes populares y para mí también, sin duda.”
¿Cómo se lleva la vida profesional de una cantante sin caer en el divismo y al mismo tiempo ejercer ese divismo legítimo que adquiere un artista de talento y trayectoria probados? Esa es la gran paradoja del arte popular. No cualquiera puede ser diva, pero qué triste cuando la única propuesta es apuntar al divismo como único pasaporte de presentación ante el público.
“El concepto de divismo aplicado a las cantante ha sido malinterpretado o tergiversado. En la actualidad se le llama diva a una mujer que hace groserías en el escenario, a una mujer prepotente, que insulta…diva es aquella que tiene algo importante que dar a la música, un estilo, una presencia que la convierten en una artista particular, sin caer en poses”, dice Guadalupe.
“Vengo de familia de charros y visto el traje de charro con amor especial. Y vivo mi mexicanidad con enorme alegría”,afirma Guadalupe, una diva a la antigua, de las que cantan “de a de veras”.