Antes de la llegada de Ómicron mucha gente estaba feliz de poder despedir otros 12 meses marcados por la pandemia. Hoy los ciudadanos de la nación insular de Kiribati, en el Pacífico Sur, fueron los primeros en recibir el 2022.
WELLINGTON, Nueva Zelanda, 31 de diciembre (AP/EFE) — Adiós a 2021, y que 2022 traiga nuevas esperanzas.
Este fue el sentimiento generalizado el viernes mientras el mundo entero se preparaba para dar la bienvenida al nuevo año.
Los ciudadanos de la nación insular de Kiribati, en el Pacífico Sur, fueron los primeros en recibir el 2022, seguidos de los habitantes de Tokelau, perteneciente a Nueva Zelanda, y Samoa.
Los más de 110 mil habitantes de Kiribati entraron en el 1 de enero a las 10.00 GMT del 31 de diciembre y las doce campanadas del Nuevo Año prosiguen en Tokelao, Samoa y otras naciones del Pacifico.
Estas naciones insulares llegan al 2022 menos afectadas por la pandemia de la COVID-19 que otros países gracias a su situación geográfica, aunque la crisis climática y al subida del nivel del mar son peligros que amenazan su supervivencia.
Auckland es la primera gran ciudad del mundo en recibir el Año Nuevo, a las 11.00 GMT del 31 de diciembre, aunque este año se han cancelado las celebraciones masivas y los fuegos artificiales debido a la pandemia.
En muchos lugares los planes para celebrar la Nochevieja se vieron silenciados o cancelados por segundo año consecutivo debido al repunte de los casos de coronavirus, esta vez impulsado por la variante ómicron, más contagiosa.
Australia da la bienvenida al año 2022 con un espectáculo de fuegos artificiales y música en Sidney pic.twitter.com/2NjgLJ7uy8
— El HuffPost (@ElHuffPost) December 31, 2021
Antes incluso de la llegada de Ómicron, mucha gente estaba feliz de poder despedir otros 12 meses marcados por la pandemia.
Pero, al menos por el momento, el brote de la nueva variante no ha provocado el mismo nivel de hospitalizaciones y decesos que los anteriores, especialmente entre quienes están vacunados, lo que ofrece un atisbo de esperanza para 2022.
En Japón, el escritor Naoki Matsuzawa dijo que pasará los próximos días cocinando y repartiendo comida entre los mayores porque algunos comercios estarán cerrados. Señaló que las vacunas han hecho que la gente esté menos ansiosa por la pandemia, a pesar de la nueva variante.
«Se ha instalado una insensibilidad y ya no tenemos demasiado miedo», afirmó Matsuzawa, quien vive en Yokohama, al suroeste de Tokio. «Algunos empezamos a dar por hecho que no nos ocurrirá».
Como muchas otras personas, Matsuzawa espera que la vida mejore en 2022: «Espero que las restricciones puedan desaparecer».
Muchos japoneses celebrarán el año nuevo viajando para pasar tiempo con sus familias. En Fin de Año, acudieron en masa a templos y santuarios, en su mayoría con mascarilla. Algunos parecían ignorar el miedo al virus, cenando y tomando en el centro de Tokio y llenando las tiendas para festejar no solo las fiestas sino una sensación de alivio por el reciente alivio de las restricciones por el virus.
Debido a su ubicación en la línea internacional de cambio de fecha, los países de Asia y de la región del Pacífico están entre los primeros en recibir el año.
Australia tenía previsto seguir adelante con las celebraciones a pesar de la explosión de los contagios. El centro de los festejos es la famosa exhibición de fuegos artificiales desde el puente del muelle y la ópera de Sydney.
Horas antes de su comienzo, las autoridades sanitarias reportaron un récord de 32 mil nuevos casos, muchos de ellos en Sydney. Como consecuencia de esto, se esperan menos asistentes que antes de la pandemia, cuando hasta un millón de personas llenaban el centro de la ciudad.
En la vecina Nueva Zelanda, donde por el momento no se han registrados contagios comunitarios de Ómicron, las autoridades adoptaron un enfoque más cauto y cancelaron varios espectáculos pirotécnicos, incluyendo el más emblemático, desde lo alto de la Sky Tower de Auckland. En su lugar, la ciudad celebrará el año nuevo con un espectáculo de luces proyectado en la torre y en otros lugares emblemáticos.
En Rusia El 2022 ya arrancó en el Lejano Oriente del país, siendo los residentes de las regiones de Kamchatka y Chukotka los primeros en festejar su llegada. El país recibió el año con una batería de restricciones sanitarias a la espera de la variante ómicron del nuevo coronavirus, que hasta ahora apenas ha tenido incidencia en la situación epidémica en el país, según las autoridades.
Con cerca de 20 mil nuevos casos de COVID-19 cada día, pero con más de 900 decesos diarios por esta enfermedad infecciosa, Rusia afronta la pandemia con una política regionalizada, que delega en las autoridades de las entidades federadas la adopción de las medidas sanitarias.
En Moscú, por ejemplo, los mayores de 60 años y los enfermos crónicos sin pauta completa de vacunación deben permanecer en sus domicilios, y el número de visitantes de teatros y museos no puede superar el 70 por ciento del aforo y estos debe contar con un código QR que certifique que estén vacunados o hayan superado la COVID-19.
En la capital de Corea del Sur, Seúl, la ceremonia de tañido de campañas para dar la bienvenida al año nuevo fue cancelada por segundo año consecutivo por el aumento de las infecciones. Las autoridades dijeron que se emitirá por televisión e internet un video pregrabado con la ceremonia de este año. La cancelación del multitudinario acto el año pasado fue la primera desde que comenzó a celebrarse en 1953.
En India, millones de personas planeaban recibir el año en casa debido a los toques de queda y a las restricciones que impedían las celebraciones en grandes ciudades como Nueva Delhi y Mumbai. Se han impuesto restricciones para evitar que los fiesteros acudan a restaurantes, hoteles, playas y bares debido a la incidencia de la nueva variante.
En Hong Kong, unas tres mil personas tenían previsto acudir a un concierto de Año Nuevo con celebridades locales, incluyendo la boy band Mirror. El concierto será el primero de Fin de Año que se celebra desde 2018, tras la cancelación del de 2019 por disputas políticas y del del año pasado por la pandemia.
En China, el Gobierno de Shanghái canceló sus eventos, incluyendo un espectáculo de luces en el Río Huangpu, en el centro de la ciudad, que normalmente atrae a cientos de miles de espectadores. En Beijing, donde los templos más populares están cerrados o tienen limitaciones de acceso desde mediados de diciembre, no había planes para celebraciones públicas. El Gobierno ha pedido a la población que evite salir de la capital si es posible y exige tests a los viajeros que llegan desde zonas con brotes.