Para realizar la fracturación hidráulica se pueden llegar a ocuparse 43 millones de litros de agua, de 12 a 15 aditivos compuestos químicos, además de la liberación de materiales radiactivos que inciden gravemente en la salud de la población, de acuerdo con Roberto Ochandio, de la Alianza Latinoamericana contra el Fracking.
México, 24 de enero (EFE).- Alrededor de 7 mil 879 pozos se ven afectados por la extracción de hidrocarburos mediante facturación hidráulica o «fracking» en México, que acumula 36 mil 159 fracturaciones, lo que genera graves problemas ambientales, informó este jueves la Alianza Latinoamericana contra el Fracking.
En conferencia de prensa de la presentación del estudio «Fracking en México: peligro latente», el portavoz de la organización, Roberto Ochandio, expuso que esta práctica permitida en México es altamente contaminante para el medioambiente.
Para realizar la fracturación hidráulica, el especialista dijo que pueden llegar a ocuparse 43 millones de litros de agua, de 12 a 15 aditivos compuestos químicos, además de la liberación de materiales radiactivos que inciden gravemente en la salud de la población.
Manuel Llano, fundador de la organización Cartocrítica, también partícipe en el estudio, indicó a Efe que la urgencia radica no solo en los grandes efectos ambientales, como derrames o explosiones a gran escala, sino «también en los derrames cotidianos que hay sin atender».
Por ello, consideró que existe un problema de gestión y transparencia en torno al tema por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que asumió el cargo el pasado 1 de diciembre.
Llano criticó el hecho de que el mandatario haya dicho en algunas ocasiones que dejaría de haber fracking en México, ya que hasta el momento no hay decretos del Ejecutivo ni leyes aprobadas en este sentido.
Existen cuatro iniciativas para prohibir la fracturación, una está en el Senado y tres en la Cámara de Diputados, pero siguen sin ponerse a discusión.
Llano consideró que lo que se tiene hasta ahora «son solamente dichos del Presidente», pues para el presupuesto 2019 de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) ya se fijaron 7 mil 340 millones de pesos (385 millones de dólares) para proyectos vinculados con la fracturación.
Ochandio también se mostró crítico en este sentido al apuntar que «el Gobierno mexicano actúa tibiamente» frente a un escenario con efectos ambientales y económicos importantes.
Además, aseguró que Pemex solo ganaría una deuda por extraer el petróleo de esa forma, ya que quienes se quedan con el dinero «son las compañías operadoras, las que perforan, entuban, venden materiales, fracturan y transportan».
Frente a este escenario, los especialistas coincidieron en avanzar hacia una transición a energías limpias a fin de no profundizar más la dependencia en los hidrocarburos, pues «no hace falta abrir nuevos ductos», en palabras de Llano, sino cambiar los hábitos de consumo.