Gustavo Sosa Núñez
07/03/2019 - 12:04 am
El cambio climático como tema de seguridad nacional
Las diversas afectaciones que tendrá la ralentización de acciones implicará que la adaptación al cambio climático ubique un lugar preponderante en la agenda de seguridad nacional de todos los países del orbe.
En octubre del año pasado, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) emitió un reporte sobre el impacto del incremento de la temperatura global del planeta. Dicho reporte presenta hallazgos según la literatura científica, técnica y socio-económica disponible actualmente para evaluar el aumento de temperatura en 1.5°C sobre niveles preindustriales, así como un comparativo en un supuesto de que el incremento de temperatura fuese de 2°C. Según el reporte, la clave para llegar a una u otra temperatura radica en la ralentización que se pueda lograr del cambio climático.
En términos generales, la información que se presenta es alarmante. Las actividades humanas ya han ocasionado un incremento aproximado de 1°C y es probable que se llegue a 1.5°C entre los años 2030 y 2052, si la tendencia creciente se mantiene como hasta ahora. Ya hay afectaciones serias a diversos ecosistemas terrestres y marinos. Es de todos sabido el derretimiento de glaciares en distintas partes del mundo, así como del hielo polar. Este último abona al incremento en el nivel del mar, proyectado en 0.26 – 0.77 m para el año 2100; además de liberar metano en el proceso (un gas de efecto invernadero [GEI] mucho más potente que el dióxido de carbono, que es el gas generalmente usado como referencia para medir emisiones contaminantes de GEI en el contexto del cambio climático). La desertificación se extiende, el océano se acidifica, los bosques cambian por uso de suelo agropecuario, y el uso de recursos naturales es incesante.
Para poder quedarse máximo en 1.5°C, se necesita una reducción del 45 por ciento de emisiones netas de dióxido de carbono a niveles de 2010 para el año 2030. Para ello, el reporte indica la importancia de reducir la intensidad del uso de energía y recursos, así como de fomentar la descarbonización. No obstante, el desarrollo, el progreso y el crecimiento económico son a base de combustibles fósiles. Además, aun cuando hay expectativas para transitar a energía renovable, las proyecciones son lentas y a largo plazo; lo que no compagina con la alarma que busca encender el reporte especial del IPCC. En esta tesitura, se debería dejar de explorar nuevos yacimientos. Esto parece ser económica y políticamente incorrecto, por lo que la humanidad tendrá que desarrollar formas de adaptarse al próximo clima extremo.
Las diversas afectaciones que tendrá la ralentización de acciones implicará que la adaptación al cambio climático ubique un lugar preponderante en la agenda de seguridad nacional de todos los países del orbe. Serán los recursos naturales propios los que permitan a cada país mantener a flote a sus respectivas sociedades, pues el intercambio comercial entre naciones se verá afectado al buscar los gobiernos satisfacer primero las necesidades de sus gobernados. A su vez, será interesante observar la forma en cómo se desenvuelve la inversión extranjera. En este contexto, las diferencias radicarán en la forma en cómo abordar el fenómeno (o cómo adaptarse a él) a partir de las particularidades geográficas, climáticas, sociales, económicas, y culturales de cada nación. Mientras tanto, a fin de irse preparando lentamente (como con las estrategias de mitigación al cambio climático), será importante ir dando el lugar que el cambio climático merece en la agenda de seguridad nacional de cada país, México incluido.
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