Ocho de cada 10 micro, pequeños y medianos negocios (79.2 por ciento) perduraron en México durante 2020, a pesar del clima de recesión económica que recrudeció con la pandemia de COVID-19. ¿Qué hicieron para sobrevivir estas 3.8 millones de empresas?
Ciudad de México, 16 de agosto (SinEmbargo).- Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES) de México se vieron obligadas a implementar medidas económicas de supervivencia para sortear la pandemia, como lo fueron recortes de personal y apoyos financieros públicos y privados, o incluso ajuste de precios, reducción de la producción, entregas a domicilio y uso de redes sociales.
El año pasado fue difícil para los negocios. A nivel nacional, 1 millón 10 mil 857 MIPyMES de los sectores privado y paraestatal cerraron definitivamente sus puertas y así, 2 millones 966 mil 965 personas perdieron su empleo.
En contraste, 3 millones 846 mil 150 MIPyMES sobrevivieron a la crisis económica. Para sobrevivir, estas empresas tuvieron que recortar 1 millón 149 mil 494 plazas, además de adoptar una serie de estrategias productivas y comerciales, así como, en algunos casos, solicitar y conseguir apoyo financiero.
La suma de empleos perdidos en 2020 —tanto por el cierre de negocios como por los recortes para sobrevivir— no fue menor, toda vez que la masa de trabajadores desocupados equivalió a la tercera parte (28.1 por ciento) de las personas que laboraban en MIPyMES al cierre de 2019, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Por su parte, los sobrevivientes —es decir, 12 millones 842 mil 738 empleados de las más de 3.8 millones de MIPyMES que aguantaron la recesión económica— tuvieron que ajustarse a nuevas condiciones laborales y a un mercado que se vio obligado a cambiar, ya fuera por las restricciones del consumo derivado de la reducción de la movilidad social, problemas en las cadenas de suministro por el cierre de fronteras y otros factores económicos adversos, como lo son la inflación, el tipo de cambio, la desocupación laboral a nivel nacional y la depresión del gasto de los hogares, por mencionar algunos ejemplos.
La supervivencia de las MIPyMES dependió de dos factores clave, sin considerar el recorte de plazas: el financiamiento público y privado, además de la adopción de estrategias, entre las que destacan ajuste de precios, reducción de la producción, entregas a domicilio y uso de redes sociales.
En un contexto en que la crisis económica agravada por la pandemia de coronavirus afectó a nueve de cada 10 empresas a nivel nacional, de acuerdo con la ECOVID-IE 2021, el Inegi reportó que el 10.6 por ciento de las MIPyMES sobrevivientes (407 mil 408 negocios) tuvo acceso a algún tipo de apoyo financiero, mientras que el 63.4 por ciento de ellas (2 millones 439 mil 955 negocios) adoptó cambios de estrategia productiva y comercial.
FINANCIAMIENTOS PARA SALIR A FLOTE
Los negocios de Daniel Enciso sufrieron un descalabro en 2020. Ese año, la microempresa de “limpieza de facilities” que fundó con un socio se fue a la quiebra. Bastó un semáforo rojo para hundir lo que costó años de esfuerzo. Todo “estuvo cerrado […] cerca de cuatro o cinco meses en los que igual se tenía que pagar renta», dijo a SinEmbargo el microempresario mexicano.
La transición de 2019 a 2020 implicó un año sin contratos para Enciso y compañía, por lo que decidieron suspender actividades. Aunque, así como se cerró una puerta, se abrió una ventana de oportunidad para el inversionista.
“Casi al inicio de la pandemia emprendí, por mi cuenta, una microempresa de retail en ropa y accesorios. Solamente tres personas, incluido yo”, explicó Daniel Enciso, quien asimismo asegura que si por algo se ha “mantenido a flote” su nuevo negocio, es por la inyección de capital que aporta como socio fundador.
El caso de Daniel, que implica una situación de financiamiento privado por cuenta propia, también es un ejemplo de una de las formas de apoyo financiero por las que han optado los negocios que sobrevivieron a la pandemia de coronavirus.
En México durante 2020, el 1.7 por ciento de las MIPyMES que obtuvieron algún apoyo financiero (7 mil 108 negocios) resolvió su situación económica con flujo de capital proveniente de propietarios o socios de la empresa, de acuerdo con datos del Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) del Inegi.
El financiamiento de propietarios o socios para la supervivencia de MIPyMES fue más la excepción que la regla en 2020. La mayor parte de los micro, pequeños y medianos negocios que aguantaron la recesión económica con apoyos financieros fue porque tuvieron acceso a programas de gobierno. El 32.3 por ciento de las MIPyMES sobrevivientes (131 mil 643 negocios) salió a flote con este tipo de flujo de capital.
De acuerdo con la Cuenta Pública de 2020, el Gobierno federal devengó 73 mil 279 millones 714 mil pesos en subsidios a través de dos programas: el de «MIPyMES productivas y competitivas» y el de «Apoyo Financiero a Microempresas Familiares”.
Esta cifra, en proporción con el número de MIPyMES y microempresas, según cada caso, supone un apoyo proporcional de 8 mil pesos por cabeza, que en una sola exhibición anual resultaría insuficiente para sostener un negocio durante un año de notoria contracción económica.
Asimismo, aún y cuando todos hubieran recibido los 25 mil pesos de crédito del “Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares” que anunció el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la cantidad de dinero —pese a que es mejor que nada— seguiría siendo insuficiente para impulsar la economía de los hogares que dependen de MIPyMES formales o informales.
Además de los apoyos referidos, el Gobierno devengó 2 mil 294 millones 664 mil pesos en 2020, a través del “Programa de Microcréditos para el Bienestar”, que implicó un apoyo de 6 mil pesos por cada beneficiario, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
Después del financiamiento a través de programas de gobierno, la segunda fuente más importante de recursos para las MIPyMES sobrevivientes fueron las ayudas de familiares o amigos. El 28.3 por ciento de las MIPyMES con acceso a apoyos (115 mil 222 negocios) contó con a este tipo de flujo de capital.
A las ayudas de familiares o amigos siguieron los apoyos financieros de bancos, a los que accedieron 13.1 por ciento o 53 mil 169 negocios; de prestamistas privados, que apoyaron al 9.1 por ciento o 36 mil 933 MIPyMES; de cajas de ahorro, que beneficiaron al 8.4 por ciento o 34 mil 401 negocios; y de proveedores, cuyo apoyo ayudó al 5.8 por ciento, o el equivalente a 23 mil 472 negocios.
De acuerdo con el Inegi, entre los principales obstáculos para tener acceso a financiamientos estuvieron, en mayor o menor medida, las altas tasas de interés, la falta de disposición de los proveedores para otorgar créditos, el alto riesgo de no poder pagar los adeudos y el alto grado de endeudamiento previo de las empresas, así como la carencia de garantías o colateral para acceder a préstamos.
Asimismo, los resultados de la ECOVID-IE 2021 indican que entre las políticas de apoyo que requieren las empresas —además del acceso a nuevos créditos y de las transferencias en efectivo— están los apoyos fiscales y el aplazamiento de pagos a créditos o servicios.
ESTRATEGIAS PARA SOBREVIVIR
El negocio microempresarial de Daniel Enciso dio una vuelta de 180 grados. Para sobrevivir como empresario no sólo se vio obligado a cambiar de giro en plena pandemia —pues abandonó los servicios de limpieza y comenzó a vender ropa y accesorios al menudeo— además de inyectar capital de su bolsillo. También tuvo que idear e implementar un plan de contingencia para robustecer su inversión.
«Una de las estrategias fue promover bonos o comisiones por venta mas sueldo base, aunado a ‘ventas de liquidación’ cada ciertos meses por Internet”. Para Enciso, el reto a corto plazo es incrementar el flujo de capital para que su proyecto sea autosustentable, mientras que a mediano plazo, el desafío es consolidar y afianzar su base de clientes.
Sin embargo, el microempresario mexicano asegura que como inversionista en tiempos de pandemia, lo más difícil ha sido sobrellevar la interrupción de las cadenas de suministro que lo hacen tener que buscar y conseguir distintos proveedores, ya que estos le pueden fallar por la «falta de certeza” que hay en los mercados actualmente.
Al igual que Daniel Enciso, quien hace ajustes periódicos de precios a modo de ventas de liquidación para incentivar la demanda de su negocio, en 2020 el 18.4 por ciento de las MIPyMES sobrevivientes que adoptaron acciones para salir a flote —o alrededor de 520 mil 516 de 2 millones 832 mil 923 negocios— se vio obligado a modificar el valor de sus bienes y servicios para mantenerse competitivo y en funcionamiento.
La segunda estrategia más utilizada —sin considerar “otras” acciones implementadas que corresponden al 41.1 por ciento de las MIPyMES sobrevivientes que adoptaron acciones por la pandemia— fue la reducción de producción, que sacó adelante al 12.6 por ciento o a 356 mil 511 negocios.
A este tipo de acción siguieron las entregas a domicilio, implementadas por el 11 por ciento o cerca de 312 mil 693 empresas; y el uso de redes sociales, utilizadas por el 6.3 por ciento o el equivalente a 178 mil 194 negocios.
Más allá de este tipo de estrategias, los resultados de la ECOVID-IE 2021 refieren que en general, el 74.4 por ciento de las pequeñas y medianas empresas (PyMES), así como el 49.4 por ciento de los micronegocios, utilizaron campañas de información y comunicación virtual.
Las ventas por Internet (25.8 por ciento), la oferta de nuevos bienes o servicios (15.7 por ciento), la adopción de nuevos turnos de trabajo (9.5 por ciento), la diversificación de cadenas de suministro (6.1 por ciento) y el trabajo en casa para reducir rentas (5.7 por ciento) fueron otras de las medidas operativas adoptadas por empresas en general en México, para hacer frente a los retos que la pandemia trajo consigo.
Ello en un mercado mexicano en que el 99.8 por ciento de los establecimientos (o locales) del sector privado y paraestatal pertenece al sector de las MIPyMES, y en que estas últimas representan a ocho de cada 10 unidades económicas (o entidades productivas) que existen a nivel nacional.