Fueron múltiples los apodos que tuvo a lo largo de su carrera, algunos derivados de su aspecto, de su forma de jugar o de sus primeros pasos con una pelota.
Ciudad de México, 25 de noviembre (AS México).- Diego Armando Maradona se ha ido de manera temprana a los 60 años pero su futbol permanecerá en la memoria de todos aquellos que tuvieron la suerte de verle en un campo. Muchos encumbraron su figura hasta los altares y fueron múltiples los apodos que tuvo a lo largo de su carrera, algunos derivados de su aspecto, de su forma de jugar o de sus primeros pasos con una pelota. Aquí va una lista con todos los apodos y formas de las que llamaron al diez.
EL PELUSA
El sobrenombre más conocido para el de Villa Fiorito y el que le acompaña, contrariamente a lo que muchos creen, desde que nació. Durante años se ha atribuido el motivo de este mote a su rebelde forma de llevar el pelo, pero él mismo se encargó de desvelar hace unos años en TyC Sports que en realidad se lo pusieron el día en que nací: «Cuando nací tenía pelos por todos lados, entonces me pusieron así», explicó. Más tarde, dada su baja estatura y su habilidad con el balón, comenzó a destacar y cuando visitaba a otros campos era más fácil de identificar por su tupida cabellera, motivo por el que terminó extendiéndose su apodo y le acompañó hasta su muerte a los 60 años de edad. «Miren que me han puesto apodos, pero Pelusa es el que mejor va conmigo porque me devuelve a la infancia en Fiorito», decía él hace algunos años.
EL CEBOLLITA
En este caso, el apodo no era exclusivo para Maradona, sino que lo compartía con el resto de compañeros en su equipo Argentinos Juniors, el lugar desde el que Maradona comenzó a escalar hasta el olimpo del futbol. Con ellos se probó cuando apenas tenía 10 ante la atenta mirada de Francisco Cornejo, a quien se ha considerado siempre como su descubridor. Y fue precisamente él el que comenzó a llamarlos los Cebollitas, según confesó después, porque eran todos de baja estatura.
BARRILETE CÓSMICO
Para encontrar el origen de este apodo en Maradona hay que remontarse a los días previos a que arrancara el Mundial de México 1986, el mismo que encumbraría al futbolista. Carlos Salvador Bilardo escogió al diez como capitán de la Selección de Fútbol de Argentina, lo que generó una división de opiniones y un enfrentamiento con César Luis Menotti, que prefería que el brazalete lo portara Daniel Passarella. En una entrevista para un diario alemán antes de que arrancara la competición, Menotti, que posteriormente aseguró que habían sacado la frase de contexto, puso las bases del barrilete cósmico: «Maradona ha perdido su identidad desde hace tiempo y cada vez va a peor (…). Si Maradona no deja de vivir como un barrilete, que si voy o no voy, puede ser la figura del Mundial», expresó.
Días después, la curiosa palabra fue recogida por el narrador Víctor Hugo Morales, que mantenía una dipsuta con Menotti, mientras narraba el mejor gol de la historia, el que hizo Diego a la Selección de Inglaterra arrancando desde su propio campo y dejando atrás a todo rival que osaba salir a su paso. «Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?», comentó, sin saber todavía que esa narración daría la vuelta al mundo durante décadas dejando ese apodo ligado para siempre a la figura de Maradona.
D10S
En este caso, la explicación es sencilla: el número que siempre llevó y que tan asociado está a las estrellas simulando las letras de la palabra Dios. Y es que Maradona es, para muchos, una auténtica deidad y así la tratan, especialmente en Nápoles y en Rosario. Allí cuenta con una iglesia y religión creadas en 1998, que se han extendido a países como Alemania, Italia, España, México, Uruguay o Estados Unidos y que en 2015 acumulaba más de medio millón de fieles. Para ellos Diego es D10S, la cronología a partir del 30 de octubre de 1960 que nació se define como «d.D» («después de Diego»), cuenta con sus diez mandamientos, su padrenuestro, su D10S te salve y hasta un Credo. «Creo en Pelusa nuestro D10S, nuestro Señor», aseguran.
PIBE DE ORO
Cuando Maradona comenzaba a despuntar en el mundo profesional y le llovían los contratos y las ofertas, muchas voces comenzaron a llamarlo el ‘Pibe de Oro’, el mismo apodo que ya había lucido con orgullo 40 años antes Ernesto Lazzatti, un elegante volante que jugó en Boca Juniors.
Otros apodos de más escuchados pero cuya explicación es obvia son el ‘Diez’ o Diegote, este último gracias a la época en la que andaba siempre con su representante y amigo Guillermo «Guillote» Coppola.