Los más de 124 mil documentos que se filtraron al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación revelan que por alrededor de cuatro años, Uber llevó a cabo prácticas calificadas como éticamente cuestionables, dentro de las cuales estaban negociaciones con funcionarios de alto rango en diversos países, con el fin de evitar los trámites burocráticos que establece la ley de cada país.
Ciudad de México, 13 de julio (SinEmbargo).- Emmanuel Macron y Joe Biden, actuales presidentes de Francia y Estados Unidos, respectivamente, así como allegados al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, y Mauricio Macri, expresidente de Argentina, entre otros políticos de primer nivel, fueron señalados por haber participado en negociaciones con directivos de Uber, mientras buscaba expandirse por diversas naciones.
Una filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación reveló que de 2013 a 2017, esta empresa de transporte por aplicación penetró en el mercado de las principales ciudades de todo el mundo, al implementar una serie de estrategias agresivas con el propósito de expandirse en diversos países.
Durante alrededor de cuatro años, la plataforma de transporte puso en marcha diversas prácticas éticamente cuestionables, como el imcumplimiento de leyes, engaños y el lobby, este último se define como un grupo de varias personas, en el caso de Uber conformado por sus ejecutivos, que ejerce presión para que el Gobierno de un país tome decisiones políticas y económicas que le favorezcan.
Según los más de 124 mil documentos referidos por The Guardian, son 40 países en donde hasta el momento se llevaron a cabo estas prácticas, que involucrarían a funcionarios de alto nivel, entre quienes se encuentran el actual Presidente francés, Emmanuel Macron; Joe Biden, actual Presidente de Estados Unidos; allegados al Presidente de Rusia, Vladimir Putin; y a Mauricio Macri, expresidente de Argentina.
Otros nombres que figuran en los deniminados Uber Files son Matteo Renzi, cuando se desempeñaba como Primer ministro de Italia; Mariano Rajoy, expresidente de España; el jeque de Dubai Mohammed bin Rashid al-Maktoum; Enda Kenny, Primer Ministro de Irlanda; Benjamin Netanyahu, Primer Ministro DE Israel; George Osborne, Canciller del Reino Unido; Olaf Scholz, Canciller alemán; y Jim Messina, exasesor de Obama.
Información difundida por el diario El País señala que fue Mark MacGann, quien trabajó como “lobista” para Uber entre 2014 y 2016, como el responsable de filtrar los archivos secretos, los cuales contienen información sensible sobre la estrategia que implementó la plataforma de transporte para ingresar a diversos países en donde actualmente brindan sus servicios.
En la misma se señala que de 2013 a 2017, Travis Kalanick, cofundador de la empresa y director ejecutivo utilizó todo tipo de estrategias para expandir a nivel mundial el servicio de transporte por aplicación a su cargo, sin importar que con ellas violara las normas, incitara a la violencia contra el gremio taxista, engañara a las autoridades locales y ejerciera presión en secreto sobre altos funcionarios de distintos gobiernos.
Entre los más de 124 mil documentos filtrados se encuentran 83 mil mensajes vía correo electrónico, por WhatsApp y por iMessages, en los cuales tanto Kalanick y su equipo admiten que sus prácticas son “jodidamente ilegales», mientras que en otro momento se califican así mismos como «piratas».
En los mismos archivos se detalla que los altos ejecutivos de Uber habrían negociado con primeros ministros, presidentes, multimillonarios, oligarcas y magnates de los medios de comunicación, entre estos se encontraba el actual Presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien entonces se desempeñaba como Ministro de Economía, a quien señalan por colabora en secreto en favor de la compañía.
Además de permitir que los ejecutivos de Uber tuvieran un acceso frecuente y directo tanto con él, como con su personal, también afirmó a la empresa de transporte por plataforma digital que negoció un «acuerdo secreto” con la oposición del gabinete francés.
Joe Biden, Presidente de Estados Unidos, es otro nombre que salió a relucir en los documentos filtrados, ya que presuntamente cuando era Vicepresidente de ese país, en el mandato de Barack Obama, tuvo un acercamiento con los ejecutivos de esta empresa por lo que incluso mostró su simpatía durante el Foro Económico Global en Suiza por el modelo comercial que ofertaba la compañía.
Durante el discurso que emitió en ese momento, el entonces Vicepresidente estadounidense hizo referencia a una compañía que tenía el propósito de generar millones de fuentes de trabajo, en las que habría la libertad de laborar las horas que el empleado deseara, lo que a su vez les daría la opción de administrar sus vidas de la forma en que quisieran.
Los documentos señalan que Uber mantuvo en total hermetismo el encuentro con Biden, por lo que ni los “equipos internos” tuvieron conocimiento de la misma, la cual se concretó por medio de exasesores de Obama. Sin embargo, actualmente, ya como Jefe del Ejecutivo federal de Estados Unidos, Biden aseguró que busca combatir el reclutamiento de empleados en trabajos engañosos.
El pasado mes de junio, una vocera de la Casa Blanca dijo a medios de comunicación que el mandatario norteamericano se opone a este tipo de opciones laborales, las cuales no cuentan con los beneficios básicos de los trabajadores, como salario mínimo, horas extras y seguridad social.
En el mismo foro en Suiza, Mauricio Macri, expresidente de Argentina, se habría reunido con los ejecutivos de Uber, pues buscaban ingresar al mercado de Buenos Aires, ciudad en donde no operaba la plataforma de transporte en ese momento.
Los Uber Files también mencionan que los ejecutivos de la empresa tuvieron acercamientos con allegados a Vladimir Putin, Presidente de Rusia, a quienes el propio Kalanick trató de convencer haciendo alusión de la tecnología, como la inteligencia artificial. Incluso en uno de los correos asegura que le encantó el encuentro con quienes se identificaron como millonarios rusos cercanos al mandatario federal, y calificó de cómodo el negociar con ellos.
Para ingresar a Reino Unido los ejecutivos de Uber se habrían reunido con el Canciller George Osborne, quien defendió a la firma bajo el argumento de que el Gobierno de esa nación tenía la obligación de reunirse con empresas globales de tecnología y convencerlas de que Gran Bretaña era una buena opción para invertir, y con ello generar empleos.
Aunque el encuentro con Osborne fue de conocimiento público, los datos registrados en los documentos que se filtraron revelan que hubo seis ministros más del Reino Unido que sostuvieron reuniones con los ejecutivos de Uber, mismas que se mantuvieron en secreto.
No obstante, los encuentros no siempre resultaron favorables para el entonces CEO de Uber, ya que cuando trató con el Canciller de Alemania, quien en ese momento era Alcalde de Hamburgo, rechazó el modelo comercial que la compañía le presentaba. Además, propuso que los conductores recibieran un salario mínimo, por lo que Scholz no sólo no fue tomado en cuenta, también fue llamado “payaso”.
Los archivos también exhiben a Kalanick como alguien que habría aprovechado la ola de violencia que el ingreso de Uber generó entre el gremio taxista, para poder ingresar y maniobrar su plataforma en diversos países.
Por ejemplo, se detalla cómo en medio de diversas manifestaciones de taxistas en París, el entonces CEO de la plataforma de transportes ordenó que los conductores adscritos a esta se unieran en una contraprotesta, en la que llamó a la desobediencia civil sin importar que sus conductores fueran blanco de ataques por parte de infiltrados, incluso en respuestas a estas advertencias, presuntamente habría expresado que “la violencia garantiza el éxito”.
Los documento dan cuenta en varias ocasiones cómo los directivos de la empresa de transporte evadieron los procesos burocráticos para obtener licencias en cada país y se lanzaron ofertas que les garantizarían una cartera de clientes, con lo que pasaron por encima de las regulaciones que ya existían para los servicios de taxi en cada país, lo que llamaron como la estrategia “mejor pedir perdón que permiso”.
La información que se ha dado a conocer también señala que para llevar a cabo todas estas estrategias, la empresa también destinó, tan sólo en 2016, 90 millones de dólares extras, los cuales fueron utilizados en prácticas de cabildeo y relaciones públicas. Asimismo, habrían pagado miles de dólares a académicos, quienes se dieron a la tarea de producir investigaciones en las cuales se reafirmaran los beneficios de su modelo económico y también habrían pagado a medios de comunicación para difundir campañas en su favor.
Todas estas prácticas por parte de Uber lograron mermar los mercados de taxis que ya se encontraban establecidos en las diversas naciones, a los que calificó como un “cártel”, aunque ellos no estaban exentos de esa ilegalidad, como los propios directivos de la empresa reconocieron en un correo: “no somos legales en muchos países, debemos evitar hacer declaraciones antagónicas”, advirtieron.
Al parecer este tipo de prácticas cesaron en 2017, luego de la renuncia de Kalanick como CEO de Uber, resultado de una crisis generada por una supuesta herramienta digital que habría ayudado a los conductores a evadir retenes en donde su servicio no estaba autorizado, por lo que Dara Khosrowshahi, exCEO de Expedia, habría ocupado el lugar de Kalanick, y con ello una nueva etapa en la compañía.
Un comunicado en la página de UBER publicado en 2017 y firmado por Jill Hazelbaker, portavoz de Uber, se aseguró que la empresa dejó atrás sus errores pasados. «No nos hemos justificado ni nos excusaremos por comportamientos pasados que claramente no están en línea con nuestros valores actuales», indicó.