En todo el país se hicieron intentos por promover la consulta, pero en unos lugares se hizo más trabajo que en otros. Hubo zonas tapizadas con carteles y mantas que invitaban a votar; en otros sitios, fue incluso complicado encontrar alguna mesa receptora de votos.
Ciudad de México, 1 de agosto (SinEmbargo).- Dos puntos distintos de la Ciudad de México, con dos realidades opuestas, mostraron el contraste de la consulta popular realizada este domingo en la que hubo poca participación y por lo tanto pocos votos.
Las Lomas de Chapultepec, una de las zonas más exclusivas de la capital, e Iztapalapa, una de las alcaldías que concentra la mayoría de población de la capital al igual que los principales problemas de rezago social.
En el primer lugar, alrededor de las 14:00 horas, era complicado encontrar una mesa de recepción de votos. A la gente que iba a pie por las grandes banquetas, que hay en esa parte de la Ciudad, se le preguntaba para dar con un punto, pero nadie sabía dónde había un centro de votación.
Policías que rondaban las calles dijeron saber de uno de estos lugares, ubicado en Monte Chimborazo, casualmente, situado a dos calles de la residencia conocida como la “casa blanca”, de la familia de Enrique Peña Nieto, uno de los expresidentes de los que se habló mucho durante el último mes y no sólo porque en la promoción de la consulta se habló de juzgar su gestión, sino por todos los datos nuevos que se dieron a conocer sobre el espionaje descontrolado que ejerció contra periodistas y activistas.
La llamada “casa blanca” no lucía este domingo tan reluciente como cuando estalló en noviembre de 2014 el escándalo de su existencia. Ahora deshabitada, lo que alguna vez fue blanco ahora luce un tono gris que hace juego con los requerimientos de que no se han pagado los servicios de agua.
La mesa de Monte Chimborazo estaba vacía. Los seis funcionarios estaban sentados a la espera de algún votante, amenizando su tarde con algo de música para alegrar, aunque fuera un poco, el panorama desolado. La urna tenía apenas unos 30 votos. Detrás había otras tres urnas, todas vacías, pese a que los funcionarios las instalaron desde temprano para colocar en cada una hasta 500 boletas, de las 2 mil boletas que les entregaron. Pero a seis horas después de abrir, apenas una urna guardaba un puñado de papeletas.
Para Rafael, presidente de la casilla, el ritmo de la votación no fue una sorpresa. Él y el resto de los funcionarios sabían que la gente de esa zona no iría a votar. La razón: no apoyan al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Esperábamos esta participación en esta zona porque aquí no se apoya mucho al Presidente. El apoyo es normal, pobre pero normal”, aseguró.
…MIENTRAS TANTO, EN IZTAPALAPA
Hay otra realidad, a 27 kilómetros de distancia de Las Lomas. Aquí no sólo difiere la percepción en cuanto a la consulta, sino también lo referente a todos los parámetros de bienestar. Aquí las banquetas son más que angostas al igual que las oportunidades.
En el camino hacia la Alcaldía de Iztapalapa, las paredes y los puentes lucían más y más mensajes de «vota SÍ» en la consulta popular.
En el Deportivo La Purísima, la afluencia de votantes era constante y particularmente lucía una presencia de muchos jóvenes. Guillermo y Ángeles, dos de ellos, aseguraron que sí hubo información, menos casillas, pero que la organización fue buena.
Guillermo comentó que la iniciativa de enjuiciar a los expresidentes era una acción que hacía falta y que era necesario que la población fuera consultada. En caso que el resultado no fuera procedente, dijo que sería algo muy complicado porque hay mucha fe en este Gobierno y que el día de mañana no pase nada, sería decepcionante.
A una hora del cierre de las casillas, en la mesa ubicada en la calle Procuradores, en la colonia El Sifón, también en Iztapalapa, la situación no pintaba diferente.
Aunque los ánimos eran claramente distintos, los votos se acumularon a marcha forzada. Aquí los funcionarios hicieron sus propias cuentas: en esa mesa tenían que aportarse al menos 800 votos para cumplir con su porcentaje; a esas horas, contaron cerca de 200.
Juan Ángel Luna, funcionario de casilla, comento que la participación sí había sido buena, pero lamentó que como población “nos quedamos cortos”.
“Tenía que haber salido más población. En mi mesa llevamos apenas 200 votos de los 800 necesarios para que se valide la consulta. Aquí tenemos mil 895 boletas”, detalló.
Juan Ángel, en el recuento, consideró que sí faltó claridad por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) porque mucha gente estuvo buscando su casilla.
Esto se debió a que concentraron varias secciones en un mismo centro de votación y esto llevó a la gente a perder su casilla de siempre y por lo tanto, en algunos casos, a no votar. Eso, de hecho, desanimó a muchos.
Con esos resultados y luego de estar esperando votos desde las 8 de la mañana, dijo que lo que espera es que se siente un precedente de justicia y de democracia:
“Más que el castigo, necesitamos nombrarlo, decir que sucedieron las cosas, que hubo gente que murió por culpa de unos malos gobernantes. Al menos que se sepa y que se puedan resarcir los daños”.
Afuera de la mesa, ubicada en un kínder, había aún carteles que pedían participar en la consulta por el SÍ. Pero con todas las calles tapizadas, la participación no fue la esperada.
Todavía a esas horas llegaban personas preguntando si podían votar. A ellos les tocó el NO y en seguida soltaron reclamos al INE por no instalar casillas especiales.
Quedaron dudas, reclamos y otros cargaron con su resignación. Pero el tema de lo que hicieron esos cinco hombres con México desde 1988 al 2018, quedó ya sobre la mesa.