A pesar de que se han instalado puestos antiepidémicos para desinfectar a las personas y a los vehículos, además de otros para la vigilancia de animales salvajes, las autoridades norcoreanas no están dispuestas a aceptar -de momento- donaciones de vacunas.
Seúl, 27 may (EFE).- Corea del Norte dice estar rastreando ríos y lagos en busca del coronavirus e incluso desinfectando vertederos y alcantarillado o vigilando el movimiento de animales salvajes que puedan ser portadores del patógeno, informaron este viernes medios estatales.
La agencia estatal KCNA publicó este viernes un artículo relatando la «escrupulosa operación» que se está llevando a cabo para actualizar «la política profiláctica» del Estado ante la detección, el pasado 12 de mayo, de la COVID en el país -que ha permanecido cerrado a cal y canto desde 2020- por primera vez en pandemia.
El plan «endurece aún más el cierre de la capital y adopta medidas más estrictas para el cierre de las regiones y unidades» de producción, trabajo y residenciales, cuenta el citado medio.
Se está dando prioridad «al examen de las muestras recogidas en los ríos y lagos» y reforzando la reparación y mantenimiento de instalaciones para «desinfectar cientos de miles de metros cúbicos de aguas residuales y cientos de toneladas de basura cada día».
El artículo añade que se han instalado «puestos antiepidémicos» en mil 840 puntos «para intensificar la desinfección de transeúntes y vehículos» y que hay otros mil 830 puestos para la «vigilancia estrecha» de animales salvajes.
Las autoridades norcoreanas reportaron este viernes unos 100 mil 460 nuevos casos de gente con «fiebre» (término que utiliza el régimen para los casos sospechosos, ante su falta de capacidad de testeo).
De este modo, más de 3.27 millones han contraído ya «fiebre» desde finales de abril, con 3.03 millones ya recuperados, unos 233 mil 090 aún en tratamiento y 69 muertes aparentemente ligadas a la COVID.
Las cifras que se han ido publicando apuntan a una propagación asombrosamente rápida de la COVID (el 13.2 por ciento de la población nacional se habría contagiado ya) y a una mortalidad inusualmente baja en un país que no dispone de vacunas.
No obstante, los servicios de inteligencia surcoreanos consideran que muchas de esas «fiebres» podrían ser otras enfermedades como el sarampión o fiebres tifoideas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido al régimen que comparta datos y ha expresado su preocupación por los efectos que la COVID pueda tener en una población que en gran medida ya padece otros problemas de salud subyacentes.
Los expertos creen que Corea del Norte, que no ha administrado ni una sola vacuna y tiene sus fronteras cerradas a cal y canto desde principios de 2020, no está dispuesta a aceptar de momento donaciones de vacunas.