El país se encuentra cada vez más cerca del «Día Cero» a causa de la sequía que este mes se extiende al 83 por ciento del territorio nacional y que tiene a las presas a la mitad de su capacidad, lo cual puede llevar a que el suministro de agua comience a ser racionado, como sucede en el Valle de México. Mientras tanto, la seguridad alimentaria está en riesgo.
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).– La sequía a nivel nacional agudizada por la crisis climática ha puesto en riesgo la producción de granos y hortalizas del ciclo primavera-verano 2021 y con ello la seguridad alimentaria del país.
Durante la primera quincena de marzo, el 83.27 por ciento del territorio nacional (mil 104 municipios) se encontraba en algún grado de sequía —principalmente Chihuahua, Sonora y Tamaulipas—, ya que en lo que va del año se ha registrado 24.8 por ciento menos de lluvia que lo habitual para este periodo, de acuerdo con el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Sistema Meteorológico Nacional (SMN). El sureste y la Península de Yucatán no presentaron afectaciones en este periodo.
Por esta disminución de humedad, sólo una presa (Marte R. Gómez en Tamaulipas), de las 210 del país, está al 100 por ciento de su llenado; 43, entre 75 y 100 por ciento; 57, entre 50 y 75 por ciento; 15, en menos del 50 por ciento; y 94 embalses se encuentran en menos de 50 por ciento y menor al promedio histórico, reportó el Comité Nacional de Grandes Presas al corte semanal del 22 de marzo.
«Con eso no se podrá regar la superficie de antes. Y la consecuencia no es sólo para el producto agrícola y las familias de los productores, sino que el ganado para producir carne o leche también se está muriendo por la falta de agua. Todo es una cadena», advirtió en entrevista el presidente de la Central Campesina Independiente (CCI), José Amadeo Hernández Barajas. «Habrá una disminución importante de la producción de maíz amarillo y blanco —que es el grano principal que se siembra en los siete estados del centro que concentran el 43 por ciento de las presas—, y también mermará la producción del sorgo, el trigo y las hortalizas».
Aunque este año se estima una producción de 28 millones de toneladas de maíz, un 2.5 por ciento más que el año pasado, para satisfacer la demanda nacional, la sequía orillará a un aumento en su importación de hasta 16.5 millones de toneladas, un 9.1 por ciento más que en 2020, lo que a su vez, dijo Hernández, podría afectar el costo de la tortilla, un alimento indispensable en los hogares mexicanos.
Hace unos días la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) informó que en enero la venta de productos agroalimentarios –principalmente hortalizas, café, carne de porcino y miel– generó ingresos al país por tres mil 161 millones de dólares, mientras que las importaciones –en su mayoría cereales, semillas, cárnicos y lácteos– ascendieron a dos mil 558 millones de dólares.
El dirigente campesino, quien recorre el país para recoger las preocupaciones de los pequeños productores, planteó que el riego agrícola está en una situación más crítica en Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Sinaloa, en la zona del Bajío y en el Estado de México.
«En Chihuahua estamos viendo que antes un productor sembraba de 20 a 40 hectáreas de hortalizas y ahora está bajando a dos hectáreas para sembrar», aseveró. «En Guanajuato la presa de San Miguel de Allende está vacía».
Hernández Barajas expuso la urgencia de que los gobiernos local y federal inviertan en equipo tecnológico para hacer más eficiente el sistema de riego en el campo mexicano.
«Un 70 por ciento usa el sistema de riego tradicional que provoca que se desperdicie mucho el agua porque no llega directamente a la parcela, pero el programa de Conagua para uso eficiente del agua ya no existe», planteó. «El productor no puede solo, ya hace miles de sacrificios para comprar el fertilizante u otros incentivos para que crezca su parcela de maíz, frijol, trigo, sorgo».
La SADER a través de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza) informó esta semana que contribuye al equipamiento de infraestructura de uso colectivo de captación, manejo y almacenamiento de agua como presas (mampostería, concreto), bordos de cortina de tierra, aljibes, ollas de agua y tanques de almacenamiento.
EL «DÍA CERO»
A nivel global, la Organización de Naciones Unidas (ONU) calcula que con cada grado de aumento en la temperatura por el calentamiento global un siete por ciento de la población mundial queda expuesta a una disminución del 20 por ciento de los recursos hídricos. De seguir así, para 2050 al menos una de cada cuatro personas vivirá en un país afectado por escasez crónica o recurrente de agua potable.
«El cambio climático ha afectado el ciclo del agua como lo conocíamos. Esto no sólo implica que faltará el agua para beber o asearnos, sino que habrá escasez de alimentos pues el agua es indispensable para cultivar vegetales, frutas y alimentar ganado», expuso The Climate Reality Project esta semana en que se conmemoró el Día Mundial del Agua.
Ante la sequía, esta organización internacional estima que México se encuentra cada vez más cerca del «Día Cero», el momento en que el suministro de agua comience a ser racionado, como ya sucede en algunas alcaldías de la Ciudad de México y municipios del Estado de México, la zona con mayor densidad nacional.
En el Valle de México, con el 29 por ciento en sequía severa (D2), el Sistema Cutzamala registra su mayor reducción en ocho años por ausencia de lluvias durante 2020 y en el primer trimestre de 2021.
Víctor Bourguett Ortiz, director general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, precisó que sus tres principales presas ubicadas en Michoacán y Estado de México se encuentran en promedio al 50 por ciento de su capacidad total, un 22.8 por ciento menos que lo habitual en estas fechas. La presa El Bosque está al 41 por ciento, Valle de Bravo al 58 por ciento y Villa Victoria al 37.6 por ciento.
«El 75 por ciento de la cuenca del Valle de México ya está en sequía severa al 15 de marzo. En la presa de El Bosque no hemos tenido precipitaciones en lo que va del año y Valle de Bravo está en las mismas condiciones. En Villa Victoria sí ha tenido cinco milímetros en febrero y otros cinco en marzo de tal suerte que tenemos el 26.8 por ciento de las lluvias promedio del 1 de enero al 21 de marzo, lo que complica la situación del sistema y por eso las disminuciones al suministro anunciadas», expuso el funcionario en rueda de prensa.
Del 16 de mayo y hasta el 31 de diciembre se reducirá el suministro en 13 municipios del Estado de México y 12 alcaldías de la capital, lo que equivale a reducir el abasto de agua en el orden de dos mil 400 litros por segundo en comparación con el año anterior.
Un colectivo, integrado por Greenpeace México, Fridays por Future, Xochimilco Vivo y otras organizaciones, alertó que por la emergencia climática este año los periodos de sequía y la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos se agravarán. Es por eso que en una carta dirigida al Gobierno de la Ciudad de México recomendaron la restauración de suelos de conservación para una adecuada infiltración, la conservación de los ecosistemas que regeneran agua (bosques, ríos, lagos o humedales), y el tratamiento y reúso de aguas grises.
«La Ciudad de México no escapa a los fenómenos hidrometeorológicos extremos, por lo que en ocasiones enfrenta severas inundaciones y, en otras, sequías que derivan en dificultades para abastecer de agua potable a los barrios y colonias, como actualmente está sucediendo con recortes continuos», dijo Carlos Samayoa, miembro de Greenpeace México.
EXIGEN LEY GENERAL DE AGUA
Sólo esta semana en que se conmemoró el Día Mundial del Agua se registraron diversas protestas ciudadanas entorno a este recurso vital. Pobladores se manifestaron, por ejemplo, frente a la planta de Bonafont ubicada desde los noventa en Juan C. Bonilla, en Puebla. La acusaron de secar sus cuerpos de agua, por lo que exigieron su salida de la zona. «Los guardianes del río Metlapanapa exigimos: fuera Bonafont», colocaron en la entrada de la embotelladora, a la que señalan de extraer un millón 600 mil litros diarios de los pozos.
También hubo quejas ciudadanas en Chiapas, Morelos y Jalisco por desabasto para uso doméstico que los orilla a comprar pipas a precios altos, escasez del líquido para los cultivos y la destrucción de humedales. Por su parte, el Consejo Regional Totonaco reiteró la defensa de su río Ajajalpan, en la Sierra Norte de Puebla, el cual está amenazado por el proyecto hidroeléctrico Puebla 1 que abastecería a Walmart, Suburbia y Vips si el Poder Judicial no les otorga el amparo solicitado en 2016 por falta de una consulta indígena.
«México vive una de las más grandes crisis en materia hídrica de toda su historia», sentenció un desplegado firmado por Agua para Todxs, PODER, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos, Colectivo Playas Limpias, entre decenas más.
Estas organizaciones civiles y académicas han reiterado la exigencia de una Ley General de Agua que garantice un acceso equitativo entre sectores porque, acusan, la Ley de Aguas Nacionales aprobada en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari ha provocado desde 1992 la privatización y sobreexplotación de este derecho humano.
Mientras que el dos por ciento de los grandes concesionarios controla el 70 por ciento del agua concesionada por la Conagua, 41 millones de mexicanos carecen del suministro diario, expusieron en un desplegado dirigido al Congreso, ya que la Ley está pendiente desde el 2012.
Entre los grandes concesionarios figuran Kimberly Clark, Banco Azteca, FEMSA, Bachoco, Herdez, Lala, las mineras GoldCorp y Buenavista de Grupo México, documentó una investigación de la Universidad Autónoma de México (UAM) publicada anteriormente por SinEmbargo.
«La urgencia de respetar el derecho humano al agua y al saneamiento, la necesidad de combatir la COVID-19 con agua suficiente en hogares y hospitales, y el reto de mitigar el cambio climático con medidas que permitan regenerar las cuencas requieren de una nueva Ley que cierre la puerta a la privatización, garantice la soberanía alimentaria y respete las aguas de pueblos y comunidades», evaluaron.