Pablo Emilio Doberti
Educar a los niños para ser felices, dicen por ahí; educarnos todos para ser cada día mejores.
Siempre me llamaron la atención las bibliotecas de las escuelas. Suelen ser (junto con la enfermería, los baños, la cocina, los depósitos y muchas veces las salas de profesores) los lugares menos jerarquizados de toda la institución. Y luego queremos que los alumnos lean, comprendan lo que leen, creen, anhelen leer, pasen horas leyendo y […]
Cada vez soy más selectivo con lo que leo. Soy consciente de que algo en las proporciones de tiempos y tamaños atenta contra el modelo. ¿Pero cuál es el modelo, en realidad?
Nota y evidencia no sólo no son lo mismo, sino que en más de un sentido son lo opuesto. Son dos cosmovisiones diferentes de la evaluación. Sobra decir que nuestro modelo escolar está absolutamente montado encima del modelo evaluativo de la nota. La nota es su gran organizador curricular; es su sistema de jerarquización, de […]
LATAM Airlines (la fusión de TAM con LAN) comenzó a pedir reiteradamente desde hace pocos meses a sus pasajeros en todos sus vuelos que descarguen en su propio teléfono celular del Store que les toque el APP LATAMEntertainment.
“…Él construye un lugar, una figura de escritor, que es muy atractiva. No va a congresos, no participa en las formas habituales de la vida cultural, o por lo menos, si lo hace, es muy secundario…” (a propósito de Onetti, Ricardo Piglia). Cien años de laboratorios sistematizados a escala planetaria contra unas pocas incubadoras aisladas, […]
Vemos organizarse allá en el horizonte un profundo movimiento de libertad. ¿Se impondrá? Yo creo que sí; y creo que si se impone, nos costará reconocernos hasta a nosotros mismos. Tal es su calado.
Siempre me llamó la atención el futuro perfecto. Ya lo quisiera -por un lado; ¡cuánto se nos moviliza con la sola idea de pensar en un futuro perfecto! Pero luego las cosas no son así. El futuro perfecto es también ese tiempo verbal inasible e intrínsecamente nostálgico: habrá sido; parece que se nos hubiera perdido […]
No me interesa que la historia avance, no voy a ningún lado, en realidad; solo me estoy proponiendo que mi lector (infantil) consiga construir la historia en su mente y las palabras que le vamos ofreciendo (o por lo menos algunas de ellas) le ayuden a hacerse una idea de esa casa, de ese perro, de esos hermanos y de la incomodidad de Juan porque no puede explicarle la tabla del dos a su hermana.
No es lo mismo seducir que agasajar ni seducir que sojuzgar. Tampoco es lo mismo agasajar que sojuzgar.
Si tuviera una escuela no la llamaría Vértice, la llamaría Recíproca; no la llamaría Objetivo, la llamaría Subjetivo; no la llamaría Poliedro (aunque me gusta ese nombre), la llamaría Metáfora o Deseo.
En las marcas, como en los otros registros, el ecosistema educativo vuelve a mostrarse torpe, cuando no desacompasado. Eleva mitos poco pertinentes, y hasta algunos impertinentes. Construye registros visuales nada empáticos con los millennials con los que trabaja. Quiere imponer a fuerza incluso las empatías emocionales. Cree que siempre todo funciona por la obligación. Pero no.
Nos quejamos y con razón de que una escuela de la domesticación como la que tenemos es inútil, además de inmoral.
Cuando Silicon Valley le pone valor a uno de esos sueños inconmensurables que emergen de sus entrañas, el ejercicio es alucinante. No hay cuentas. Hay intuiciones, ganas, ventanas de oportunidad y a veces nuevos sueños locos. Y con ese cocktail llegan a un precio en un café o en el living sin muebles, un fin de semana, cierran y se olvidan. Pero tú percibes que ni ellos se importan mucho con el precio. 20 mil millones por WhatsApp: ok, adelante; y siguen. Y muchas veces ni plata circula por ahí porque los valores se aplican en otras nuevas abstracciones y la cosa rueda otra vez.
Estos inteligentes de los que hablo no se parecen a los inteligentes de siempre; no encuentras en ellos los estereotipos clásicos de la inteligencia socialmente establecida.
Leer es un verbo mucho más predicado que practicado; no es el único –lo sé-, pero es uno de ésos. Es facilísimo el consenso alrededor de la importancia y el valor de leer, en casi cualquier ámbito; sobre todo si es un ámbito (como la escuela, por ejemplo) poco lector.