Martín Moreno-Durán
El sainete Auditoría Superior de la Federación – NAIM Texcoco – López Obrador, es uno de los episodios más vergonzantes e indignos de la historia reciente en México.
Porque resulta que ese “billón de pesos de ahorro” que en público presume López Obrador, realmente es la deuda del Gobierno federal que en 2020 se disparó en 7.8 por ciento respecto al cierre de 2019, y que asciende a 1.2 billones de pesos más de endeudamiento con la 4T. (Fuente: Secretaría de Hacienda).
Hoy por hoy, desde Palacio Nacional, desde la Presidencia de México, López Obrador azuza a sus fanáticos a agredir, de una u otra forma, a periodistas críticos a su Régimen.
La Fiscalía General de la República (FGR) abrió una investigación en contra del Infonavit en tiempos de Penchyna por una indemnización otorgada a la empresa Telra Realty por cinco mil millones de pesos, debido a la cancelación de un contrato.
Entonces, ¿se antoja lógico que si todos estos políticos y ayudantes de la 4T ya fueron vacunados, López Obrador no esté vacunado? Por razón de Estado, el Presidente, Primer Ministro, Canciller o Reina, van primero.
El presentador estadounidense alcanzó la fama con el programa de radio «The Larry King Show», que se emitió desde 1978 hasta 1994.
Esa frase marcó el segundo debate presidencial en 2018 y configuró también lo que es ahora el régimen obradorista: un ente que se resiste a los avances mundiales, que recurre a energías contaminantes mientras en otras naciones han sido desechadas, y que tiene a un Presidente que prefiere encerrarse en su mundo alterno y en sus mañaneras, en lugar de participar en foros mundiales que colocarían a México en una posición mundial más ventajosa para sus ciudadanos.
El Régimen ha decidido que exclusivamente la 4T manejará la vacuna contra el coronavirus, y ha excluido a laboratorios, farmacias y hospitales privados para importarla y venderla a cualquier ciudadano.
López Obrador lo defiende a ultranza, pero Hugo López- Gatell es insostenible en su cargo. Ha fallado. Ha mentido. Su actuación raya en la criminalidad médica. Locuaz, mala persona. El Presidente lo podrá mantener como vocero de la pandemia pero, a los ojos y enojos de millones de mexicanos, el apodado “Doctor Muerte” ha perdido tres cosas: respeto, credibilidad y confianza.
“Siete son los grandes compositores mexicanos universales en la historia…”, solía decir en mis programas de radio y en reuniones con amigos. Causaba cierto escozor que, sin llegar a polémica, incomodaba a algunos. Decían que faltaban dos o tres nombres más por incluir. Los hacía desfilar, contando con los dedos de las manos, desgranando sus nombres eternos:
Elvira Concheiro es amiga, discípula y colaboradora de Massimo Modonesi, un sociólogo comunista egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
La catástrofe humanitaria que vive México con una pandemia fuera de control y sus cifras de la muerte: 115 mil fallecidos y 1millón 260 mil contagiados, tienen una explicación fundamental: las mentiras y el consecuente fracaso del epidemiólogo que podrá ser buen científico, pero que es un mal ser humano. Hugo López-Gatell nos ha empujado a una tragedia mayor a la esperada y, hoy por hoy, él mismo está rebasado y exhibido por las circunstancias que ayudó a crear. Ese mote de “El Doctor Muerte” le quedó como anillo al dedo.
Las mentiras han sido el sello del actual Régimen. Miente el Presidente en sus mañaneras. Se miente en las cifras económicas. Se miente con la pandemia. Se miente con la violencia. Se miente con el crecimiento. Se miente con los fideicomisos. Se miente con los adversarios del gobierno. La frasecita de López Obrador: “Yo tengo otros datos”, se ha vuelto el emblema de la impostura.
La 4T ha aumentado la Deuda Total Neta Pública en 1.5 billones de pesos de 2018 a septiembre pasado. Hoy, se ubica en 12.28 billones de pesos. (Fuente: Hacienda).
Toda tragedia humanitaria – la mexicana lo es con el coronavirus-, tiene un origen. Una raíz. Y en el caso de la que padecemos en México con la COVID-19, hay tres momentos claves, por lo que toca al Gobierno, que la marcaron, detonaron y que ha provocado que la pandemia ahora esté fuera de control. Revisemos los hechos inapelables:
Así que, de alguna manera, para la 4T, lo voluntario es obligatorio. Asistencia obligatoria de tiempo completo, sin escalonar horarios, a pesar de que las dependencias oficiales están infestadas de coronavirus. Obligados a donar una parte significativa de sus aguinaldos, en un acto violatorio a la ley. Se recurre al terrorismo laboral y al acoso personal para ajustar a los trabajadores a las políticas miserables que se aplican en el régimen. La amenaza por delante.