Leticia Calderón Chelius
El manejo desvirtuado de la información o abiertamente mentiroso provoca desconcierto, angustia y temor en millones de personas y esto es lo que llaman infodemia.
La consolidación de las elecciones como un rasgo de nuestra democracia si bien permitió la rotación del poder entre élites, que a la postre resultaron ser una misma, dejó una gran insatisfacción sobre la política y la democracia en lo general.
En la larga historia de México como país que ha recibido refugiados los recuerdos y las anécdotas son tan diversos como los distintos motivos que orillaron a cada uno a emigrar.
Desde el día D después de la elección los mensajes de ensañamiento de unos contra los otros están a la orden y no cesan los mensajes que buscan dividir, incluso geográficamente, a un electorado que lo que realmente hizo es mostrar lo viva que esta nuestra democracia electoral.
La verdad es que el discurso de la polarización es otro “mito genial” con el que nos quieren entrampar.
Pretender que aislándose de la lógica nacional o estatal se puede resolver un problema tan grave como la inseguridad está lejos de ser ingenuidad, es querer gobernar con el control que da el miedo colectivo.
De esta manera, si en la forma de gobernar se reconoce que quien gobierna es una mujer, esa será la verdadera diferencia que nos merecemos cuando votemos. Por suerte, tenemos candidatas.
Desde mi punto de vista, hay una revolución silenciosa que marcará el futuro del país para las siguientes décadas. Se trata del reconocimiento de la salud como un bien público que se puso en el centro del escenario político cuando el actual Gobierno apenas llevaba un poco más de un año en funciones (enero 2020).
Las semanas por venir serán claves para que las razones técnicas se impongan por encima del debate electoral y, sobre todo, muestren la capacidad del Gobierno de la Ciudad de México para mantener un discurso científico y técnico como instrumentos de su forma de hacer política.
Lo central del discurso es que los primeros 100 días de Gobierno se presentaron como un gran éxito de la gestión presidencial demócrata.
El incremento del despliegue militar manda el mensaje de que los migrantes son invasores en lugar de personas huyendo, lo que desvirtúa la dimensión del drama humano detrás de este flujo intempestivo de los últimos meses y lo que sabemos seguirá ocurriendo a lo largo del año.
Mientras que en Estados Unidos el caso Floyd generó una movilización social sin precedentes, en México la indignación se suma a los cientos de casos que se vuelven a mencionar y a nuevos actos de violencia policiaca a extranjeros y nacionales que es parte del viacrucis mexicano.
Lo que tampoco queda claro es si realmente el Gobierno mexicano quisiera tener una política migratoria diferenciada de la estadounidense.
Somos un país que se regodea en su hospitalidad histórica pero no está dispuesto a actualizar su marco legal y, en su momento, obligar a los funcionarios a cumplirlo a cabalidad, lo mismo que debe ocurrir en ámbitos privados.
La violación sexual es una de las peores violencias que experimenta la humanidad porque ejerce la sexualidad contra la voluntad de una persona .
Tienes que saberlo Presidente, porque aunque tal vez no podemos albergar en condiciones perfectas a las personas que transitan por suelo mexicano, pero sí podemos ofrecerles condiciones dignas y de seguridad que justamente sean las mismas para todos más allá de la nacionalidad de cada uno.