Leticia Calderón Chelius
La distancia de López Obrador con las ONGs no es un odio visceral sin sentido ni incapacidad de entender la organización ciudadana de ayuda al prójimo que él reconoce como una causa justa y un principio de conciencia social.
La deportación es una práctica que, en un tiempo, no mucho, será abolida como fue abolida la esclavitud.
Parece que no basta con generar condiciones económicas para arraigar a las personas y evitar la migración.
Las fotos son muy potentes, hablan por si solas y después de la imagen no hay más que agregar, ni como justificar y menos intentar desviar el tema hacia otra cosa.
La sola idea de que alguien reaccione frente al origen nacional de otro sin siquiera conocerle es inaceptable y no debe permitirse.
El Artículo 33 en su sentido original autorizaba a expulsar de manera inminente y sin juicio de por medio, a cualquier extranjero del país que se considerara “sospechoso de amenazar a la Nación”, además, les prohíbe “inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.
Hay que decirlo bien claro, el éxodo migratorio está apenas empezando a caminar de nuevo por todo el continente.
En la coyuntura actual, pretender que no haya movilidad humana es tanto como negarse a aceptar que hay un virus llamado COVID y con solo no mencionarlo, desaparece, lo cual no ocurrirá y sabemos al contrario que tenemos que vivir con él.
Una acción solidaria siempre debe aplaudirse y de una vez aprovechar el momento para hablar de la gesta mexicana frente al asilo político y humanitario que permita abrir un debate nacional sobre el papel que México debe jugar frente al flujo migratorio internacional contemporáneo.
El escenario migratorio no deja de complicarse para México si se incluye el flujo de miles de centroamericanos y cubanos principalmente, tanto los que buscan expresamente refugio en México
En uno de sus mejores discursos dado el 24 de julio a propósito del natalicio de Simón Bolívar, López Obrador perfiló una idea que podría constituir un nuevo esquema regional al proponer “construir algo semejante a la Unión Europea”.
La lección es durísima, no importa ni siquiera la voluntad de un Presidente, la decisión de un Gobierno, el apoyo de funcionarios aliados a su causa, la realidad es que en México la impunidad es un asunto mucho más profundo pues corroe al sistema político y se impone incluso sobre quien gobierna.
Uno de los desafíos más grandes de la consulta popular es que necesita que casi 38 millones de mexicanos voten dando el SÍ para avanzar en la revisión del pasado y obligar así a la autoridad a continuar con el procedimiento.
Mientras que Cuba levanta polémica y odas de apoyo o descalificación, Colombia solo logra convocar a la propia comunidad colombiana que radica en México al limite de la angustia por lo que ocurre en su país de origen.
. Lo que no se entendería es que nuestras autoridades mantengan, en el caso de los migrantes en general, la política del “ni los veo, ni los oigo, ni me importan”.