Jaime García Chávez
Es un hecho que no debemos perder de vista, que María Eugenia Campos Galván va a anteponer a sus responsabilidades sus convicciones personales.
Vox pretende que la rueda de la historia giré en reversa e inventa un anticomunismo verdaderamente ramplón.
Estos movimientos, no me cabe duda, son sintomáticos de una debilidad estructural que hoy se ve oculta tras la popularidad, tendencialmente decreciente del Presidente de la República.
Monreal, desplegando todas sus habilidades –que las tiene y son de vieja data–, aparte de pretender defenestrar al consejo que encabeza Lorenzo Córdova y sin causa justificada, quiere reducir ese alto órgano de once a siete miembros.
Renovación del sistema representativo, federalismo solidario, división real de poderes, respeto a las autonomías, balanzas y contrapesos y laicidad.
Valles es propietario de bienes inmobiliarios del tipo del pequeño espacio forrajero mencionado, se acoge al patrimonio familiar, tiene su casa donde además le brinda solidaridad a su señora madre que cuenta con 94 años de edad.
No paso por alto que el lenguaje lopezobradorista es ambiguo, pues palabras más, palabras menos, ha dicho que él no se va a anclar a pugnas del pasado, aunque ya vemos que hasta en materia del colonialismo español quiere reclamar la reconstrucción del gran Teocalli.
A Marcelo Ebrard, con el socorrido mecanismo de las encuestas con las que López Obrador ha desvirtuado absolutamente la vida partidaria democrática, un día le dijeron que con ese instrumento él no era el favorito.
Por tanto, es entendible que si cotidianamente sale a tribuna, colonizando la opinión pública a diario, no siempre tenga algo importante qué comunicar a los que se supone son sus representados, en la diversidad abigarrada que existe en México, no sólo el pueblo del cual él se considera guía y encarnación.
El Presidente dedicó buena parte de su discurso a Díaz Mirón que, como se sabe, cuando transitó al mundo de la política lo hizo al alto costo de comprometerse con Victoriano Huerta, el golpista y asesino de Madero y Pino Suárez.
En el caso mexicano, las incógnitas del futuro son (pienso en el 2024), por decir lo menos, inciertas, debido a las pulsaciones autoritarias que están más que a la vista con el enfrentamiento que se quiere impulsar con la consulta del próximo domingo primero de agosto para el “esclarecimiento” nebuloso que, al final, ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Estamos hablando prácticamente de tres décadas de protagonismo político, en gran medida apalancado en las relaciones intramuros de su partido y por la vía pavimentada de la representación proporcional.
El Nuevo Testamento da cuenta variada de todo esto y los teólogos, durante varios siglos, se han encargado de vertebrar muchas interpretaciones, a la par que la Iglesia fija dogmas y decreta ortodoxias.
Se habla de que hay presiones a jueces de la Ciudad de México y el Fiscal reconviene, a su vez, que su hermano fue asesinado y que ahora se le pretende extorsionar a él.
En 1986 se manifestaron las fracturas de una forma de dominación política que anunciaron el colapso de un partido de Estado que tenía a la democracia como una de sus máscaras y no estaba dispuesto a poner la competencia electoral en manos de los ciudadanos.
Para Cossío, el Estado mexicano, en cuya cima estuvo el poder omnímodo del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, autor real de la sentencia decretada por un Juez ordinario que antepuso siempre su ideología a todo y contra todo, no fue un Leviatán ni inteligente ni astuto.