Greenpeace
Hoy más que nunca el bien colectivo debe primar sobre los intereses de unos cuantos.
Mientras nuestro Gobierno discute en foros internacionales el tema de la reducción de producción de barriles de petróleo a una escala menor de lo que se le pide y acá sigue poniendo como uno de los ejes fundamentales de la recuperación económica continuar con proyectos como la nueva refinería en Dos Bocas y las termoeléctricas de la Península de Yucatán y Baja California Sur, le recordamos que todas las señales del mercado internacional apuntan a que la industria de los combustibles fósiles está en crisis y que los combustibles fósiles a futuro son un riesgo más para la economía y nos acercan a otra emergencia de impactos severos para la sociedad: la emergencia climática.
Esto es muestra de que en medio de una pandemia global, con las amplias consecuencias que está teniendo en el bienestar de las personas, la industria del plástico explota los temores de la gente en torno al COVID-19 a través de la difusión de investigaciones, algunas de ellas financiadas por la industria misma, para decir que los reutilizables son más peligrosos que los plásticos desechables.
¿Seremos capaces de entender las lecciones de esta crisis y trabajaremos para prevenir la crisis climática o seguiremos agudizándola como hasta ahora?
La crisis sanitaria del COVID-19 ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de nuestro sistema económico, y en particular el mercado internacional del petróleo.
El optimismo de esta administración debe transformarse en compromisos y acciones concretas para que México cumpla con los obligaciones de ley y compromisos internacionales para enfrentar la crisis climática.
Hoy sabemos que la lucha ecologista y la feminista tienen que ir de la mano para caminar hacia un mundo justo, sostenible y en paz.
El Gobierno del Estado de México regido por Alfredo del Mazo Maza no va a resolver los problemas de movilidad y transporte mediante una prescripción paliativa orientada al aumento de la tarifa.
El Gobernador Alfredo del Mazo y su secretario de Movilidad Raymundo Martínez ni remotamente se atreven a comprometerse con las propuestas que existen para transformar el transporte público en el estado.
La incineración es un tecnología obsoleta, que busca cabida en los mercados emergentes al ver cerradas sus puertas en los países desarrollados.
El problema del transporte público en el Estado de México está estrechamente relacionado a la forma en que opera.
El negacionismo de la administración de Donald Trump logró imponer su agenda e ignorar, por completo, los efectos que tendrá el cambio climático.
«El bienestar del planeta y de todas y todos los que habitamos en él no debe verse amenazado por una industria que basa su modelo de negocio en la producción y venta de productos desechables».
La carne es uno de los productos que no es recomendable comprar en las tiendas de autoservicio, ni en las grandes corporaciones de comida rápida.
No es un hecho aislado, los efectos del cambio climático los estamos viviendo hoy en todo el planeta.
El año ya está por terminar y es claro que vamos a cerrarlo sin una legislación federal que garantice la gradual eliminación de los plásticos de un solo uso en el país.