Ernesto Hernández Norzagaray
Los gritos de emoción no evitaron que se desplegara la magia de la conversión de esos grises en un amarillo que se extendía conforme se disolvían las volutas en el horizonte.
Ahora, la pregunta es sobre lo que viene, cómo esas mismas mujeres actuaran frente a sus enemigos y como se va a canalizar la protesta por vías institucionales, por la vía política, y si las mujeres y hombres que están en la acción institucional serán capaces de interpretar el mensaje de la movilización nacional o a vuelta de un tiempo volveremos a la estadística de los feminicidios.
Esa carne voluptuosa que muchos jóvenes danzantes mostraron desinhibidos como si fuera su última noche en París. La que recordaran por siempre muchos de los testigos de esa noche de música, baile, piel, confeti, oropel, fantasía y magia que a la mayoría le hizo olvidar sus problemas cotidianos.
La gente se manifestó por miles en el inicio del juicio por considerarlo un abuso del poder estadounidense.
Sucede, además, secuestros sin mucho aspaviento, como lo hemos visto, con la pequeña Fátima. Lo hizo la “señora que vendía papitas fuera de la escuela”, quien la toma de la mano y se la lleva sin más, a un lugar donde se hizo con ella lo inimaginable que hoy tiene en un hilo a una sociedad que no da crédito de tanta maldad.
Seguramente muchos de los empresarios que asistieron a la cena lo hicieron a disgusto de su interés, sintieron que además de la “manita de cochi”, había algo de humillación al llamarlos a comer tamales.
La postura morenista convencional asume sin más “lo que diga el Presidente” y aquello que está fuera de él, por más mínima que sea, cae en el cajón de la descalificación más severa.
Para el Gobierno mexicano es insostenible seguir cuidando el patio trasero de los estadounidenses.
La gente esta en otra órbita. Unos atacando y otros defendiendo el punto. Esto le da un margen al Gobierno para manejar mediáticamente la llamada “cuesta de enero”
Se que los más fieles a AMLO desearían que no se le hicieran este tipo de preguntas, y menos viniendo de un “periodista neoliberal”, pero el problema no es el que interroga sino sobre lo que se interroga, el dato duro, que viene de las “propias cifras del Gobierno”, y que muchos deseamos respuestas para recuperar la esperanza o de plano escondernos ante un futuro incierto, y en ese sentido, hay que reconocer que AMLO después de la gráfica, dejó más dudas que certezas, y no tanto por lo que haya dicho sino por las medidas que se están tomando para actuar preventivamente en eso que el menciono como “las bases” del cambio institucional.
Vamos, es un traidor a la patria junto con su jefe político que hoy dice no saber nada de la actuación de su Secretario de Seguridad Pública.
Lo que estamos viendo en los megaproyectos es una guerra de posiciones donde cada uno de los actores busca obtener el mayor beneficio.
La Navidad es el brindis que borra momentáneamente los malos recuerdos de la memoria. Los lastres de una sociedad que se consume en la violencia cotidiana. Y donde frecuentemente las lágrimas son sustituidas por la risa y el abrazo fraterno.
El Presidente en una sorprendente declaración ha dicho que en México no se abrirá expediente alguno en contra de García Luna.
Están aquellos cibernautas atentos a las presas que diariamente sirven los medios de comunicación para su consumo voraz. Y en esto, no hay distingo, para estos modernos cazadores armados de un smartphone. Y es que basta, que el platillo sea un personaje que por buenas o malas razones se haga merecedor de estar fugazmente en la vitrina de lo público para ir sobre él.
Se vivió en 1910 y bastó el llamado al “sufragio efectivo, no reelección”, o el más inflamante de “tierra y libertad”, para que el país se incendiara. Pasando por la vida de Madero y Pino Suárez. Y más tarde por la de Zapata y Villa. Y muchos otros a los que no se les veía en el lado correcto de la historia. Hay una historia negra que en este espacio es imposible recordar. Sólo basta rememorar que aquella muchedumbre de los momentos cruciales estaba infectada de emociones sin ningún tipo de control que costó al país medio millón de víctimas. ¿A cambio de qué? ¿Acaso de un mundo mejor?