Antonio Calera
NOTA DE IMPORTANCIA Hace 18 años, el poeta chileno Raúl Zurita (Santiago, 1950), una de las voces más importantes de la poesía latinoamericana, visitó la ciudad de México con motivo de la publicación de su antología Mi mejilla es el cielo estrellado (Aldus, 2004). En aquella ocasión, Luis Felipe Fabre y yo tuvimos la oportunidad […]
Me dijo, pues, algún pajarito del verbazo, uno de esos chopitos del decirete, bella ranita alguna bocahablante, que lo mío, lo mío, no necesariamente sería eso de tener tino, sino lo relacionado con el rayo, lo que tiene que ver con el pantano, los ojos de agua, los surtidores de vocablos
Sólo así será que aprenderemos a ver de nuevo: a nosotros y a México.
No conoceremos a muchos escritores, periodistas o editores que pregunten a la realidad tanto como Rentería y su revista, a actores de la realidad cultural que se hayan abierto tanto a la otredad: el índice onomástico y temático de la revista lo comprueban.
«Haciendo surcos, jirones, galimatías pictóricos en sus lienzos, pareciera que Aceves Navarro registrara, a manera de un cuento o una novela, nuestras historias».
Septiembre, veamos, mes en el que vieron la luz dos gigantescos faros: una pequeña hija de madre soltera, Sofia Scicolone Villani, luego Sofía Loren (en la bella Roma, el 20 se septiembre del 1934) y, nada más ni nada menos que Marcello Vincenzo Domenico Mastroianni (el 28 de septiembre de 1924, en un pueblito de Lacio).
Es común tomar como convención que la ahora paella es un platillo que proviene de las costas españolas, principalmente de la zona de Valencia, porque durante el periodo “al-Ándalus” en España se mejoró el sistema de riego asimilado desde la antigua Roma.
Pero, ¿qué comen los acarreados y a cambio de qué precisamente? Pues aunque sea una obviedad, hay que decir que comen poco: acaso una torta con una rebanada traslúcida de jamón Virginia y un unto casi imperceptible de frijoles, un jugo y, ya de plácemes, un plátano o una manzana por su facilidad para comerlos.
Así, escribimos esto pensando en el hambre de nutrirnos unos por otros, de ser engullidos por aquel, una y otra vez e irse hallando a uno mismo a partir de enfrentarse a su hambre y, al mismo tiempo, con el hambre de ser en ese otro.
Y escucho el plac, plac, plac de las pisadas, veo los ríos de gente que camina por tus calles, algunos tristes y otros un tanto más felices.
Por Melisa Arzate Amaro y Antonio Calera-Grobet A) PARÉNTESIS EN EL MUNDO Ocurrió lo que nadie, fuera de la ciencia ficción, imaginó. Es real: arrastra no sólo cientos de miles de decesos sino pobreza, violencia, enconos e irracionalidad. Ante lo terrible suele desaparecer el sentido común. Un minúsculo organismo, un virus, desorganizó al sistema dominante […]
. Podríamos dejar lo que estamos haciendo justo en este momento. No comprar más cosas para que digan que somos muy guapos y muy modernos. Ocupemos de una vez las servilletas que limpian nuestro aliento por dentro.
Felicidades, querido amigo, que se reparta suerte.
Cuando llegue ese momento, así como si nada, en paz de verdad en nuestro adentro, nos sonreiremos, sobre la tierra pero de cara al cielo.
Nos encontramos, en cambio, haciendo equilibrismo y malabares sobre caballos cojos y elefantes famélicos.