Alejandro Páez Varela
@paezvarelaMancera dice que no se arrepiente de las medidas que ha tomado en estos años, pero deja claro que su maltrecha popularidad no es sólo por sus propias decisiones: le pegó la toma del Zócalo por parte de los maestros, o los cambios en el Hoy No Circula. Y ambos temas son federales. Ahora tiene un frente abierto: es con las autoridades federales de medio ambiente. Claramente dice que le pegan a los capitalinos para causarle daño político. En entrevista con SinEmbargo habla también de Marcelo Ebrard y afirma que nunca, nunca habló del tema de su antecesor con nadie en Los Pinos o en Gobernación. Es más, dice, “no hay un Caso Marcelo”
Javier Duarte todavía puede ser investigado porque el Caso Narvarte no está cerrado, dice el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en entrevista con SinEmbargo. Habla de más temas: dice que le extendería la mano a Marcelo Ebrard, como se la da a Enrique Peña Nieto. Afirma que buscará lanzarse por la Presidencia de México en una alianza con el PRD, PT y Movimiento Ciudadano. ¿Y por qué no Morena? Porque Morena quiere “decidir quiénes son malos y quienes son buenos”. Define su relación con AMLO: “No te puedo decir que estamos distanciados. Simplemente no hemos tenido contacto; pero, yo siempre tuve buena relación, una relación cordial. Ahora, pues él sí ha hecho algunas acusaciones hacía mi persona, pero lo entiendo que es parte de la efervescencia política también...”
Reloj exclusivo, champán, zapatos recién salidos del bolero; planes para vacaciones de verano y planes para el invierno. La mejor falda, los mejores trajes, goma para el cabello. Un puesto y luego otro. Que Diputado, que Senador, que director de área o Secretario; que funcionario del partido, luego comisionado. Y estar cerca del dinero público, siempre. Estar cerca de los puestos públicos, siempre, y jalar a los otros.
Cosas que no termino de comprender: el grito de simpatía (“Peña/bombón…”) venía de esos mismos que, generación tras generación, han sido humillados por los gobernantes de Edomex.
En esta ocasión el periodista y escritor Alejandro Páez comparte las fotografías tomadas con su propio celular durante un viaje a Europa, específicamente, a la capital española Madrid.
La derrota de Manlio Fabio en las pasadas elecciones, que no fue exclusivamente de él, sí llevó al viejo zorro a dejar el PRI. Me llama la atención que, en cambio, el Jefe del Ejecutivo federal no le ha pedido la renuncia al Secretario de Hacienda y al de Gobernación, y todavía más: que Videgaray u Osorio –o el mismo Aurelio Nuño, titular de la SEP– no hayan presentado su renuncia. Ya saben, por un tema de dignidad.
Pinche gente, qué sabe de progreso. Los subversivos no progresan por subversivos. Allí está el mismísimo Enrique Peña Nieto, que de burócrata de medio pelo subió a Presidente. Pinche gente revoltosa, me cae. Revoltosa y malagradecida: queremos llevarles progreso y se ponen a las patadas. Por eso se les responde a balazos, ¿de qué otra forma si no entienden? Por eso se llenan sus plazas de policías. Por eso se les despide, se les humilla, se les ultraja; a ellos y a sus mujeres. Quieren carreteras pero no ponen de su parte: ¿qué tanto es ceder su casa en aras del progreso? Quieren agua pero no entregan la que tienen. Quieren sueldo de maestro, los desgraciados, pero no quieren votar por el PRI.
“En las calles sigue el Ejército, diez años después, y hay un sentimiento generalizado de que opera, con toda impunidad, una guerra de exterminio. Los crímenes continúan y los grupos armados han diversificado sus ingresos apoyándose en la impunidad. No existe una política de Estado efectiva para resarcir el daño a las víctimas o para alejar a los jóvenes de los grupos armados. Las policías no se han saneado y la narcopolítica parece mantener los cotos que tenía antes del inicio de la confrontación. No hay grandes avances en el sistema penal; las prisiones son escuelas de criminales; las operaciones de lavado de dinero siguen desarrollándose y apenas, en todo este tiempo, un atisbo de luz: la posibilidad de que a menos la mariguana sea despenalizada.
Caían los últimos votos al PREP de la elección pasada cuando desayuné con un conocido. Conversamos de los temas que tenía en el buche y después, de la nada, me dijo: –Tengo mucha curiosidad por saber lo que piensan en el Gobierno de Mancera. Deben estar muy sacados de onda. Le pregunté, obvio, por qué […]
Si alguien me pregunta qué mancha el triunfo del PAN este 2015, le contesto sin pensarlo: Miguel Ángel Yunes. Yunes y Calderón. Yunes, Calderón y, por lo tanto, Margarita Zavala.
Siento, a veces, que los ciudadanos sí están contentos con Peña Nieto y responden que no porque creen que con eso cumplen su con responsabilidad civil frente a la debacle. Y el días de las elecciones no salen; se quedan en casa. Se rascan la barriga mientras su patrimonio, su salario y su dignidad se deslizan al caño.
La Operación AMLO –la he bautizado así arbitrariamente– tendrá que estar forrada de dinero, por supuesto. Si hay dos periódicos dedicados sólo a López Obrador, día y noche, serán cuatro o diez. Y todas las televisoras. Y actividad a todos los niveles y a todas horas.
Sin una respuesta convincente, sin un malabar político realmente extraordinario, sin un reparto justo de las derrotas (la riqueza que siga repartiéndose como hasta hoy), no importan ya sus palabras afables y su tono engolado (ah, qué bien: engolado), y no importa su impecable peinado, tampoco: Manlio estará en problemas.
Destruye Telmex, destruye los bancos, destruye Pemex, destruye el IMSS, destruye el ISSSTE, destruye la CFE y destruye, ahora, la educación, que los amigos necesitan hacerse no ricos, porque eso ya lo son: estúpidamente multimillonarios; necesitan no un yate: les urgen diez yates en distintos puertos del mundo; no necesitan una mansión: es necesarísimo que tengan diez mansiones, una en cada paraíso de los más ridículos y de mal gusto que haya.
Los laberintos de las palabras, discusiones y congeladoras con una sola intención: seguir viviendo del erario público. Laberintos de palabras para seguir administrando este país como un negocio personal. Laberintos de palabras para seguir repartiendo lo que nos queda en unas cuantas manos, las manos de siempre, las manos de los que tienen tanto que ni siquiera les dará la vida para podérselo gastar.
Así, en la espiral, los Duarte pueden ensangrentar y saquear Veracruz y Chihuahua y no hay quién les diga algo; Tomás Zerón puede manipular evidencia, aplicar tortura, acomodar los hechos y no hay quién le ponga un freno. En la espiral los cárteles siembran el terror y los gobiernos locales, como el de Tamaulipas, le hacen el trabajo sucio: esconden los hechos.