Alejandro Páez Varela
@paezvarelaEmpresarios de altos vuelos y actores políticos poderosos brincarán, ahora sí, a alguno de los dos. Le ofrecerán todo su apoyo y se lo retirarán al otro para no desperdiciar esfuerzos. Van con el que sea, menos a López Obrador: entonces brincarán a darle recursos y refuerzos al que claramente sea segundo lugar. Y dejarán a su suerte al tercero.
Creo que Peña Nieto se equivoca con Chihuahua. Allí, en esas tierras, basta un chispazo para que los ciudadanos se suban al tren. Y una vez arriba del tren, no se bajan hasta que tope con algo. Así lo demostraron los chihuahuenses durante todo el Siglo XX. Así lo demostraron apenas unas décadas atrás. De los desiertos ha hecho ciudades; en las laderas nevadas ha cultivado su maíz para vivir: se equivocan con Chihuahua. Chihuahua sabe resistir.
Nadie habría concebido 2017 como se dio, pero quiero decirle esto: sí hay más abismo. Allá, abajo, se puede ver nuestro futuro si no hacemos algo; si no convertimos 2018 en el año de nuestra libertad.
En ese barco van todos: Javier Duarte, Carlos Romero Deschamps, Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, Elba Esther Gordillo, César Duarte, Roberto Borge, Fidel Herrera, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Miguel Ángel Osorio Chong y la lista es inagotable. Meade cargará con ellos porque cargará con ellos, y punto. Con esos no hay una “alianza electoral” que valga. No los puede dejar en el camino o bajarlos del barco porque el barco es de ellos. No los puede dejar fuera del gobierno, si es que gana, o expulsarlos del partido: ni el gobierno ni el partido serán de él.
La Ley de Seguridad Interior debe tenernos muy preocupados a todos, así como la Ley Mordaza y otras tantas chapucerías –como liberar a Elba Esther Gordillo para comerse al Panal y para apuntalar a Meade– que el PRI, que es astuto y marrullero, echó a andar justo a finales de este diciembre mientras todos nos distraemos con posadas y desveladas. Pero, como sociedad deberíamos multiplicar el esfuerzo en los siguientes meses para evitar que se imponga a un individuo que no queremos como ciudadanos.
Llevó a Alejandra Barrales a encabezar el PRD nacional e incluso era su gallo para la candidatura en la Ciudad de México, lo sabíamos todos. Pero ella se posicionó; obtuvo (casi) la candidatura (falta un trámite) y, se dice con mucha insistencia, se volvió la más anayistas de todos los anayistas. Y fue ella, justamente ella, quien terminó su sueño de ser candidato: mientras él presionaba con el método de elección, ella salía en fotos con Anaya y con Dante Delgado. Y a ella, si los datos son correctos, también la perdió.
Por la gravedad de los días que vivimos, México debe ponerse del otro lado, donde no están Meade y sus amigos: debe combatir a los rateros y criminales y echarlos de los barrios, de las oficinas públicas, del poder político.
“Para donde quieras leerlo, sale: si quieres acomodar a Meade o a Nuño [en la Presidencial], los puedes acomodar. Son muchos los nervios. Súmale el teléfono descompuesto y cualquier señal se puede interpretar como quieras”.
La cosa es que tengo un voto en la mano que NO es de nadie. Y es el voto más valioso porque decidirá –y eso pensamos cada uno de los ciudadanos– mi propio futuro. No estoy para regalarlo sin pensar. No estoy para ofrecerlo de antemano. No estoy para desperdiciarlo.
Y así me confirmó lo que muchos decimos desde hace meses: que la idea del Frente no es pelearse con el Gobierno de Peña o derrotar al PRI, que para eso se pintan solos.
Mientras existan políticos inmorales o corruptos, esos medios sobrevivirán; a ellos les gusta la publicidad con dinero de los mexicanos y a la prensa tradicional le encanta vivir del dinero de los mexicanos. Son unos para los otros.
Yo creo que Peña Nieto no ve mal las aspiraciones de Margarita Zavala y Miguel Ángel Mancera. De hecho, creo que a la primera le dará TODO para que crezca.
El manotazo a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y a su ahora ex Fiscal Santiago Nieto, es apenas un botón. Su posible independencia era un peligro para la élite del PRI: traía el caso Odebrecht, había iniciado la investigación de desvío de recursos al PRI, es el que podía sacar a César Duarte de su cueva en Estados Unidos y el que tenía atorado al PRI de Veracruz.
Como digo: sentimos la democracia con sabor a zacate, pero pocos, realmente muy pocos, reclaman transparencia y rendición de cuentas a los gobernantes. Nos dejamos vencer por la apatía. Creemos que nuestro trabajo como ciudadanos termina cuando vamos a votar, y allí está el error: somos patriotas de 15 de septiembre en la madrugada, y ciudadanos cada muy de vez en cuando.
Los veo –a Margarita, a Felipe y a Ricardo– más cerca del PRI que nunca: haciendo todo, todo, con tal de mantenerse en el presupuesto.
Los jóvenes ya mostraron voluntad, pero no será suficiente. Necesitan, ahora, abrazarse a la convicción y a su propia fortaleza para enfrentarse a los otros México que querrán hundirlos, aplastarlos, allanarlos y convencerlos de que estamos bien, así como estamos; que no es necesario moverle a nada. Son otros México que babean por sumar a los que vieron este septiembre unidos en un solo brazo que no flaqueó frente a la tragedia.