El mandatario federal señaló que los sacerdotes no fueron capaces de decir que las autoridades locales protegieron a José Noriel Portillo Gil, «El Chueco», quien ya contaba con una orden de aprehensión.
Ciudad de México, 30 de junio (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó las críticas de la iglesia católica a su estrategia de seguridad tras el asesinato de los sacerdotes jesuitas al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, en Chihuahua.
«¿Qué quieren los sacerdotes? ¿Que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a desaparecer a todos? ¿Vamos a apostar a la guerra? ¿Por qué no actuaron cuando Calderón? ¿Por qué callaron cuando se ordenaron las masacres? Eso es hipocresía y no debe permitírsele a un religioso, sea pastor o sacerdote, la verdad», dijo el mandatario.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador señaló que el responsable de los crímenes de los padres Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, y del guía de turistas, Pedro Eliodoro Palma, presuntamente cometidos José Noriel Portillo Gil, alías «El Chueco», gozaba de la protección de las autoridades locales.
“No fueron capaces de decir: Esto se origina porque las autoridades locales protegieron a esta persona y aunque había orden de aprehensión actuaba con absoluta libertad y participaba en política, pero como ayudaba a los partidos conservadores, tenía protección o actuaba con tolerancia”, acusó el Presidente.
Y en otro capítulo de "¿Qué quieren que yo haga?" ?♀️
AMLO dice que ya no sabe qué quieren los sacerdotes que haga con la violencia del país
"¿Qué quieren entonces los sacerdotes? ¿Que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a desaparecer a todos." pic.twitter.com/fx2dvnl9HV
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) June 30, 2022
Luego de que los sacerdotes le han recriminado que «los abrazos» no son suficientes para atender la inseguridad en el país, el mandatario pidió a los sacerdotes no caer en politiquería: “Una cosa es que tengan simpatías con los partidos conservadores y otra cosa es la mentira, la calumnia y el levantar falsos testimonios”.
Mientras que al líder de la iglesia católica, el Papa Francisco, lo eligió por respetar el «proceso de transformación en México», a quien hizo referencia como «el único prudente» por su pronunciamiento sobre el homicidio de los jesuitas, pues aseguró que «la violencia no resuelve los problemas, sino que crece el sufrimiento inútil”.
La comunidad jesuita pidió el sábado a López Obrador revisar su estrategia de seguridad en el templo del “Sagrado Corazón de Jesús”, en Chihuahua, durante la misa de cuerpo presente de los sacerdotes asesinados.
“Respetuosamente pido, pedimos, al señor Presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública. No vamos bien y esto es clamor popular”, expresó el religioso.
Al ser cuestionado sobre presuntos casos de extorsión a religiosos en el estado de Jalisco, el mandatario reconoció que no cuenta con información sobre denuncias, pero que solicitará investigar, ya que «no por el hecho de ser religiosos son infalibles».
Chihuahua ocupa el séptimo lugar de los estados más violentos del país, debajo de Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Baja California, Jalisco y Sonora, según cifras oficiales.
La violencia en aquella entidad había registrado una tendencia al alza desde el año 2015. Tan sólo en el periodo del Gobernador panista Javier Corral, los homicidios dolosos se dispararon de mil 470 asesinatos, cuando asumió el cargo en octubre de 2016, a mil 431 en el año 2021, es decir un alza de al menos 60 por ciento.
En tanto, en los primeros cinco meses de este año, ya en el mandato de la también panista María Eugenia Campos, la entidad registra al menos 728 personas asesinadas.