La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente dio a conocer que inspectores ya se encuentran en la entidad veracruzana para investigar los hechos y, en caso necesario, ejercerá las acciones que correspondan. Sin embargo, aclaró que hasta el momento no ha recibido una denuncia formal sobre los hechos.
Claudia Edwards Patiño, directora de programas de Humane Society International (HSI) México, aplaudió la reacción de la dependencia y destacó lo anómalo que resulta la visita de un animal hacia los poblados; la especialista afirmó que el hecho puede deberse a la pérdida de hábitat y/o a la escasez de alimento.
Mientras tanto, Paulina Bermúdez Landa, directora ejecutiva de Proyecto Gran Simio, hizo un llamado a la dependencia a investigar a fondo la situación, a fin de descartar o confirmar un negocio de pieles en la comunidad y a que trabaje para dar con los responsables del asesinato del ejemplar y establecer las sanciones pertinentes.
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- Pobladores del municipio de Jesús Carranza, Veracruz, quienes supuestamente mataron a un jaguar (Panthera onca) que caminaba por la comunidad de Chalchijapan, podrían pasar de uno a nueve años en prisión y hacerse acreedores al pago de una multa que iría de los 4 mil hasta los 400 mil pesos, ya que se trata de una especie en peligro de extinción.
Este diario digital dio a conocer que los hechos ocurrieron el pasado viernes, cuando un grupo de pobladores de Chalchijapan, cerca de la comunidad de La Perla del municipio de Jesús Carranza, Veracruz, cercano a los límites con el estado de Oaxaca, fueron alertados por la presencia del animal y decidieron ir en su búsqueda para asesinarlo, aunque –según testigos– no había ocasionado problemas con el ganado ni las personas. Incluso, señalan, era alimentado por habitantes.
El jaguar está enlistado bajo el estatus “En peligro de extinción”, dentro de la NOM059 y la sanción por cazar ilegalmente un ejemplar de vida silvestre protegida se paga con pena carcelaria de uno a nueve años y una multa de 50 a 50 mil Unidades de Medida y Actualización.
Asimismo, el felino más grande de América se encuentra en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES 2013) y ocupa un lugar dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como «Especie casi amenazada».
De acuerdo con el informe «Las 10 especies mexicanas más icónicas en peligro», realizado por el Centro para la Diversidad Biológica, la subsistencia de los 4 mil jaguares que quedan en México se ve comprometida por la expansión de los asentamientos humanos, la pérdida y fragmentación de su hábitat, la agricultura y la ganadería, la caza, además de la reducción de sus presas entre las que se incluyen mamíferos, aves, reptiles y peces.
Para proteger a la mítica especie, el Gobierno mexicano, destaca el CDB, debe salvaguardar el hábitat principalmente en Sonora, Sinaloa, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Asimismo, las autoridades deben evitar la construcción de carreteras en áreas protegidas y promover el manejo responsable de ganado.
La especie no sólo es importante en el equilibrio de los ecosistemas, tiene, además, especial relevancia en la cultura mexicana: es conocida como “Océlotl” en náhuatl y “Balam” en maya y es asociada con el valor, el poder, la noche, el inframundo, la muerte y la fertilidad de la tierra.
AUTORIDADES INVESTIGAN EL CASO
El jueves pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) dio a conocer que inspectores acudieron a la entidad veracruzana para investigar los hechos; un día después, informó que el cuerpo del ejemplar fue localizado, por lo que presentará una denuncia penal contra quien resulte responsable, por delitos contra la biodiversidad.
Claudia Edwards Patiño, directora de programas de Humane Society International (HSI) México, aplaudió la reacción de la dependencia y subrayó lo anómalo que resulta la visita de un animal hacia los poblados y afirmó que el hecho puede deberse justamente a la pérdida de hábitat y/o a la escasez de alimento.
De acuerdo con el documento «El jaguar en México», realizado por Gerardo Ceballos, Cuauhtémoc Chávez y Heliot Zarza, de las más de 22 millones de hectáreas de selvas altas situadas desde Veracruz hasta Chiapas, actualmente no se llega ni al millón, además se encuentran «dispersas y con poca continuidad» y la mayoría están en el suroeste de la Península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas.
«Si los animales están saliendo a las orillas es porque ya no están encontrando recursos en su espacio, en este caso, tenemos una gran pérdida de los hábitats de los animales. La gente tala, desmonta y siembra o pone pastura para ganado, entonces el hábitat en el que cazaba los animales que comía ya no existe. Además, la gente sigue haciendo caza indiscriminada de las presas del jaguar, como los venados, pecaríes y otros mamíferos. Si no tienen hábitat ni comida, tienen que moverse muchos kilómetros para encontrar qué comer», destacó la activista en entrevista para SinEmbargo.
Aunado a ello, indicó, las personas actúan en contra de los grandes felinos, motivados frecuentemente por el miedo a sufrir un ataque y el desconocimiento de que el animal se encuentra en peligro de desaparecer y existen leyes que lo protegen. Es por ello que señala la necesidad de establecer campañas informativas dirigidas a la sociedad a fin de dotarla de herramientas que le permitan actuar de forma correcta en caso de que un animal salvaje ronde poblados.
«Debemos aprender a manejar el entorno, el ambiente […] Todos podemos contribuir [a proteger a las especies]: no comprando fauna silvestre y no comiendo animales exóticos, por ejemplo. No es un problema de una comunidad, no son cinco personas que mataron a un jaguar, es un problema de todo el país y todos tenemos que ver cuál es nuestra responsabilidad en el cuidado y protección del ambiente y de la fauna silvestre», remarcó.
Mientras tanto, Paulina Bermúdez Landa, directora ejecutiva de Proyecto Gran Simio, hizo un llamado a Profepa a investigar a fondo la situación, a fin de descartar o confirmar un negocio de pieles en la comunidad y a que trabaje para dar con los responsables del asesinato del ejemplar y establecer las sanciones pertinentes.
«Hace falta energía para poder solucionar estos casos. En la medida en que no haya un responsable sancionado, esto va a seguir pasando. Hacemos un llamado a que se dé con los responsables y se aplique la pena porque estos animales se encuentran en peligro de extinción […] Hay lentitud por parte de Profepa para atender los procesos de denuncia e incluso es muy complicado que empiecen a tomar cartas en el asunto. Desde ahí vemos que reina la impunidad», dijo a este diario digital.