Ciudad de México, 12 de abril (SinEmbargo).– Hasta ahora, las posibilidades estimadas de los lentes de realidad aumentada Google Glass se centran en un terreno que oscila entre el ocio y lo laboral, haciendo énfasis en la interacción entre sus usuarios y la red. Sin embargo, estos anteojos también podrían mejorar la calidad de vida de las personas. En este caso, convertirse en una ayuda para que las personas con Parkinson conserven su independencia el mayor tiempo posible.
Al menos es lo que un equipo de investigación de la Universidad de Newcastle trata de hacer posible, y creen que los lentes podrían proporcionar recordatorios automáticos en el campo de visión de un usuario con este padecimiento, según resultados preliminares presentados en la Conferencia ACM Human Factors in Computing Systems (CHI) 2014, que actualmente se lleva a cabo en Toronto.
«Estamos pensando en las maneras en que las personas con Parkinson pueden utilizar esta tecnología para darles instrucciones y recordatorios mientras están fuera, y para ayudarles a vivir de manera más independiente», dijo John Vines quien dirige esta investigación que se ha centrado en la aceptación del gadget de realidad aumentada por parte de los pacientes.
De acuerdo con los investigadores, los Google Glass pueden servir para avisar de forma discreta a los pacientes de ciertos comportamientos típicos del Parkinson, como el bloqueo a la hora de hablar, evitar el babeo o cuestiones médicas elementales como facilitarle información al usuario sobre aspectos tales como medicamentos y citas.
Hasta ahora el equipo trabajó con un grupo de voluntarios con la enfermedad de Parkinson cuyas edades van de los 46 a los 70 años. La segunda fase, por otro lado, iniciará este año y explorará la manera en la que los sensores de movimiento de los anteojos pueden ser utilizados para apoyar a las personas con «congelación», una conducta causada por el bloqueo de la capacidad motora, un síntoma común de esta enfermedad.
El Parkinson es una enfermedad neurológica que actualmente afecta a 10 millones de personas en el mundo. Se manifiesta con síntomas motores que incluyen rigidez, temblor y bradicinesia o lentitud de movimientos. Los síntomas afectan al equilibrio del individuo, así como su andar, brazos y movimientos faciales. Asimismo, también el habla se ve afectada y el mecanismo de deglución automática. Sin embargo, más allá de las afectaciones físicas, muchas veces son más graves los problemas emocionales y sociales que van de la mano con la pérdida de independencia y confianza social.
«Las personas con Parkinson tienen que hacer frente a la enfermedad, pero también al aislamiento social que produce el estigma que rodea a comportamientos como el babeo y los temblores sobre los que no tienen ningún control», dijo Roisin McNaney, quien también participó en la investigadora.
Según McNaney, uno de los retos en estas enfermedades es encontrar una tecnología que no sólo sea útil, sino también discreta. En estos casos, los lentes funcionan como una velada computadora portátil que además funciona como un teléfono inteligente con manos libres.
«Lo último que queremos es un sistema tan notorio que añada vergüenza. Por eso, sistemas como ‘Google Glass’ nos ofrecen una oportunidad real para el tratamiento a largo plazo de estas situaciones», agregó la investigadora.