Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).– Había concluido el primer Hay Festival en Zacatecas, la única vez además que el encuentro literario creado hace 27 años en Hay-on-Wye, un pueblo de Gales, se hizo en la hermosa ciudad colonial nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1993 (desde hace tres ediciones se lleva a cabo en Xalapa, Veracruz).
Esperábamos en una larga fila el avión que nos llevaría de Zacatecas al Distrito Federal. Detrás de mí, Bob Geldof, el rockero y activista conocido por su lucha incansable contra el hambre en el mundo, famoso además por su papel protagónico en el filme The Wall, de Alan Parker, que marcó a tantas generaciones en el mundo, entre ellas sin duda a la mía.
Jorge Volpi, Margarita Heredia, Juan Villoro, también esperaban pacientemente su turno para abordar el avión, frente a la parsimonia y su “tomarse con calma” todas las cosas de los zacatecanos.
Cuando llegué al mostrador, mi boleto no estaba. Alguien no lo había emitido desde el DF, uno de los pasos en la larga cadena de pequeños actos burocráticos destinados a concretar un hecho en la cultura oficial había fallado. Aprovechando la presencia de Jorge Volpi, por entonces director del Canal 22, organismo que me había llevado al Hay Festival, le pedí que intercediera ante los funcionarios de la aerolínea.
El trámite puso un poco nerviosos a quienes esperaban en la fila, entre ellos a Geldof. Con su humor habitual, Juan Villoro espetó a bocajarro: – Mónica, apúrate, ya sabemos que haces todo esto para llamar la atención de Bob, dijo, provocando la carcajada generalizada.
Finalmente todo se resolvió y pudimos encaminarnos hacia el check in, donde nuestro ilustre compañero de viaje hizo gala de su caballerosidad al avisarle a la escritora libanesa Joumana Haddad que se estaba olvidando una pequeña maleta.
“Ustedes son testigos de que este hombre (por Bob Geldof) me acosa constantemente, me persigue”, dije al matrimonio Villoro, dueño de un sentido del humor inagotable y todos volvimos a reír.
Es una anécdota insignificante, pero inolvidable. Como inolvidable fue la presencia de Geldof en aquella primera edición mexicana del Hay que nunca como entonces tuvo tanto glamour, ni deslumbró tanto.
LAS IDEAS POLÍTICAS
En una charla pública con Peter Florence, director del Hay Festival, Bob Geldof, nacido el 5 de octubre de 1951 en Dún Laoghaire, Irlanda, había sido claro y preciso para esbozar sus ideas políticas y desplegar su visión del mundo en términos de su incansable activismo.
“Afganistán nunca será conquistado y aunque es terrible las cosas que hacen los talibanes con las mujeres y los niños, nada de eso será resuelto con intervenciones militares y guerras”, dijo.
“Es fundamental tratar de entender el punto de vista de los otros antes de invadir un país y no estoy hablando de relativismo, pues el relativismo político sólo sirve para charlar en el bar y su efecto termina cuando el bar se cierra. Lo que estoy diciendo es que Occidente debe hacer esfuerzos por escuchar a quienes piensen diferente”, afirmó el líder de la banda The Boomtown Rats.
Geldof comenzó su carrera artística en 1975 y en los ‘80 su vida dio un giro radical a raíz de un programa de televisión transmitido por la BBC.
“Después de seis años de muchos éxitos musicales, veía que mi carrera comenzaba a declinar y que aparecían los grupos jóvenes con mucha fuerza. Estaba sumido en muchos problemas personales y profesionales. Una tarde, al volver a casa a las seis de la tarde, algo inusual, me puse a ver la televisión con mi esposa”.
“Pasaban un programa especial en el que contaban cómo toda una población de Etiopía había ido a un lugar a esperar la muerte por hambre. Un periodista inglés los había encontrado por casualidad y con ira y vergüenza transmitió la nota para que el mundo conociera esa situación”, contó Geldof ante una nutrida audiencia concentrada en el Templo de San Agustín.
Fue cuando el hoy famoso e influyente líder global decidió grabar un disco con varios famosos, contactar al productor Quincy Jones y al cantante Michael Jackson, quienes hicieron la ahora legendaria canción “We are the world” y crear, entre otras cosas, la fundación “Band Aid Trust”, que organiza los famosos conciertos mundiales “Live Aid”.
LA VIDA TRÁGICA DE BOB GELDOF
Hace casi 30 años que Bob Geldof, un hombre de vida trágica y contradictoria que vio morir a su ex esposa Paula Yates de una sobredosis de droga y que enfrentó los mismos demonios con el caso de su hija, la modelo Peaches Geldof, despedida de un desfile y luego internada por una sobredosis de heroína, realiza una incansable marcha de concientización por el mundo.
El nombrado Caballero de la Orden Británica, por ejemplo, ha sido el guía privilegiado del ex presidente de Estados Unidos, George Bush, a quien llevó a conocer gran parte del territorio africano, en el que es experto, para que el entonces mandatario entendiera de primera mano la problemática de este continente.
“Soy un hombre que tiene opiniones sobre muchas cosas y esas opiniones las doy generalmente en el bar, pero de lo que hablo con voz clara y fuerte es de África, donde soy escuchado, donde conozco bien y donde puedo cambiar algunas cosas”, dijo Geldof.
“Aunque digan que estoy loco, África será una fuerza poderosa en el mundo, no puede escapar de ese destino. El mundo necesita de África y las grandes historias y transformaciones planetarias vendrán de ese continente”, agregó.
El chico pobre y huérfano de madre, que cocinaba solo y buscaba la leña para el fuego del hogar vacío pues su padre vendía toallas de lunes a viernes en el interior de Irlanda y sólo venía los fines de semana, criado por sus hermanas que también se fueron temprano de la casa, es hoy un líder político planetario.
Pasó por las drogas y el sexo, “lo mejor que tuvo mi época de joven en mis tiempos de músico profesional a tiempo completo” y en Zacatecas se presentó en concierto en la Plaza Miguel Auza, ante un nutrido público que bailó, gritó, aplaudió en una euforia que duró de principio a fin.
Interpretó temas como “Indifference”, “Love or Something” y “Sex Thing” y habló en español durante todo el concierto.
“Happiness”, “Banana”, “Harvest”, “Scream in vain”, “One for me”, “Mudslide”, Birthday Suit”, “Someone’s looking”, “Joey”, “Mary” y “Rat Trap”, fueron desgranándose con energía hasta recaer en la infaltable “I Don’t Like Mondays”.
Se trata de la legendaria canción dedicada a la adolescente Brenda Ann Spencer, quien había disparado con una escopeta en el patio de la escuela elemental de Grover Cleveland en San Diego, California, el 29 de enero de 1979, matando a dos adultos e hiriendo a ocho niños sólo porque no le gustaban los lunes.
A partir del 7 de abril de 2014, Bob Geldof también odiará irremediablemente los lunes. Ese día, Peaches Geldof, de 25 años, fue encontrada muerta en su departamento, aparentemente por causas naturales.
La familia, “fracturada pero no rota”, según describió el propio músico en un comunicado, suma así otra muerte temprana a la de Paula Yates, quien falleció en el 2000 a causa de una sobredosis de heroína y a la de Michael Hutchence, pareja de Yates y padre de Tiger Lily, la hija de ambos que crece con Bob Geldof.