Madrid, 7 abr (dpa) – El Congreso de los Diputados de España acoge mañana martes una sesión histórica: la cámara baja del Parlamento rechazará dar permiso a Cataluña para organizar el referéndum independentista que el gobierno de la región del noreste del país ha fechado el 9 de noviembre.

La consulta, culmen del desafío secesionista del gobierno regional catalán de Artur Mas, ha abierto la mayor crisis territorial de la democracia de España.

«¿Tenemos que decir que sí? A eso se le llama un contrato de adhesión», manifestó hoy el presidente del gobierno, Mariano Rajoy.

Desde que Mas lanzó el guante desde la región más fuerte económicamente de España, el líder conservador asegura que la consulta es inconstitucional y que no se celebrará.

El presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, reforzó esa idea de inconsitucionalidad en una entrevista publicada hoy por el diario «El Mundo».

«Afirmada la soberanía del pueblo español, ninguna comunidad autónoma puede convocar ningún referéndum de autodeterminación», aseguró el magistrado, después de que la corte anulara en marzo una declaración soberanista del Parlamento regional catalán.      El resultado de la votación de mañana en Madrid está escrito de antemano.

Los diputados del Partido Popular (PP) de Rajoy, los del Partido Socialista (PSOE) y los de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) votarán contra la petición de tres formaciones catalanas para que el Parlamento transfiera a Cataluña la potestad legal de organizar un referéndum, competencia exclusiva del Estado español.

Serán 301 de los 350 diputados, cerca del 90 por ciento de la Cámara, los que se posicionarán contra las aspiraciones secesionistas que agitan la región de unos siete millones de habitantes.

«Dirán ‘no’ a una ley, pero no podrán parar la voluntad del pueblo de Cataluña», manifestó Mas el fin de semana. «Lo que está pasando en Cataluña, aunque algunos no se lo crean, no es cosa de líderes enloquecidos, sino la voluntad de muchos».

El final conocido de antemano no resta trascendencia política al debate de mañana. Por eso serán Rajoy y Rubalcaba los que defiendan personalmente las posiciones del gobierno de España y del principal partido de la oposición.

Rajoy no ha confirmado su intervención, pero tanto los medios como sus compañeros de filas lo dan por sentado.

Mas, sin embargo, no viajará a Madrid. Será el portavoz de su Ejecutivo, Francesc Homs, quien lo represente.

El único precedente de algo parecido a lo que ocurrirá mañana data de 2005, cuando el entonces jefe del gobierno regional del País Vasco, Juan José Ibarretxe, defendió en el Congreso de los Diputados su plan soberanista para la región del norte de España. La derrota del plan, y la suya propia, cavaron su tumba política.

«Yo, esta gran victoria, no se la quiero dar», dijo Mas el fin de semana.

Tras meses de crispación, Rajoy y Rubalcaba utilizarán mañana la tribuna del Congreso de los Diputados para ofrecer diálogo al líder catalán, un político de la alianza catalanista CiU que carecía de perfil independentista hasta hace relativamente poco.

Ahora, Mas sufre presión de los independentistas republicanos de izquierda de ERC, que lo sostienen en el gobierno catalán con su apoyo en la cámara regional. El rechazo en Madrid «no alterará la voluntad mayoritaria del pueblo catalán de poder votar el Estado que desea tener, una voluntad que es firme, y que obliga a los partidos a cumplir el mandato salido de las urnas», dijo hoy la portavoz de ERC.

El jefe del Ejecutivo español da entretanto muestras de disposición a un diálogo del que no hay rastro desde ya mucho antes de que Mas pusiera fecha, en diciembre, a la consulta. «Yo creo que hay que hablar», dijo hoy Rajoy.

Analistas han apuntado a la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo ofrezca una financiación específica para Cataluña en un intento de frenar la deriva secesionista, aunque a poco más de mes y medio de los comicios europeos, parece improbable que lo haga.

Rubalcaba defenderá la defensa socialista de una reforma constitucional de corte federal como vía de salida al conflicto.

En la mente de todos los actores políticos que desfilarán por el Congreso de los Diputados estarán los ciudadanos catalanes, entre los que en los últimos años, con la crisis económica, han ido creciendo los favorables a la independencia.

Las encuestas muestran que la mayoría quiere que se celebre la consulta de autodeterminación. Los sondeos publicados difieren sin embargo en el apoyo a la independencia, que se mueve -según se trate de unos u otros- entre el 31 y el 55 por ciento.