Los míticos Lakers deambulan por la mediocridad; la histórica franquicia ocupa los últimos lugares del Oeste

05/01/2014 - 12:00 am
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Ciudad de México, 5 de enero (SinEmbargo).- Kobe Bryant no pisa las duelas vestido como basquetbolista. Un factor determinante para que Los Angeles Lakers estén sumidos en la parte baja de la conferencia Oeste de la NBA, lejos de la tradicional expectativa ganadora que su nombre genera. La última gota en derramarse fue la derrota en el Staples Center frente a los Philadelphia 76ers, el peor visitante de toda la liga. En medio de la ausencia de su máxima figura, una serie de lesiones alrededor, han terminado por diluir cualquier indicio de recuperación.

El cuadro de Mike D’Antoni se sume en una indiferencia aguda carente de una capacidad de respuesta en un ritmo vertiginoso de competencia que no espera a nadie. Hay en la ciudad californiana una esperanza ciega en que Kobe, a sus 35 años, dé el último aliento de su legendaria carrera para volver a celebrar. Mientras se espera al ídolo, la dirigencia negocia el traspaso de Pau Gasol. El catalán ha declarado abiertamente que trata de concentrarse en su juego, a pesar de conocer su estatus de transferible. Mientras Portland se ha convertido en la gran revelación de la conferencia, los Lakers sufren en el antepenúltimo lugar.

Superado el largo proceso de recuperación que implicó una dolorosa lesión en el talón de Aquiles, Bryant regresó fuera de ritmo, sin provocar el cambio de rumbo que en el Staples Center todos esperaban. Después llegó el sufrimiento en su rodilla que lo volvió a alejar de las duelas. El jugador mejor pagado de la liga, no ha podido mostrar las joyas de su repertorio, teniendo al alcance el récord de puntos de Michael Jordan. Con el retiro cerca, la extensión de contrato por dos años que recién en noviembre firmó, podría quedarse en el aire si su condición física no se estabiliza. Kobe ve desde la grada la falta que hace, además de la epidemia que ha causado.

Blake, Nash y Gasol se han perdido minutos de juego por lesiones y enfermedades. La plaga de lesiones no deja en paz a los Lakers, sin que D’Antoni encuentre una respuesta deportiva para disimular las carencias de nombres rimbombantes. Uno de los protagonistas de siempre deambula por la oscuridad del registro negativo, pero sobre todo de la indiferencia de una liga que había presupuestado tenerlo en los Playoffs. Ante Filadelfia, un equipo planificado para sufrir buscando reducir su nómina y ganar una buena posición en el próximo draft, sufrieron del novato Carter-Williams con la sutileza de su mano desde la línea de tres puntos. Dos noches después, fueron los Bucks de Milwaukee, el peor equipo de la liga, quien venció a los angelinos.

Nombres de reparto como Xavier Henry, Kendall Marshall o Farmar, son los encargados de comandar un barco que está destinado a hundirse más de lo que ya está. A la espera de sus protagonistas nominales, una afición tendrá que seguir sufriendo mientras la liga ve cómo su desarrollo tiene ausente a una franquicia histórica. Los románticos extrañan a Kobe, uno de los mejores cuatro mejores jugadores en la historia. Los pragmáticos analizan la falta de talento secundario, sin estar a la altura de los grandes protagonistas. Los Lakers se han bajado de esa lista de contendientes que esperaban presentarle resistencia al Heat de Lebron. Una ciudad despierta, tiene a su máximo exponente dormido.

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