Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).– Las asperezas que se habían limado entre el líder moral del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, revivieron tras la aprobación de la Reforma Energética y la división entre las dos fuerzas políticas se acentúo durante sus protestas en contra de la privatización de los hidrocarburos mexicanos.
Los perredistas exigieron, desde antes que se votaran los cambios constitucionales, se consultara a la población. Su petición fue rechazada. Por su parte, López Obrador apoyó en un principio la Consulta Popular y se lanzó en una campaña por la recolección de firmas pero, ahora, para la fuerza política que encabeza el tabasqueño ese tema no es la prioridad.
Morena hizo un cerco en el Senado de la República y posteriormente afuera del Palacio Legislativo de San Lázaro. Al mismo tiempo, el PRD realizó una caminata de protesta de 75 horas alrededor del Ángel de independencia. Ninguna de las organizaciones políticas los cedió. Nadie envió a sus respectivas bases en apoyo al cerco o al Monumento de la Independencia.
Alejandro Sánchez Camacho, secretario general del PRD, visitó el cerco al Senado una de esas tardes y conversó con Martí Batres Guadarrama, presidente nacional de Morena. Tampoco hubo acuerdo y Batres Guadarrama declaró que cada fuerza política tenía un plan y lo llevaba a cabo por separado.
“Este cerco es de todos, los del PRD pueden venir si quieren, todos los mexicanos pueden hacerlo, hay muchos ciudadanos sin partido; aquí estamos abiertos a recibirlos”, dijo Martí Batres.
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena también dijo que el movimiento no colaboraría con la caminata de 75 horas alrededor del Ángel de la Independencia.
“No lo sé, no lo creo, nosotros estamos concentrados aquí. Cada partido, cada fuerza tiene un plan y el de nosotros es permanecer en el cerco al Senado los días que sean necesarios”, expuso a la prensa.
De acuerdo con sus líderes, después de la Reforma Energética, las fuerzas políticas continuarán por su cuenta y no se verá una unión entre Morena y el PRD, al menos no en corto plazo.
DESPUÉS DE LA "TRAICIÓN"... CADA UNO POR SU LADO
Después de que la Reforma Energética se aprobó en el Congreso de la Unión, la izquierda afirmó que no se quedará “con los brazos cruzados” y anunció un plan para derogar los cambios que realizaron los legisladores mexicanos a la Carta Magna.
Tanto el Movimiento de Regeneración Nacional como el Partido de la Revolución Democrática dijeron que lucharán, pero cada uno por su lado.
Martí Batres Guadarrama dijo que con las cúpulas del PRD no harán nada, pero que con las bases del partido, adelante.
El movimiento que lidera Andrés Manuel López Obrador cercará los 31 congresos locales en cuanto empiecen a discutir la Reforma Energética, pues por ser una reforma constitucional requiere de la votación mayoritaria de al menos 16 legislaturas.
Morena iniciará con una campaña de desprestigio a través de las redes sociales como Facebook y Twitter en contra de los senadores y diputados priistas y panistas que votaron a favor de la reforma.
Además está elaborando una demanda por traición a la patria en contra del Presidente Enrique Peña Nieto que interpondrán tentativamente en enero y realizará actos de resistencia civil pacífica.
Por su parte, el PRD apostará totalmente por la Consulta Popular en 2015 para derogar la Reforma Energética.
Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del Sol Azteca, anunció el plan “15-15”, que iniciará el 15 de diciembre y que concluirá en 2015 cuando la población vaya a la urnas para votar si se deroga o no la Reforma Energética aprobada esta semana.
“Esta lucha va continuar, esta lucha va a terminar hasta el momento en que nos alcemos con el triunfo, cuando en el 2015 echemos abajo las reformas privatizadoras”, dijo.
Para que la Consulta Popular se lleve a cabo se requiere de 2 por ciento del padrón electoral, es decir 1 millón 600 mil firmas y credenciales de elector, cantidad que el PRD ya reunió y entregó en las últimas dos semanas en el Senado de la República en su intento de frenar la reforma y de impulsar la reglamentación de la Consulta.
Los perredistas exigieron que antes de que se votaran los cambios constitucionales, se consultara a la población, pero su petición fue rechazada.
A pesar de que en un principio López Obrador, líder de Morena, apoyó a la Consulta Popular y se lanzó a una campaña por la reunión de firmas, hoy para la fuerza política que encabeza el tabasqueño, no es prioridad.
Obrador tomó esa decisión después de que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano lo llamara a sumarse a la recolección de estas credenciales.
López Obrador contestó con un sí, pero se lanzó por su cuenta a solicitarle al Presidente Peña Nieto la Consulta Popular, pues consideró que esperar hasta 2015, una vez aprobada la Reforma Energética, sería demasiado tarde.
Cárdenas apoyó la acción de López Obrador y dijo que mientras más pronto se realizara la Consulta Popular, mejor.
Pero en el paquete de firmas que el PRD entregó al Senado, no se incluyeron las que logró reunir Morena durante su campaña y de acuerdo con Batres Guadarrama el movimiento aún no decide cómo y cuándo usarlas.
El dirigente dijo que aún es tiempo de realizar la Consulta Popular, antes de que la Reforma Energética se apruebe en los Congresos Locales, pero no 2015.
“La Consulta era para antes de que se aprobara la reforma, nosotros decimos para qué esperar, si se pueden tomar otras acciones antes. Hay que detener la reforma ahorita, hoy es el momento de actuar”, dijo.
