Oaxtepec, Morelos, 24 de noviembre (SinEmbargo).- A los delegados del Congreso Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que no están de acuerdo con las propuestas de las dos corrientes principales que lideran a la fuerza política, Nueva Izquierda (NI) e Izquierda Democrática Nacional (IDN) solo les resta gritar, porque en la mesa de las votaciones, son casi invisibles.
Ayer, la mesa de votación sobre los cambios en estatutos del Sol Azteca, se interrumpió para recibir al Gobernador de Tabasco, Arturo Nuñez, acompañado de Jesús Zambrano Grijalva, dirigente nacional del partido.
Zambrano cruzó la explanada que lo separaba del presidium de la mesa entre un coro de abucheos en contra de él, del Presidente Enrique Peña Nieto y del Pacto por México.
"¡No al Pacto! ¡No al Pacto!", gritaban unas mujeres mientras golpeaban las mesas.
"¡Ahí viene la rata de Zambrano! ¡Fuera Zambrano!", gritaban otros.
Mientras que "¡Fuera Peña!" se mezclaba con las porras de algunos perredistas de Nueva Izquierda (NI) que contestaron a los abucheos con un "¡Presidente! ¡Presidente!".
Pero los gritos no perturbaron a Zambrano. El dirigente se mantuvo con una sonrisa estática, mientras acompañaba a Núñez al estrado.
Núñez empezó hablar todavía en medio de abucheos y llamó a la unidad del partido, a fortalecer a la izquierda para no permitir el avance de la derecha.
Cuando el tabasqueño concluyó su mensaje, Zambrano abandonó la mesa, igual que como entró, sonriendo.
Antes de partir, se le preguntó sobre qué opinaba del llamado que realizó por la mañana el ex Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, de abandonar el Pacto por México.
"El asunto del Pacto por México fue votado por una amplísima mayoría en la tarde noche de ayer. Mantenerse el PRD en el Pacto lo decidirá la plenaria mañana en la madrugada (hoy)", dijo.
Zambrano se refirió a la votación del dictamen de la noche del viernes, donde se aprobó llevar a la votación del pleno del Congreso la propuesta de que el Sol Azteca se quedara dentro del acuerdo que se firmó con el Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y el gobierno federal.
El dictamen fue un acuerdo entre las dos principales corrientes, IDN y NI, que establece que el PRD se mantendrá en el Pacto y se retirará si el PRI y el PAN insisten en cambiar los artículos 27 y 28 de la Carta Magna, para dar entrada a la Iniciativa Privada (IP) en el negocio de los hidrocarburos mexicanos.
Ebrard dijo que esta decisión es lo peor que puede sucederle al PRD.
"Lo que se aprobó es el peor de los mundos posibles, es no hacer el Congreso, para qué haces un Congreso para esto. El PRD no puede estar en un instrumento que ha beneficiado directamente al PRI, no somos parte de una coalición con el PRI y los congresistas deben recuperar sus cartones", dijo el ex Jefe de Gobierno capitalino al hacer alusión al voto de los delegados.
Sin embargo, los delegados sólo esperaron todo el día a la instalación de la plenaria por los pasillos del Centro Vacacional y de Convenciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Algunos se tiraron sobre el césped frente a la alberca, con sus pantalones y camisas amarillas, mientras esperaban que las "cúpulas" concluyeran con sus reuniones a puerta cerrada en los salones de algunos de los hoteles aledaños.
Zambrano se reunió con los suyos, René Bejarano por su lado y Marcelo Ebrard Casaubón durante su conferencia de prensa del medio día, se quejó de la tardanza para llamar a la plenaria y realizar las votaciones.
El debate no inició temprano, un debate donde las minorías tenían todas las de perder.
UN PROBLEMA LLAMADO CÁRDENAS
Entrada la noche, sobre las mesas de los delegados que discutieron los cambios a los estatutos del partido, donde se incluyó la reelección de los dirigentes, había un comunicado.
El documento firmado por una de las corrientes pequeñas del Sol Azteca, Democracia Deliberada, se perdía entre una bola de papeles que uno de los congresistas tenía enfrente.
No le importó que se llevaran el papel con la propuesta de Democracia Deliberada, que decía "vigésimo primer comunicado".
"Qué bien nos cae Cuauhtémoc, pero qué daño nos puede hacer. No él, sino el hecho de que su candidatura sea una mala respuesta al problemas muy hondos".
En el documento la corriente Democracia Deliberada indica que se invitó a dialogar a los tres candidatos a la dirigencia del PRD: Macelo Ebrard, Carlos Sotelo y Carlos Navarrete, y que ninguno de ellos mostró un verdadero proyecto para cambiar al partido.
"Las respuestas de nuestros invitados fueron pesimistas, poco claras, sombrías. El diagnóstico común: las corrientes tienen al partido atado de manos, este es un partido donde se negocian cuotas, pero donde no se deliberan ideas o posiciones, el partido no es transparente, los dineros y los gastos jamás se justifican o casi nunca se reportan. Los órganos no son autónomos, los puestos no van a los mejores", dice.
La corriente interna del PRD acusó a quienes preteden la reelección de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, de buscar disfrazar la realidad que vive el partido.
"El traerlo de vuela tampoco es la solución, es una mascarada, y las mascaradas ocultan los problemas mientas empeoran. Incluso si frente a la mediocridad de los demás candidatos, el ingeniero es la mejor opción, esta opción no es suficiente. Es una solución para mantener la unidad de aquí al 2015, pero, ¿y después?".
Diego Hernández Arrazola, miembro de la corriente, dijo que su expresión está conformada por 35 miembros y 80 simpatizantes.
Al Congreso Nacional acudieron además de Diego, Mario Arriaga Cuadriello, Saúl Vázquez Torres y Ana González, quienes acusaron al partido de padecer un "severo déficit democrático".
"En muchas de las votaciones en las mesas de discusión, las y los congresistas no tenían conocimiento de lo votado, esperaban la indicación de su representante en la mesa para que se les instruyera en el voto", plantearon.
Democracia Deliberada planteó que las corrientes no debaten en público y que monopolizan el reparto de posiciones en manos de sus líderes.
"No hay campañas, no se discuten ideas, no se vota por candidatos fuera de las simulaciones que, como danzas macabras, hacen las veces de un rito democrático muerto. El sistema de corrientes es un espejo aumentado del sistema nacional de partidos: un consenso de pocos para repartir prerrogativas e imponer barreras de entrada".
El joven perredista Diego Hernández dijo que confía que las nuevas expresiones, aunque sean pequeñas, podrán cambiar al PRD.
Es solo cuestión de tiempo, dijo.
"En este Congreso nos increparon y dijeron que no estamos respetando una institución que había costado años, lágrimas y muerte. A ellos les decimos que lo que importa es el presente, no el pasado. El PRD es hoy un mal sistema de participación libre, de representación de personas, de la defensa de sus derechos o de aterrizar ideas de la gran tradición del socialismo democrático".
