Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).- En África, origen de la vida humana, el futbol es el escaparate pasional que pudiese significar una vida mejor. Ídolos de piel negra se han forjado en Europa con la misión de retribuirle a sus orígenes un poco de estabilidad. Por eso, figuras como Didier Drogba en Costa de Marfil o Samuel Eto’o en Camerún, son más que simples jugadores profesionales que alcanzaron el éxito. Su aportación humana los ha transformado en símbolos. Su clasificación confirmada para Brasil 2014, es una buena noticia para el deporte más popular del mundo.
Competitivo y exuberante, el proceso eliminatorio africano, siempre tiende a presentar alguna sorpresa mayúscula. En esta ocasión, fue más la consolidación de los llamados grandes, con sus figuras emblemáticas al borde del retiro, pero con un espíritu de lucha que tiene más de héroe nacional que de simple deportista. En duelos de ida y vuelta, se definió la presencia de dos históricos jugadores del continente negro, mientras Europa tendrá que escoger entre Cristiano Ronaldo o Zlatan Ibrahimovic. Los dos se han ganado una plaza entre las cinco disponibles. Certeros e históricos, han colaborado para que la próxima justa mundialista, sea una de las más competitivas de la historia.
Didier Drogba se fue a China seducido por el salario. Luego de ganar la Champions League con una actuación superlativa, visitó el oriente del mundo como para vivir un retiro distinto y excéntrico. Poco duró su aventura. Entre problemas económicos y la melancolía de la alta competencia, regresó al viejo continente. En una ciudad de alta belleza, capital de un país dividido entre dos realidades distintas, el marfileño ha seguido demostrando que sus 35 años son una mera estadística que no le impide correr. Estambul, tan orgullosa de su Galatasaray, le dio cabida y de paso le entregó todas sus ilusiones deportivas.
Como Didier, el camerunés Eto’o se fue al retiro, pero no tan lejos. Seducido de igual manera al salario, aceptó jugar en la liga rusa, en una ciudad con un conflicto bélico que hace imposible vivir ahí. Samuel vivía y entrenaba en Moscú, y viajaba el día del partido para defender la camiseta del Anzhi, imagen de Makhachkala. Durante dos años tuvo a su disposición todos los lujos disponibles desde los petrodólares. Con un avión privado a su disposición, el certero delantero de los leones indomables, viajaba hasta Barcelona o Milán, lugares que siguen en su memoria. Mientras su colección de Ferraris continuaba, el proceso a Brasil llegó como un nuevo reto.
Drogba no sólo es la imagen de Costa de Marfil, sino que es el alma de un equipo que ha logrado su tercera clasificación para un Mundial, todas de la mano de su estrella. Didier no esconde la responsabilidad yendo hacia el frente como lo hizo tantos años con el Chelsea. El equipo londinense tiene ahora en sus filas a Eto’o. El cuadro que dirige Mourinho rescató del exilio a un portentoso delantero de 33 años. A diferencia del emblema marfileño, Samuel ha tenido innumerables problemas con los dirigentes de su país, debido a su carácter explosivo. Mientras uno se sacrifica en pos del equipo, el otro ha parado algún cambio que desde el banco habían autorizado.
A la espera del sorteo a principios de diciembre, las selecciones clasificadas miran con preocupación lo que está pasando en África. Dos emblemas de alto calibre con su portento de juego le darán un nivel de dificultad mayor del que ya se tenía por naturaleza. Desde el continente más olvidado por el mundo, el futbol provee dos selecciones que sueñan más de lo que han logrado. Con el ocaso de sus carreras a la vista, Didier y Samuel observan a Brasil con gusto. El lugar que más ha venerado a la pelota, parece ser el lugar perfecto para dar la última gran actuación para dos carreras memorables.