Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).- Los Indiana Pacers se fueron del American Airlines Arena con la cabeza en alto, pero con el lamento de ser el equipo derrotado. Eran los playoffs de la temporada pasada. Miami eliminó a un equipo aguerrido que llevó la serie hasta lo más extremo. En Indianápolis, los debates siguen desde entonces, seguros de que el destino hubiese sido diferente si el séptimo de la serie se hubiese jugado en casa. Víctimas del nerviosísimo, sucumbieron ante Lebron James y compañía, que sueñan con formar una dinastía para la historia.
Lejos de relajarse con el paro de actividades tras el final de la campaña, los Pacers no se quitaron de la cabeza lo que pudo ser. El destino les dio la espalda, según su propia visión, y comenzaron esta temporada pensando seriamente que podían reclamar lo que creían les pertenecía. Arrogancia mezclada con suma confianza en ellos mismos, lo que demostraron en la duela terminó por sorprender a a propios y extraños. Indiana goza de una salud deportiva envidiable, en manos del recuerdo doloroso que les dejó unas ganas fuertes de venganza.
De la mano de un entreoído Paul George, los Pacers comenzaron ganando nueve partidos consecutivos, acaparando las portadas de las secciones deportivas que de a poco se empiezan a entregar a la NBA. El alero de Indiana es capaz de jugar en varias posiciones de la duela, siendo comparado incluso con Lebron James. De gran capacidad física, comando a su equipo pensando en lo que había dejado de hacer en la última parte de la temporada pasada. Su paso arrollador no escatimó en dependiendo el rival, mientras la liga los veía pasar.
El año pasado, el Miami Heat llegó a Chicago con una racha de 37 juegos consecutivos sin perder. Los Bulls tenían a Derrick Rose sentado en el banco vestido de traje, imposibilitado para jugar. La tenacidad del equipo dirigido por Thiboudeau, fue mucho más que el talento feroz de Lebron James y Dwyane Wade. La franquicia puesta en la gloria por Michael Jordan comenzó así un camino firme hacia los playoffs donde serían derrotados por el mismo equipo al que le cortaron la estela victoriosa. Mientras Rose volvía, el prestigio creado como un equipo aguerrido, quedó de manifiesto en la duela.
Hace doce días, los Pacers vencieron a Chicago ya con Rose en la cancha. Eran tiempos de bonanza en Indiana. Sin embargo, el movedizo calendario del mejor basquetbol del mundo los puso frente a frente otra vez. En el United Center, con el recuerdo de la derrota sufrida, los Bulls defendieron su patio rompiendo otra racha importante. De manera abrupta y con mucha categoría, Indiana vio como su buen paso sucumbía. El cero en el casillero de derrotas se rompía gracias a la efectividad de un cuadro defensivo. El marcador cerró con un 110-94, lejos de los 33 puntos de ventaja que Chicago llegó a tener. La NBA está viva, con una cacería declarada al Heat.