Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).- En San José, Costa Rica, la Selección Mexicana de futbol realizó la última actuación triste del hexagonal final para Brasil 2014. El «Tri» estaba matemáticamente fuera del Mundial debido a la derrota frente a Costa Rica y la victoria de Panamá sobre Estados Unidos a tres minutos de que finalizaran los encuentros simultáneos.
Millones de aficionados sufrían un eminente fracaso tras cinco participaciones mundialistas consecutivas. La Selección Neozelandesa festejaba en su concentración una sorpresa mayúscula en la CONCACAF. Los oceánicos se alegraban de no tener que enfrentarse al «gigante» caído en la mediocridad.
Y entonces, Graham Suzi, futbolista estadounidense, anotó un gol en Panamá que celebró una afición dolida. Para la concentración neozelandesa, la noticia fue otra, se la lamentó sobre su destino: enfrentaría a la Selección Mexicana en la búsqueda del último pase para el Mundial Brasil 2014.
Chris Wood, delantero centro de los All Whites, duerme junto a su equipo en Royals Pedregal de la Ciudad de México. Con el recuerdo de un amistoso en 2011, frente al Tri de «Chepo» de la Torre ante 90 mil personas en California. Tiene la ilusión de pisar el mítico Azteca que lucirá lleno con el sol de media tarde y una altura asfixiante.
La prensa de aquel país vive ilusionada por la ausencia de los mexicanos que juegan en Europa, mientras que en este suelo se les responsabiliza de ser la principal causa del fracaso futbolístico.
Nueva Zelanda ha participado en dos mundiales a lo largo de sus historia. Un país entregado a la pasión provocada por el Rugby, vive una transición en el futbol que de a poco comienza a consolidarse como un referente deportivo y cultural. En Sudáfrica 2010, se fueron invictos en un grupo que tuvo a Italia, Paraguay y Eslovaquia.
Los niños de aquel país se han dejado envolver por el deporte más popular del mundo justo en uno de los momentos más trascendentales en su historia futbolística. Ubicados en el lugar 79 del ranking mundial, saldrán esta tarde ante un equipo parchado con la obligación de cumplir con lo que tanta gente desea.
El Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) realizó una encuesta en la que el 55% de la afición mexicana no confía en que México estará en el mundial. Por primera vez en muchos años, el equipo nacional ve la espalda de quienes siempre estuvieron ahí. En plena crisis institucional, todo lo referente al negocio ha cobrado fuerza. Una empresa privada mueve los hilos emocionales de millones de personas. El futbol se ha puesto en el mismo tono bizarro que el aire de este suelo. Fueron cuatro técnicos elegidos en menos de dos meses, pasando por conferencias de prensa marcadas por prepotencia dirigencial y frases motivadoras.
El América, uno de los equipos más populares de México, tiene dos años dominando la liga. El actual campeón ha dejado el amarillo por el bien del balompié nacional. Miguel Herrera, enjundioso lateral izquierdo en su época como profesional, ha sido prestado por la institución perteneciente a Grupo Televisa para dirigir al Tri en el vital repechaje frente a los All Whites.
Elegante en su vestimenta, «El Piojo» ha dejado solo al cuadro de Coapa encumbrándolo como un héroe de la patria en una misión por salvaguardar el ánimo nacional. Mientras los americanistas celebran ser los rescatistas de un barco hundido, el rival sigiloso se prepara a pesar de que la prensa nacional los demerite.
En Sudáfrica, Chris Herbert dirigió el histórico andar de los neozelandeses. Cuatro años más tarde, ha prometido que la visita mexicana en Wellington será fría y muy lejana del calor que poco más de 100 mil personas le puedan añadir al difícil Azteca.
Llenos de continuidad e ilusión, lejos del lugar 24 que ocupa Mexico en el ranking, harán el tradicional Hacka previo al partido intentando poner los espíritus a su favor. Sin el nivel de las grandes potencias, favorecido por una endeble zona, México busca su Copa del Mundo 15, la sexta consecutiva. Durante este proceso, lo que siempre le favoreció, ahora le provocó pesadillas. Un constante participante tendrá que viajar muy al sur lejos de la zona de Confort que le propicia el Azteca. Consciente de eso, un equipo intentará finiquitar esta tarde el compromiso extra, repleto de nerviosísimo, en el que se ha metido.
